sábado, 12 de septiembre de 2009

REPSOL DICTA LA POLÍTICA EXTERIOR DE ESPAÑA (II)

Gervasio Sánchez

Una mesa muy querida porque recuerda la última cena con el periodista Miguel Gil, muerto en una emboscada dos días después en mayo de 2000. Tres comensales en un país africano. Un misionero valiente, un alto directivo de Repsol y quien esto suscribe.


La cena se la come una fuerte discusión. "Trabajé en el departamento de Petén en Guatemala entre 1978 y 1982", explica el directivo. "En los años de las masacres y de las desapariciones forzosas", indico dando por supuesto que se trata de datos históricos incuestionables. "Son calumnias, propaganda comunista. El petróleo ha traído riqueza a Guatemala", responde sin respirar.

La tensión se instala para el resto de la noche. Según su opinión, los asesinatos en masa de indígenas son una invención. El enriquecimiento de los militares, una entelequia. Y Repsol es casi una ONG porque se dedica a hacer prospecciones a fondo perdido.

Por supuesto ni la Chevron ni la Shell tiene nada que ver con los desastres en el delta del Níger. Los informes de Human Rights Watch, que acusan a ambas compañías de prestar sus helicópteros al Ejército para asaltar aldeas y matar a sus pobladores, son puras calumnias.

Por si el alto directivo de Repsol, L.G., se pasa alguna vez por este escrito, señalaré las masacres ocurridas en el Petén mientras él vivía allí: El Naranjo, San Diego La Libertad, Los Josefinos, El Subín, Sayaaxché, Las Pozas, El Chaí, El Ocote, La Amistad, San Juan Dolores, Las Dos Erres.

En Las Dos Erres murieron 350 hombres, mujeres y niños entre el 5 y el 8 de diciembre de 1982. En 1995 se encontraron y se identificaron 162 cuerpos. 67 pertenecían a menores de doce años. También en 1982 se produjo la masacre de Los Josefinos en donde fueron asesinados un centenar de campesinos. Los niños fueron estrellados contra vigas de hierro y las adolescentes violadas.

Quiero confesar que aquella cena africana me permitió aprender una gran lección: nunca compartiré un lugar tan querido con personas sin escrúpulos.

Viajes oficiales al olor del oro negro

En el anterior artículo explicamos que Repsol dicta nuestra política exterior. Y, evidentemente, la especialidad de Repsol no son los derechos humanos. Durante los dos últimos meses los viajes del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, han sido planificados al olor del oro negro que tanto le interesa a la compañía petrolífera.

A principios de julio Moratinos y el presidente de Repsol, Antonio Brufau acudieron a la República de Kazajstán para la toma de posesión de Nursultan Nazarbayev, que lleva en el cargo desde que el país se declaró independiente a principios de la década de los noventa y que, además, tiene poder de veto sobre la legislación aprobada por el Parlamento. Las libertades de pensamiento, de conciencia y de religión, de expresión y de reunión están seriamente limitadas, según informes de organizaciones humanitarias.

El objetivo del viaje de Moratinos fue reforzar las relaciones con el país con las mayores reservas de hidrocarburos del Mar Caspio y negociar un acuerdo de cooperación técnica y científica. "España se ha convertido en un importante cliente de productos energéticos kazajos y se desea impulsar las inversiones españolas en sectores estratégicos como gas y petróleo", afirmó un portavoz ministerial español.

Otros dos países visitados por la delegación político-energética fueron Uzbekistán, gobernado como si fuera una dictadura por Islom Karimov desde hace casi 20 años y que suele ganar elecciones y referendos fraudulentos por porcentajes del 90% a base de comprar los votos necesarios a sus rivales políticos. Los tribunales uzbekos siguen admitiendo confesiones arrancadas por el uso generalizado de la tortura.

Y Turkmenistán, considerado como uno de los más represivos y dictatoriales del mundo, donde el presidente actual, Kurbanguly Berdymukhamedov, y su predecesor, Saparmyrat Nyýazow, muerto hace tres años, siempre ganaron las elecciones con el 90% de los votos de casi el 100% de los votantes. Gracias a sus grandes reservas de petróleo y gas se ha convertido en uno de los países más deseados del mundo. Pero todos los medios de comunicación nacionales están controlados por el Estado y las autoridades suelen bloquear los sitios web que publican información no deseada, según Amnistía Internacional.


También en Venezuela

Aunque Venezuela está a años luz de las dictaduras centroasiáticas y el culto a la personalidad de sus gobernantes, embadurnados de tintes democráticos que se diluyen en cuanto los ojos críticos desaparecen, y de la calamitosa situación de Guinea Ecuatorial, también es cierto que su Gobierno mantiene contenciosos muy graves en el interior y el exterior de sus fronteras y el país no es el paraíso de la libertad de expresión.

Hay que decir que Hugo Chavez ha sido reconvertido en el demonio de Venezuela y, de paso, de América Latina, y se ha olvidado con suma facilidad que los Gobiernos democráticos y escandalosamente corruptos de Carlos de Andrés Pérez (1974 y 1988), Luis Herrera Campins (1979), Jaime Lusinchi (1983) y Rafael Caldera (1994) dilapidaron la riqueza del país y lo llevaron a la bancarrota mientras se enriquecían las familias políticas de esos años.

La visita de julio de Moratinos y de su fiel escudero Antoni Brufau a Venezuela concluyó con la firma de varios contratos y convenios con diferentes empresas españolas, incluida la omnipresente Repsol. Todo a cambio de mantener cerrado el grifo de la crítica.

El petróleo hace milagros

La última escala de un verano desmelenado y con sabor a petróleo ha coincidido con la fastuosa conmemoración del cuarenta aniversario del golpe de Estado de Muamar el Gadafi en Libia.


El deseo de Moratinos y de su mentor Brufau ha sido consolidar proyectos concretos en el sector de hidrocarburos. Ya lo anunció Gadafi en Sevilla a mediados de diciembre de 2007: "Podemos hacer un gran negocio de 12.000 millones de euros".

Por ello su corta estancia en España (la anterior fue más fugaz y había ocurrido 25 años antes) estuvo trufada de reuniones con todos los poderes del Estado español salvo el Parlamentario, no tanto por lo deleznable de su currículum, sino por temor a incidentes como habían ocurrido unos días antes en el Parlamento francés.

El petróleo hace el milagro de apaciguar las críticas, de suflar las proclamas más curiosas de las bocas más pecaminosas y de pisotear sin arcadas los derechos humanos. Ese es su poder y a él nos debemos. ¿Verdad señores Zapatero, Moratinos y Brufau?
Postdata:

En mi anterior artículo de mismo título, la comparación entre los informativos de TVE de la época de Urdaci y el PP y los actuales ha encendido las alarmas. En contestación a algunas cartas muy respetuosas, quiero que se sepa que veo siempre que puedo los informativos de esa cadena, que Alfredo Urdaci, como antes María Antonia Iglesias, realizó una cacería de brujas en el interior de la casa que perjudicó a grandes profesionales (puedo dar muchos nombres) y que el envoltorio de los actuales informativos es simplemente de mejor calidad en la forma aunque a mí me interesa el fondo. Mientras la media de comparecencias de ministros por telediario sea de seis o más, no me quedará más remedio que pensar que la línea informativa la dicta Moncloa o alguno de los adláteres del presidente Zapatero. Lo siento mucho, queridos amigos de TVE.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si te parece que en Venezuela no hay libertad de expresion, pasate por Youtube y mira los noticieros venezolanos, o lee la prensa en servidores Venezolanos.
Y si el gobierno de Chavez, que no Chavez, dilapida el dinero, mira lo que piensa la UNCTAD, la FAO o la CEPAL sobre los avanzces sociales en Venezuela desde que es presidente Chavez.
Creo que hay que ser mas riguroso y menos pasional en la informacion que publicas.