lunes, 30 de marzo de 2009

ERROR 104: ¿TE CAMBIARÁ EL SISTEMA O LO CAMBIARÁS TÚ?



La nueva campaña de SETEM cuestiona en un vídeo la banca tradicional y cómo un error de calculo puede conducir a una solución para cambiar el sistema.

Todo comenzó cuando un hombre hizo un experimento curioso en Internet. Dividió el dinero destinado a un plan del Gobierno estadounidense para salvar a los bancos entre los habitantes del planeta. El resultado: 104 millones de dólares para cada uno de nosotros.

Muchos periodistas de renombre se hicieron eco de este experimento pero, sin embargo, ninguno se dio cuenta de que había un error de calculo. La división daba 104 dólares.

Esto provoco críticas sobre quienes no habían comprobado la operación pero, según afirma SETEM, nadie hizo ni un sólo comentario que reflexionase sobre esos 104 dólares.

La organización hace un guiño a este hecho en 'Error104.com' y propone añadir una segunda fase al experimento. Que cada uno de los 6.700 millones de habitantes del planeta coja esos 104 dólares y los lleve a un banco ético, de forma que el 100% de ese dinero se destine a apoyar proyectos con beneficios sociales y medio ambientales: organizaciones de comercio justo, microcréditos para las personas de países pobres y proyectos de energías alternativas, por ejemplo. En total, 700.000 millones de dólares con el objetivo de cambiar el mundo.

De esta forma, asegura la organización en el vídeo, "la banca tradicional no recibirá esos 104 dólares y no podrá especular ni seguir financiando el tráfico de armas, proyectos que aceleran el cambio climático, empresas que explotan a trabajadores en países pobres ni repartirá bonos millonarios entre sus ejecutivos".

domingo, 29 de marzo de 2009

AVISO: SE AVECINAN TIEMPOS SOMBRÍOS





Nouriel Roubini

Las peores previsiones del año pasado se han hecho realidad. La pandemia financiera mundial de la que algunos habíamos avisado ya está aquí. Pero nos encontramos todavía en las primeras fases de esta crisis. Mis predicciones para el año que empieza, por desgracia, son todavía más pesimistas: las burbujas, y había muchas, no han hecho más que empezar a estallar.

Desde luego, Estados Unidos va a experimentar su peor recesión en décadas. La idea tradicional de que la contracción estadounidense iba a ser breve y superficial –una recesión en V con una recuperación rápida, como las de 1990-1991 y 2001– está ya descartada. Por el contrario, la contracción en EE UU será en U: larga, profunda y de unos 24 meses de duración. Podría acabar incluso siendo más prolongada, un estancamiento de varios años en L, como el que sufrió Japón en los 90.

Exactamente qué constituirá una recesión dependerá de cada país. Para China, una caída brusca sería que el crecimiento anual pasara del 12% al 6%. Pekín debe crecer a un 10% anual o más para llevar a entre 12 y 15 millones de agricultores pobres al mundo moderno. Para otros mercados emergentes, como Brasil o Corea del Sur, la caída brusca es un crecimiento por debajo del 3%. Los países más vulnerables, como Ecuador, Hungría, Letonia, Pakistán y Ucrania, quizá vivan una crisis financiera total y necesiten un gran volumen de financiación externa para evitar el colapso.

Esta situación es peligrosa por muchos motivos. Varios bancos centrales se aproximarán tanto a fijar tipos de interés cero que sus economías sufrirán un triple revés: una trampa de liquidez, una trampa de deflación y una deflación de la deuda. En una trampa de liquidez, los bancos pierden su capacidad de estimular la economía porque no pueden fijar tipos de interés nominales por debajo de cero. En una trampa de deflación, la caída de los precios hace que los tipos de interés reales sean relativamente altos, lo cual asfixia el consumo y la inversión. Eso desemboca en un círculo vicioso en el que las rentas y el empleo caen y la demanda cae todavía más. Por último, con la deflación de la deuda, el valor real de las deudas nominales sube a medida que caen los precios, y eso es malo para países como Estados Unidos y Japón, que tienen ratios elevadas entre deuda y PIB.

A medida que las herramientas monetarias ortodoxas pierdan eficacia, las autoridades tendrán que buscar métodos heterodoxos. Veremos políticas fiscales tradicionales, en forma de recortes de impuestos y aumentos del gasto, pero también veremos operaciones mundiales de rescate de acreedores, de inversores y de instituciones financieras, así como de los prestatarios. Los bancos centrales inyectarán enormes cantidades de dinero en los sistemas financieros para desbloquear la crisis de liquidez. Quizá sean también necesarias acciones más radicales, como compras de bonos corporativos y oficiales o la subvención de los tipos de interés, para que los mercados crediticios vuelvan a funcionar como es debido.

Había burbujas para los productos convertidos en valores, que transformaron esos préstamos e hipotecas en instrumentos financieros complejos, tóxicos y destructivos. Y había burbujas, también, en los préstamos oficiales locales, compras con capital ajeno, fondos alternativos, préstamos comerciales e industriales, bonos corporativos, materias primas y permutas de riesgo de crédito; un peligroso mercado sin regular en el que se vendieron hasta sesenta billones de dólares (unos 60.000 millones de euros) de protección nominal contra una reserva pendiente de bonos corporativos de sólo 6 billones de dólares.

Estas burbujas formaron, en total, la mayor burbuja crediticia y de activos de la historia; con su estallido, las pérdidas totales de crédito podrían ser de hasta dos billones de dólares. Si los gobiernos no toman medidas más rápidas para recapitalizar los bancos y otras instituciones financieras, la crisis del crédito se agravará aún más. Las pérdidas aumentarán a mayor velocidad de lo que tardarán las compañías en reponer sus balances.

Gracias a las drásticas acciones del G-7 y otros, el riesgo de una crisis financiera estructural ha disminuido. Pero, por desgracia, lo peor no ha pasado todavía. Este año será difícil. Sólo una actuación muy agresiva, coordinada y eficaz por parte de las autoridades, garantizará que 2010 no sea aún peor de lo que seguramente va a ser 2009.


jueves, 26 de marzo de 2009

ESTE PLAN ES UN MUERTO QUE SIEMPRE VUELVE

Entrevista a Paul Krugman, nobel de economia

Usted sostiene que “ganaron las ideas zombie”, ¿por qué llama de esta forma al plan presentado por el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, el lunes?

–Una idea zombie es una que matas muchas veces, porque es una mala idea, pero sigue apareciendo. Y eso es lo que es este plan. Estamos con la misma idea para solucionar todos nuestros problemas financieros desde que Henry Paulson (ex secretario del Tesoro de Bush) presentó su plan hace seis meses: nos dicen que el verdadero problema es que el mercado está devaluando todos los activos tóxicos y que lo que necesitamos hacer es que los contribuyentes entren y los compren a un precio justo. El plan de Geithner es complicado, una variante disfrazada de la misma idea. Es el zombie que matas una y otra vez pero sigue volviendo.

–¿Llamado “dinero por basura”?

–Sí, ésa es la frase que estuvo rondando por ahí hace seis meses y que yo retomé. Básicamente es eso. Es como decir que no hay nada que esté fundamentalmente mal en nuestro sistema bancario, está sólo esta crisis de confianza y por eso nadie quiere comprar cosas que estén respaldadas en última instancia por hipotecas. Si sólo pudiéramos conseguir que la gente vea que éstos son activos lo suficientemente decentes, entonces los bancos estarían en buena forma. Ese es el problema. Algunos sostienen que los activos están tal vez algo devaluados, pero hacer de este argumento la pieza central de tu plan de rescate me deja con un sentimiento de desesperación.

–Importantes asesores del gobierno de Obama salieron a apoyar el plan “público-privado” para comprar hasta un billón de activos tóxicos y le respondieron sus críticas a los riesgos del proyecto, ¿qué tiene para decir?

–Lo importante no son los activos compartidos. Perdón, pero es difícil no utilizar la jerga en este caso. De acuerdo con los primeros datos, el 85 por ciento del dinero va a ser un préstamo del gobierno, que va a ser respaldado sólo por los activos que estos tipos compren. Esto significa que si pierde más del 15 por ciento de su valor, algo altamente probable dada la incertidumbre sobre el precio de estas cosas, entonces los inversores privados simplemente se van. Es exactamente lo que yo digo, es una invitación a jugar cara y ceca: cara gano yo, ceca perdés vos. Si el activo que compraste a 100 dólares sube hasta los 150, te hiciste 50 dólares. Pero si lo compras a 100 y cae hasta 50, sólo perdés 15, porque los otros 35 recaen sobre los contribuyentes. Es lo mismo que antes. Es básicamente lo que pasó con las entidades de Ahorro y Préstamos (S&L) en los ochenta. Estaban desreguladas y los depósitos estaban garantizados, pero los dueños de los bancos podían hacer cualquier cosa que quisieran, entonces tomaron muchas posiciones de riesgo y en su mayoría resultaron malas. Y cuando esto sucedió era problema de los contribuyentes, no de los propietarios de las entidades. Lo mismo pasa ahora. Están preparándolo deliberadamente, básicamente la parte de arriba pertenece a los inversores privados, pero la mayor porción de abajo nos pertenece a nosotros.

–Entonces se socializan las deudas y se privatizan las ganancias, ¿por qué?

–Sí, es eso. Los que pierden son los contribuyentes y ganan los inversores privados.

–¿Por qué el gobierno no compra todos los activos tóxicos entonces, como hace la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC)?

–Bueno, la verdad es que la FDIC no está haciendo eso. Lo que hace es garantizar la deuda de los bancos para que los depósitos estén seguros. Así, si un banco está en quiebra la FDIC interviene, agarra los activos y vende las cosas tóxicas al mejor precio que se pueda. Eso es lo que yo apoyo, eso es lo que deberíamos estar haciendo. Yo creo que están intimidados por la escala de esto. Normalmente, la FDIC hace eso con 2 o 3 bancos por semana pero son pequeños. Acá estamos hablando muy posiblemente del Citigroup, que equivale a dos billones de activos. Esto es algo muy grande. Yo pienso que la razón por la cual ideas zombies no se quedan muertas es la atracción de una solución fácil, piensan que se puede tener una varita mágica y el problema desaparece. Todavía están buscando la magia.

–¿Cree que el secretario del Tesoro, Timothy Gaithner, debería dar un paso al costado?

–Sabés, no tengo una visión firme sobre eso. Se está convirtiendo en un problema y tiene que pulir sus acciones si se quiere quedar ahí. Pero básicamente éste no es Geithner. Últimamente, la responsabilidad recae en el Salón Oval (oficina presidencial). La pregunta es por qué el presidente está yendo por el lado débil en este tema. De todos modos, no tengo un fuerte compromiso con Geithner.

–¿Por qué no existen regulaciones estrictas sobre cómo usar el dinero de los rescates? ¿Por qué no hay controles para el pago de bonus?

–Bueno, si fuera a tomar la posición del gobierno diría que es difícil escribir esas regulaciones de forma tal que no tengan consecuencias inesperadas. Hubo una época en la que se intentó limitar el pago de los ejecutivos más altos (CEO), que terminó llevando a una explosión en el mercado de acciones, algo que no es bueno. Pero para mí se reduce a que perdura la visión dominante, aun con este gobierno, de que no hay nada fundamentalmente malo con el sistema. Hubo algunos errores y algo de mala suerte, pero no queremos sacudir mucho al sistema. No queremos reconstruirlo. No queremos romper las relaciones con esas personas que pensamos que eran tan inteligentes y ahora parecen tan tontos, queremos que se queden en su trabajo. Es un problema. En cierto sentido el gobierno de Obama está de fiesta como si todavía estuviéramos en 2006.

–¿Cómo sería un nuevo sistema? ¿Cuáles son sus propuestas?

–Al final, vamos a tener que volver a un sistema parecido al que emergió del New Deal, con ajustadas regulaciones para las instituciones financieras y bancos, límites en la toma de riesgos, altos impuestos para aquellos que ganan mucho. Tasas más bajas crean incentivos, pero son incentivos para arriesgar el dinero de otras personas en juegos peligrosos. Hay que actualizar muchas cosas para este siglo, pero básicamente nuestros abuelos lo habían hecho bien. Ellos entendieron que las finanzas sirven, pero que son peligrosas y que deben estar cercadas y ajustadas con regulaciones.

–Usted escribió que el gobierno de Obama considera que habrá un fuerte enojo si anuncia un plan para comprar los activos en problemas. Y por eso disfrazó con bombos y platillos el hecho de que terminemos pagando más por activos basura.

–Sí. Una vez que se dejan de lado las complejidades, sólo una forma rebuscada de hacer que el gobierno pague, que vos y yo paguemos, por comprar esos activos a un precio mayor al que cualquier inversor privado está dispuesto a hacerlo.

–¿Por qué cree que este es un momento crítico?

–Pienso que esto es una especie de juicio político. Es discutible. Pero me parece que Obama no tiene muchas oportunidades en esto, tal vez una sola. Ya existe una ira pública que no distingue entre las cosas que tenemos que hacer y las que han sido un error. Para Obama, elaborar este plan poniendo tanta plata de los contribuyentes y que no funcione, que es lo que estoy casi seguro que va a pasar, le va a hacer muy difícil volver al Congreso para impulsar un plan que pueda ser exitoso. Hay que hacer esto bien rápidamente porque el clima político se está poniendo feo, por una buena razón, y no hay mucha paciencia para los intentos fallidos, especialmente para aquellos en los que el gobierno parece estar tan cerca de Wall Street.

–La aseguradora AIG recibió miles de millones de dólares del gobierno que luego transfirió a sus “contrapartes”, se lo pasó a entidades como Goldman Sachs y a UBS, que tuvo que pagar una multa significativa al gobierno. Es como si le estuviéramos pagando su multa por violar nuestra ley.

–Para entender a las contrapartes hay que pensar al sistema financiero como una red de conexiones. La razón por la que estamos interviniendo para salvar a estas empresas en primer lugar es que tenemos miedo de que si se rompe la red en un punto, se expanda a un rango más grande. Eso no es sólo una teoría. Cuando se permitió que Lehman Brothers quebrara, se abrió un agujero gigante en el sistema financiero. Por eso los estamos rescatando. Ahora lo único que se puede decir es que si vamos a hacer esto, entonces tenemos que mirar a quiénes más estamos rescatando. Debemos decirles: “Miren, muchachos, ustedes tienen que hacer algunos sacrificios”. Lo que estamos viendo ahora es que les estamos entregando la plata de los contribuyentes sin quid pro quo. Y eso llega al centro de la disputa sobre cuál es nuestra política hoy.

–¿Lo ha llevado esta crisis a revisar su apoyo al Nafta (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) y toda la presión para una globalización desregulada?

–La respuesta es no. Que continúe el comercio de mercancías, de bienes físicos, es terriblemente importante para los países más pobres. Cuando me preguntan por qué estoy más o menos a favor del libre comercio, mi respuesta es que estoy pensando en países como Bangladesh que sobreviven por su capacidad para vender cosas intensivas en mano de obra gracias a sus bajos salarios. Nunca fui un fan del movimiento desregulado de capitales. Cuando a finales de los noventa algunos dijimos que había que limitar esa situación, otros decían “no, tienen que confiar en los mercados”. El asunto acá es el dinero caliente, no son las autopartes mexicanas. Es el dinero caliente de todo el mundo el que está en crisis ahora.

–¿Qué opina sobre la recomendación que hará un panel de ONU al mundo para que abandone al dólar como su moneda de reserva en favor de una canasta de monedas?

–Han existido muchos planes en ese sentido. Esa no es una decisión que pueda tomar un organismo internacional. El dólar es la moneda de reserva porque la gente cree que es el lugar más seguro para poner su dinero. El euro es su competidor natural, con la salvedad de que los europeos tienen tanto o más conflictos  en sus políticas que Estados Unidos. Pero la forma de tratar el tema no es que un organismo decida que vamos a hacer algo diferente, sino que los competidores naturales al dólar se vuelvan lo suficientemente valiosos como para pelearle el lugar.



miércoles, 25 de marzo de 2009

DEMASIADO LEJOS DEL FINAL DEL TUNEL

Aún estamos lejos del final del túnel. El plan de Timothy Geithner para rescatar los activos tóxicos de los bancos ha despertado una fuerte polémica. Joseph Stiglitz habla de “robo a los contribuyentes” y Paul Krugman de “estafa”. Y auque Geithner y Bernanke intentan dar sus razones, lo cierto es que Wall Street ayer volvió a la baja, y por la noche debió salir el presidente Obama en la hora pick de la TV para calmar al mundo y a los mercados, y a un pueblo estadounidense que busca salir de la desesperanza. Obama anunció que la economía comienza a recuperar su camino.

Lo cierto es que mientras se sigan produciendo 600.000 desempleados al mes no existe nada para alegrarse. Si alguien duda de los peligros que acechan no tiene más que leer el informe más reciente del Fondo Monetario Internacional o el del Banco Mundial. En ellos se dice que la economía de los países avanzados puede caer entre un 3% y un 3,5%. Curiosamente, la de Estados Unidos será la economía menos dañada: mayor será la caída en los países asiáticos y europeos.

Para intentar comprender parte de este problema hay que tomar algunos datos: el PIB mundial del 2008 fue de 58 billones de dólares (millones de millones o trillions, según la jerga estadounidense). El 25% (14,33 billones de dólares) corresponde al PIB estadounidense, le sigue Japón con 4,84 billones (nótese la diferencia); China, con 4,22; Alemania, 3,82; Francia, 2,99, Reino Unido, 2,78, Italia, 2,4; Rusia, 1,76; y España, 1,69. La diferenta entre el primer y el segundo país es de 3,5 veces. Y el primer país producía el 25% del PIB mundial y consumía el 50% del PIB mundial. Ahora que la crisis lo lleva a la realidad de la Ley de Say: consumir lo que se produce, no hay que consultar al Tarot para pensar en las consecuencias.

Por eso, no deja de ser alarmante la pasividad con que se está enfrentando el problema. Llevamos 18 meses de crisis constante y sonante y no se resuelve nada. Dieciocho meses de caída continua en los índices bursátiles, cifras de producción y datos de crecimiento, así como 18 meses de incrementos sostenidos e imparables en el desempleo mundial. Ya lo dijo Juan Somavía, el director de la Organización Mundial del Trabajo: “Nos enfrentamos a una crisis global del empleo”. Y mientras este tema no se resuelva, la crisis seguirá creciendo. ¿Qué es lo que se espera?

martes, 24 de marzo de 2009

POR QUE LA DESAPARICIÓN DE LOS PARAÍSOS FISCALES VA PARA LARGO



Girando sobre su posición defensiva, la semana pasada tres países de la Unión Europea, Austria, Bélgica y Luxemburgo, anunciaban modificaciones en su regulación del secreto bancario. Y un anuncio similar hacían Suiza, Liechtenstein, Mónaco, Andorra y hasta Hong Kong y Singapur; pero todos con matices despreciados por nuestros informadores, porque esas modificaciones serían sobre la base del caso por caso y apelando al artículo 26 del modelo de convenio bilateral de la OCDE para el intercambio de información fiscal entre países.

Aunque los titulares de prensa reflejen el gran éxito mediático de tales anuncios, no dejan de ser meros anuncios de reformas en estos países ante el temor de verse incluidos en una posible lista negra del G-20 en la próxima cumbre de Londres, tras las reiteradas declaraciones de nuestros gobernantes europeos contra los llamados paraísos fiscales. Pero ni unos ni otros prevén una inmediata regulación de la banca y los mercados financieros que toque los dos principios básicos, la libertad de movimientos del capital y la competencia fiscal, que generaron esos paraísos fiscales como un subproducto de la globalización financiera.

Esos dos principios de la libertad de movimientos mundiales del capital y de la competencia fiscal entre gobiernos, son los que nos han llevado a la actual crisis global, al sustituir los controles de los Estados por la desregulación, debilitando la autoridad de los gobiernos frente al capital financiero:

Para garantizar la viabilidad de ese principio de libertad total del capital nació, con la crisis del sudeste asiático a finales de los noventa, el Foro de Estabilidad Financiera que ahora se pretende reanimar. Y aunque esta crisis financiera global haya mostrado la ineficacia de este Foro convertido en organismo internacional tecnocrático radicado en Basilea, recordemos que para lograr la estabilidad del sistema financiero realizó en el año 2000 el censo de los centros financieros offshore, revelando su contribución a aquella crisis de la periferia, según acreditaron los informes técnicos del FMI; otro organismo internacional que con su posterior política de evaluación de esos centros offshore les ha consolidado como un sector de las finanzas mundiales.
Y el principio de la competencia fiscal en la UE, que está integrado en su práctica política como hemos documentado, surgió con la introducción de la libertad de movimientos de capitales sin la simultánea armonización fiscal intracomunitaria como preveía el texto original del Tratado de Roma. Y la OCDE sigue defendiendo a ultranza esta competencia entre países en materia de impuestos, aunque fracasó con su proyecto contra la competencia fiscal perjudicial que pretendía acabar con los paraísos fiscales antes de 2006.

Hoy, para cualquier observador informado es evidente que esa competencia entre las políticas fiscales europeas condiciona fuertemente las políticas económicas de los gobiernos en beneficio del capital, que ve generalizada la reducción de su tributación como las estadísticas muestran. Aún más, entre las propuestas sobre regulación financiera que concurren a la cumbre del G-20, es muy significativa la posición de los EEUU que no cuestiona lo más mínimo los principios mencionados y el documento es muy claro en su única referencia a los paraísos fiscales:

“Tenemos que reforzar la cooperación para combatir el lavado de dinero sucio y la financiación del terrorismo y aplastar (crackdown) a los que utilizan los paraísos fiscales extraterritoriales (offshore tax havens) para escapar del pago de su cuota de impuestos”.
Es la misma retórica de las dos últimas décadas como si no ocurriera nada; es decir, tras la cumbre de Londres del 2 de Abril tendremos más de lo mismo, por ahora. Según la información disponible en la web del Financial Times, únicamente cuatro países, EEUU, Reino Unido, Francia, y Argentina incluyen en sus propuestas para la cumbre del G 20 en Londres como prioritarias “medidas enérgicas con los paraísos fiscales” (crackdown on tax havens).

lunes, 23 de marzo de 2009

ES URGENTE: HAY QUE CAMBIAR EUROPA




El titular de prensa lo dice todo: "La UE suspende por falta de ideas la cumbre sobre el empleo".

No puede haber una expresión más evidente ni patética del agotamiento del modelo neoliberal que se está siguiendo para construir y gobernar Europa.Y no es de extrañar que no tengan ideas.
Llevan años dándole vueltas a lo mismo y sin éxito,: flexibilizar el mercado, bajar los salarios, favorecer a los capitales... y lo que han conseguido está a la vista. Hoy hay más pobres en Europa, más trabajadores precarios, menos crecimiento de la economía... pero, eso sí, muchos más beneficios acumulados por las empresas. Y, además, unos beneficios que no se dedican a generar más inversión productiva o a crear más empleo, como auguraban los defensores de las políticas neoliberales. Por el contrario, se han dedicado a la especulación y ahora padecemos, en consecuencia, la crisis más grande del último siglo, por lo menos.
¡El capitalismo especulativo se come al capitalismo!

Antes, cuando subían los precios, incluso en pequeña proporción, decían que había que moderar los salarios para que no siguieran subiendo. Ahora, cuando dicen que hay que evitar que sigan cayendo los precios porque eso provoca una deflación que hay que evitar, no solo no dicen de subir los salarios, como habría que hacer si su teoría de antes fuese cierta, sino que siguen diciendo que hay que moderarlos. No tienen vergüenza.

No es que no tengan ideas para crear empleo. Lo que sencillamente no tienen es voluntad de enfrentarse a los intereses de los poderosos que no necesitan el empleo para ganar dinero, ni quieren contribuir con sus impuestos para aportar recursos que permitan crearlo.

Se podría crear empleo en Europa desde mañana mismo: obligando a que el Banco Central Europeo financiara programas de gasto orientados a generar capital social en lugar de seguir dando dinero a bancos que son insolventes y que todo lo que reciben lo dedican (inútilmente pues el agujero es inconmensurable) a tratar de salvar sus balances. Realizando reformas fiscales que gravaran las actividades especulativas y los patrimonios y beneficios procedentes de ellas y con ambas fuentes de financiación generando un cambio de modelo productivo en Europa para favorecer la utilización de recursos endógenos y la actividad económica sostenible.

En Europa hay más de 60 millones de pobres, déficit muy grandes en salud, enseñanza, investigación e innovación, igualdad y conciliación, en gestión medioambiental y desarrollo de nuestras fuentes energéticas, en cooperación internacional, en desarrollo de agricultura ecológica, en integración cultural... y en todos esos campos la actividad podría ser fuente intensiva de cientos de miles de empleos. Claro que fomentar esa actividad requeriría apoyar a nuevas empresas, a nuevos intereses económicos y, sobre todo, ir cerrando el paso a las que ahora dominan los mercados europeos en torno a un modo de producir y distribuir los recursos despilfarrador e insostenible, pero muy rentable.

Y requeriría nuevos instrumentos de decisión que empoderarían a los ciudadanos, como se empoderarían también si disfrutaran de un salario y de un trabajo dignos, que es lo que en realidad quieren evitar.

Está claro. Hay que echar a esos dirigentes políticos que incluso reconocen que no tienen ideas y empezar a construir otra Europa.
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viernes, 20 de marzo de 2009

LA SILENCIADA CAUSA DE LA CRISIS

Público


Estamos en una crisis económica y financiera profunda que puede abocar rápidamente a una depresión mundial semejante a la que ocurrió en los años treinta del siglo XX. De ahí que sea importante ver si las dos crisis mundiales tienen causas comunes y si hay similitudes o diferencias entre ellas. Comencemos por las diferencias, y la más importante es que la situación existente en los países desarrollados es hoy muy distinta a la de los años treinta. Existen ahora sistemas de protección social (como los seguros de desempleo) que no existían entonces.

Ahora bien, también hay semejanzas y una de ellas, la más importante y que ha pasado desapercibida en los medios de información españoles, es la enorme polarización en la distribución de las rentas que existió en los años que precedieron a la Gran Depresión del siglo XX, y que existe ahora. En la gran mayoría de países de la OCDE hemos visto desde los años ochenta un gran crecimiento de las rentas del capital a costa de una disminución de las rentas del trabajo, alcanzándose una concentración sin precedentes de las rentas en los sectores más pudientes de las sociedades avanzadas, con una disminución del porcentaje de la masa salarial sobre la renta nacional (y ello a pesar de que el número de trabajadores ha aumentado). Esta situación es resultado de la llamada revolución neoliberal (iniciada por el presidente Reagan en EEUU, y por la señora Thatcher en Europa) y sus políticas públicas liberales regresivas (bajadas de impuestos de las rentas superiores, aumento de la regresividad fiscal, desregulación de los mercados de trabajo y descenso de la cobertura de derechos sociales y laborales, entre otras) que han acentuado las enormes desigualdades de renta en la mayoría de aquellos países, alcanzando niveles sin precedentes desde la Gran Depresión. Y ello ha ocurrido en ambos lados del Atlántico, acentuándose todavía más en los últimos años. En EEUU las rentas del capital ascendieron como nunca antes había ocurrido mientras que las rentas del trabajo descendieron de un 68% en 1992 a un 62% de la renta nacional en 2005.

En la Unión Europea pasó algo semejante. Las rentas del trabajo han sufrido un enorme bajón, pasando de representar en los países de la eurozona (que son los que llevaron a cabo aquellas políticas neoliberales con mayor contundencia, estimulados por la Comisión Europea y por el Banco Central Europeo) el 70% de la renta nacional en el año 1992 al 62% en el año 2005. En España las rentas del trabajo pasaron de representar el 72% de la renta nacional total al 61% en el mismo periodo. En otras palabras, el periodo neoliberal fue un periodo de gran exuberancia para el mundo empresarial (y muy en especial para el mundo financiero) que vio en la UE-15 crecer sus beneficios durante el periodo 1999-2005 un 33%; en la eurozona subió un 36% y en España un 73%, más del doble que el promedio de la UE-15. Los costes laborales, sin embargo, crecieron sólo un 18% en la UE-15 y en España sólo un 3,7%, una quinta parte del promedio de la UE-15. Una consecuencia de la polarización de las rentas y del descenso de las rentas del trabajo, ha sido la disminución de la capacidad adquisitiva de la clase trabajadora y de la demanda con el consiguiente endeudamiento de las clases populares.

En EEUU la familia promedio que debía 40.000 dólares en 1980 pasó a deber 130.000 dólares en 2007. Una situación semejante ocurrió en la UE. Este endeudamiento creció enormemente hasta que se hizo insostenible. Por otra parte, las exuberantes rentas del capital se invirtieron en actividades especulativas, y muy en especial (en EEUU, España y Gran Bretaña) en la vivienda, desarrollando una burbuja que al explotar (debido a la enorme especulación y excesiva construcción) creó el colapso del crédito, pues la vivienda es el aval más utilizado por las clases populares para conseguir crédito. Contribuyendo a ello es la existencia de un sistema financiero altamente contaminado con productos tóxicos que nadie sabe cuántos ni dónde están, convirtiéndose en lo que se ha definido como bombas financieras de destrucción masiva.

Mientras que las semejanzas en el origen de la crisis a ambos lados del Atlántico son muy notables, las respuestas son muy diferentes. En EEUU las fuerzas progresistas están respondiendo con medidas similares, aunque menos intensas, que las que desarrolló Franklin D. Roosevelt en el New Deal. Un aumento muy notable del gasto público en inversiones y servicios públicos (como sanidad y otros servicios), financiando tal gasto con un incremento en los impuestos de los sectores más pudientes de la población (que se beneficiaron enormemente de las políticas liberales) y permitiendo un crecimiento del déficit federal hasta alcanzar un 12% del PIB. También un reforzamiento de los sindicatos para aumentar los salarios, un elemento clave de la recuperación de la demanda, tal como hizo Franklin D. Roosevelt con la Ley Wagner que estableció los sindicatos y que la Administración Obama (presionada por las clases populares y por los sindicatos) está expandiendo para facilitar el incremento de los salarios y de la demanda.

En la Unión Europea, sin embargo, bajo un dominio conservador liberal (excepto en España), la respuesta ha sido enormemente insuficiente. El estímulo económico ha sido mucho menor que el aprobado por el Congreso estadounidense; el Pacto de Estabilidad continúa penalizando a aquellos estados que tienen un déficit de más del 3% del PIB, y los gobiernos están proponiendo que los trabajadores congelen sus demandas salariales como manera de salir de la crisis. Todas ellas medidas contrarias a las necesarias en estos momentos en que debieran revertirse las políticas regresivas que causaron la polarización social, responsable de la crisis de entonces y la de ahora.

Vicenç Navarro es Catedrático de Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra y profesor de Políticas Públicas en The Johns Hopkins University


jueves, 19 de marzo de 2009

FORO MUNDIAL DEL AGUA

El dia 16 comenzo en Estambul el Foro Mundial del Agua
Ésta organizado por el Consejo Mundial del Agua, una entidad dirigida y controlada por las principales multinacionales del sector y muy cercana al Banco Mundial. Se trata de un encuentro fuera del sistema de las Naciones Unidas pero consentido por el mismo.

Al FMA están convocados los gobiernos para atender las recomendaciones que impulsan las grandes corporaciones privadas del agua y las instituciones financieras internacionales hacia las políticas que regulan el agua. Entidades que tienen como principal motivación considerar el agua como un bien económico y privatizar su gestión.

Y además, en oposición a este foro se celebra el Foro Social Mundial (FSM).

El FSM es un evento que se celebra anualmente y que es convocado por los movimientos sociales de todo el mundo. Surgió en 2001 como una alternativa al Fondo Económico de Davos, en un momento de auge del neoliberalismo. Se veía necesario que la sociedad civil dispusiera de una agenda propia y de espacios propios donde construir otro mundo, hasta el momento se trabajaba construyendo foros alternativos o contraforos a los encuentros oficiales.

Así pues, en enero de 2009 tubo lugar en Belém el IX FSM. Allí acudió el llamado Movimiento Global por la Justicia del Agua, para coordinar a nivel internacional las propuestas de la sociedad civil. En sus conclusiones nos cuentan que el actual modelo económico ha declarado la guerra a la naturaleza: al agua, al aire, a la tierra y a los bosques, y a todos los bienes comunes naturales.

La actual crisis mundial (social, ambiental y económica) se manifiesta también en el acceso a los servicios de agua y saneamiento, dividiendo la humanidad entre incluidos y excluidos. Su visión es que el agua en todas sus formas es un bien común y su acceso un derecho humano fundamental e inalienable de todo ser vivo. 

El agua es patrimonio de las comunidades, de los pueblos, de la humanidad y de la naturaleza: no es una mercancía.

Y para ello es necesario que la gestión permanezca en el ámbito público y comunitario, con participación, equidad y control social. Una gestión sin ánimo de lucro y que preserve el ciclo integral del agua. El agua es un elemente de cohesión social y es vida para los ecosistemas acuáticos, y en definitiva, es vida para las personas y el planeta.

Existen mucho modelos de gestion del agua, pero son aquellos que cuentan con la participacion de la sociedad los que consiguen avanzar y responder a las necesidades reales, de hay la importancia de la participacion.

La policía turca detuvo el día 16 a 17 manifestantes cuando protestaban contra el Quinto Foro Mundial del Agua .El grupo de "No a la comercialización del agua" está formado por miembros de varias organizaciones no gubernamentales, quienes intentaron manifestarse frente al Congreso y Centro Cultural Sutluce, donde se está sosteniendo el foro de WWF. Y no solo eso, tambien han expulsado a gente del pais.

Los manifestantes gritaban lemas y llevaban pancartas que decían "El agua es vida, no puede ser vedida" y "Agua suficiente para todos" .
Las fuerzas de seguridad turcas se enfrentaron a los manifestantes y usaron gas lacrimógeno para dispersar al grupo.  


PRESTAN DINERO POR INTERNET

Zopa (Zona de Posible Acuerdo) nació en Londres en 2005 y, tras unos inicios titubeantes, ha logrado resistir y consolidar su tipo de negocio. Sin embargo, su gran despegue ha coincidido en el último año con la llegada de la crisis económica internacional y, en particular, con la crisis de la City londinense y quiebra de varios bancos del país.

El pasado mes de febrero, según datos de Zopa, a través de la página la gente se prestó 2,7 millones de euros. El crecimiento estratosférico ocurrió en la segunda parte de 2008, cuando los préstamos aumentaron el 81% respecto al mismo periodo de 2007. Desde julio, según Giles Andrews, director general de Zopa, cada mes se está duplicando el número de préstamos. Sólo en el mes de enero el número de préstamos creció el 700% y el dinero prestado, el 109%.

A diferencia de los bancos, en Zopa no hay un interés fijo por los préstamos, sino que son los que tienen dinero y los que lo solicitan quienes se ponen de acuerdo en el interés. Zopa cobra un porcentaje a cada una de las partes por el servicio prestado (1% del préstamo y 120 euros al que coge el préstamo). El pasado año, el interés medio de las contraprestaciones fue del 9,1%, pero todo depende de la rapidez con que uno necesite el dinero o que quiera prestarlo. La cantidad que se presta oscila entre las 10 libras (10,8 euros) y las 25.000 (27.000 euros). En caso de fraude, Zopa se compromete a devolver el dinero íntegro.

La iniciativa de Zopa ha sido copiada en muchos países, entre ellos España, aunque con diferentes resultados. Sin embargo, los vientos soplan a favor de este tipo de transacciones entre particulares. Zopa, que ha abierto sucursal en Italia y Japón, chocó en Estados Unicos con el sistema regulatorio bancario y no pudo implantarse allí.


www.uk.zopa.com





martes, 17 de marzo de 2009

COMBATIR LA DESIGUALDAD ES LA FORMA MÁS EFICAZ DE ENFRENTAR LA CRISIS

Entrevista al economista James K. Galbraith


“Lidiar con la pobreza, en realidad, es la forma, más eficaz de lidiar con la crisis económica, mucho más eficaz que la estrategia de dar dinero a los bancos o a las grandes empresas. Es así como se restauran los flujos de renta, de capital, y la capacidad de tomar crédito de la población y del sistema como un todo.”
 
En el marco del Seminario sobre el Desarrollo, organizado por el gobierno brasileño, Tiago  Thuin y Clarissa Pont entrevistaron al economista norteamericano  James Galbraith.

El profesor James Galbraith, director del Proyecto Desigualdad en la Universidad de Texas- Austin, no es solamente el heredero de un nombre ilustre (su padre, fue uno de los economistas más influyentes de los Estados Unidos en la posguerra).  Él fue uno de los primeros en prever la actual crisis económica, ya en 2004, y por eso es percibido cada vez con mayor atención por la prensa y el gobierno norteamericano. Su libro “El Estado predador: cómo los conservadores abandonaron el libre mercado y por qué los liberales también deberían hacerlo”, está entre los tres más vendidos en la categoría “gobierno” de Amazon.com.

En Brasil, para participar del Seminario Internacional sobre Desarrollo organizado por el Consejo de Desarrollo Económico y Social, Galbraith concedió una entrevista a Carta Maior, en la que explica que la crisis, gestada por las políticas irresponsables de desregulación bancaria, está lejos de ser superada; y que el camino de su superación pasa antes por la ayuda a la población en general, principalmente a los más pobres, que por la ayuda a los bancos y a las grandes empresas.

CM. ¿Usted piensa que la ayuda económica prevista por el Congreso norteamericano tendrá éxito?

JG. Tengo mis dudas – el paquete de estímulo y de salvataje a los bancos – son complementarios. El estímulo económico depende del salvataje bancario, y el problema de éste es que la táctica, la visión básica por detrás de él, que es de comprar acciones, ofrecer capital a los bancos para lograr que comiencen a prestar nuevamente, está errada. La razón por la cual los bancos no están concediendo crédito es que hay una escasez de buenas oportunidades de inversión, o de tomadores de crédito con garantías apropiadas, con inmuebles valorizados u otras garantías. Y el problema con los bancos es que la cartera de activos vale mucho menos de lo que ellos pensaban que valía. Es una insolvencia sólida y, hasta que se enfrente eso, no habrá reconstrucción del sistema financiero.

CM. Aquí en Brasil, a pesar de que los bancos están en una situación mucho más sólida que en los Estados Unidos, medidas de estímulo al crédito, de capitalización de los bancos, fueron realizadas. ¿Usted piensa que esas medidas tendrán efecto en el sentido de estimular los bancos que ofrecen crédito?

JG. No estoy familiarizado con la situación específica de Brasil, pero considero que la misma idea general se aplica. El crédito carece de una comunidad tomadora de préstamos importantes, que tenga condiciones de tomar empréstitos, y es eso lo que simplemente no está presente en una crisis.

CM. ¿Usted escribió recientemente un libro, El Estado predador, en el cual aboga por la renuncia a las prácticas neoliberales? ¿En su opinión es que la intervención del Estado en la economía vino para quedarse, o es sólo una reacción temporaria de pánico?

JG. Mire, el principal argumento de mi libro es que en los Estados Unidos – y creo que en todas partes – el ideal neoliberal ya había sido abandonado. El gobierno conservador fue un gobierno intervencionista – practicando la intervención a favor de un base estrecha, apadrinando los sectores de la energía, militar y minero, los grandes medios de comunicación y el sector financiero. Grupos muy pequeños pero muy poderosos en la práctica formaban y controlaban el gobierno por un largo período, y el resultado – específicamente en el sector financiero – fue un desmoronamiento completo de la confianza de parte de la comunidad como un todo en la seguridad del sistema, en las reglas que garantizan la seguridad del sistema. Esa es la causa de la explosión de empréstitos subprime cada vez más arriesgados, que a su vez envenenó toda la estructura de los activos de los bancos y toda la economía.

CM. ¿Cree que una regulación financiera más severa, en los moldes de la que fue impuesta en Estados Unidos desde 1933 en adelante, será aplicada a partir de ahora en este país y globalmente?

JG. Sí. Y tiene que ser impuesta a nivel global, trasnacional, y los mecanismos que van por eso en la práctica ya están ahí. La cuestión que propongo, entonces, es que es prematuro pensar en la recuperación de la economía financiera solamente a partir de un sistema regulatorio mejorado. El problema está en que las propias instituciones deben ser reconstruidas, con cuyos activos envenenados tenemos que luchar.

CM. Desde el comienzo de la crisis la lucha contra la desigualdad, que era discutido en foros internacionales y por los gobiernos hasta entonces, quedó en un segundo plano. ¿Existe una opinión de que ese es un asunto del que no hay que preocuparse antes de salir de la crisis? ¿Usted considera que esa actitud es sensata o necesaria?


JG. Ahora bien, ¿Cómo se lucha contra la pobreza, contra la desigualdad? Justamente mediante la red de seguridad social. En la gran depresión del 29, prácticamente toda iniciativa de mayor porte fue un medio para disminuir el riesgo, distribuyéndolo y aumentando el nivel de vida en la base de la pirámide económica. Garantías de depósitos, el sistema de asistencia y seguridad social, las medidas para estabilizar la industria y la agricultura, todo fue en ese sentido, y fue así que los EE.UU. consiguieron salir de la peor fase de la crisis económica.  Lidiar con la pobreza, en realidad, es probablemente la forma, más eficaz de lidiar con una crisis económica, mucho más eficaz que la estrategia de dar dinero a los bancos o a las grandes empresas. Es así como usted restaura los flujos de renta, de capital, y la capacidad de tomar crédito de la población y del sistema como un todo.

CM. Hay una opinión, algo difundida, de que el Brasil está mejor ubicado que otros para enfrentar la crisis, y podría hasta superarla en el corto plazo. ¿Cuál es su posición?

JG. Bien, como ya dije, no estoy familiarizado con la situación brasileña, pero considero razonable decir que Brasil está en una posición sólida, comparado con otros países. Sin embargo, ningún lugar de la comunidad global va estar a salvo de los efectos de la actual crisis. Y por eso, es parte de la responsabilidad de los países mayores y más sólidos ayudar a los otros, si quisieran ver una solución efectiva de la crisis global. No puedo decir sí asumirán esa responsabilidad, eso es una cuestión política.

CM. Esta es una crisis que va más allá de la economía. También es una crisis política. ¿En su opinión, cuáles fueron las razones políticas que llevaron a esta crisis?

JG. En los Estados Unidos pasamos por un período de desgobierno. Un abandono de la responsabilidad pública, de la regulación financiera seria. Esa es la raíz de la crisis, de las hipotecas subprime, de los instrumentos basados en esos derivados, profundamente enquistados en el sector financiero; esas cosas no habrían ocurrido con una regulación efectiva, solo pasaron porque el Ejecutivo favoreció a sus compinches y soltó la mano a las responsabilidades públicas reconocidas durante seis décadas.

CM. Nuevamente sobre la cuestión de la desigualdad: en la última década del Siglo XX creció en todo el mundo, tanto en los países que experimentaron recesiones como en los que crecieron de manera explosiva. ¿Usted ve en esta crisis una oportunidad, o un riesgo de que la desigualdad global aumente todavía más?

JB. Bien, en cualquier crisis los pobres van a ser más afectados que los ricos. Pero esta crisis, en particular, puede mostrar una diferencia: los más golpeados han sido los sectores financieros de los países ricos. Aunque al mismo tiempo se puede ver, por ejemplo, una disparidad creciente entre Europa Oriental y Occidental, debido a la manera como las monedas de la Europa Central y Oriental son respaldadas en libras o en euros. Y una de las implicaciones de eso es que además de ser apropiado que los países refuercen sus propias redes de seguridad social, en economías regionalmente integradas, o que aspiren a la integración con los países más fuertes, deben tomar medidas que refuercen ese tipo de políticas para la región como un todo.
 
James K. Galbraith es profesor de economía en la Lyndon B. Johnson School of Public Affairs, de la University of Texas-Austin. Anteriormente ocupó varios puestos en el Congreso de los Estados Unidos, incluida la dirección ejecutiva del Joint Economic Committee.


domingo, 15 de marzo de 2009

CRISIS MUNDIAL: UN AVE FÉNIX IMPROBABLE


Hace menos de dos semanas, el diario The Wall Street Journal (25/2) acentuaba los colores negros del Citibank al anunciar el "desconcierto por la falta de directivas del gobierno de Estados Unidos".

El Estado se había hecho cargo del 36 por ciento de las acciones ordinarias del banco, pero no le ofrecía una orientación: ¿habría que desmantelarlo mediante la creación de un ‘banco malo' que se hiciera cargo de los activos invendibles para pagarle lo que hubiera o restara a los acreedores? ¿O había, en cambio, que aguantar tal cual estaba a la espera de que una recuperación económica permitiera saldar las deudas a los valores originales?

La bruma de la incertidumbre no se había disipado cuando en forma brusca las acciones del Citi se dispararon en un día un 37 por ciento, lo que levantó a la Bolsa de Nueva York y a las de todo el mundo en porcentajes abultados. El detonante de la suba fue un memorando interno del banco que anticipaba ganancias por primera vez en más de un año y medio. El banco que los medios ya habían condenado al ocaso resurgía de sus cenizas y parecía dejar ver el horizonte de salida de la crisis. ¿Para qué habernos preocupado tanto? Las buenas nuevas de este Drácula de la economía mundial habían opacado la noticia, cien veces más importante, de que las exportaciones de China se derrumbaban y el mercado interno conocía una caída de precios, la deflación, por primera vez en doce años.

Cualquier memorando de la banca mundial que anuncie beneficios es un camelo porque, en primer lugar, debería haber agotado la previsión de pérdidas por activos incobrables que, en el caso del Citibank, habían llegado a los dos billones de dólares y a nivel mundial a cincuenta billones de dólares. De todos modos, las pérdidas que registran los bancos son fundamentalmente virtuales, porque no pasan de una operación de rebaja de valor en los libros. La pérdida no ocurre efectivamente, como sería con la venta del activo a su valor depreciado. El sistema financiero se encuentra en pie, pero colapsado, porque el dinero que le inyectan los Estados solamente sirve para evitar que se declaren en bancarrota desde el punto de vista legal. Una manifestación efectiva del colapso bancario es la caída en picada del crédito que financia el comercio internacional.

Sea como fuere, el mismo día en que se iba a conocer la reencarnación improbable del Citibank, una reputada analista norteamericana, Meredith Whitney, alertaba, también en el diario WSJ, sobre el derrumbe inminente de las tarjetas de crédito en EEUU. La analista había previsto con anticipación el derrumbe del Citibank y había sufrido por ello varias amenazas de muerte. Según Meredith, los derechos de giro por tarjeta son de cinco billones de dólares, aunque se utilizan 800 mil millones, que se renuevan periódicamente varias veces al año. La analista cree que, entre la crisis bancaria y la desocupación, la caída de los salarios y los desalojos, el stock de crédito por tarjeta se va a reducir un 60 por ciento, o sea a dos billones de dólares. Sin embargo, como ocurre en Argentina con los créditos al consumo, las tarjetas de crédito se titularizan o secutirizan, o sea que se convierten en bonos en poder de otros financistas, que quedan como prestamistas de última instancia del banco emisor de la tarjeta. Son cinco los bancos que dominan el 66 por ciento del mercado de tarjetas -en primer lugar el Citi. Pues bien, éste es el banco que pretende estar ganando plata y anticipando la recuperación económica.

En realidad, la suba de las bolsas ocasionada por el anuncio de ganancias del Citi obedeció a que muchos especuladores salieron a comprar acciones que habían vendido a la baja sin tenerlas en su poder; es decir que obedeció a un movimiento espasmódico de un mercado que especula con la quiebra de los bancos, no con su recuperación. De cualquier modo, el derrumbe mundial no es una línea recta sino zigzagueante -siempre en dirección al Polo Sur. Las noticias de recuperación apuntan a ofrecer argumentos a las burocracias sindicales para persuadir a los obreros a aceptar suspensiones y despidos porque la salida de la crisis está a la vuelta de la esquina.


EL CONTROL DE LOS PARAÍSOS FISCALES PODRÍA LIBERAR 120.000 MILLONES DE DÓLARES PARA LA LUCHA CONTRA LA POBREZA





Los países en desarrollo pierden cada año cerca 124.000 millones de dólares que van a parar a paraísos fiscales, afirma Oxfam Internacional (Intermón Oxfam en España) en la víspera de la reunión de ministros de economía preparatoria para la reunión del G20 en Londres.


Un análisis realizado por James Henry, ex economista de McKinsey Co y miembro de Oxfam, revela que al menos 6,2 billones de dólares de la riqueza procedente de los países en desarrollo se encuentra en manos de particulares en paraísos fiscales, privando a estos Estados de unos ingresos impositivos de entre 64.000 y los 124.000 millones de dólares.


Si a esta cifra se añaden las cantidades que anualmente las empresas multinacionales sacan fuera de las fronteras de los países en los que operan (entre 200.000 y 300.000 millones de dólares), el montante es mucho mayor.


Esta escala de pérdidas supera con creces los 103.000 millones de dólares de ayuda al desarrollo que los países en más pobres reciben anualmente.


Intermón Oxfam pide una reforma de los paraísos fiscales y una reforma más amplia del sistema financiero para reducir la volatilidad de los capitales, incrementar la responsabilidad y dar a los países en desarrollo un papel más relevante en la gestión de la economía global. La organización también presiona a los líderes del G20 para que acuerden planes de rescate a los países más pobres –similares a los planes de rescate puestos en marcha para las entidades bancarias- para ayudarles a escapar de los efectos más devastadores de la crisis financiera global.

“Esperamos que España promueva y apoye la puesta en marcha de estímulos fiscales inmediatos para los países menos adelantados. Este estímulo debería representar entre un 3 y un 5% de su Producto Nacional Bruto (PNB) y serviría para ayudarles a protegerse de la crisis y reactivar el crecimiento global”, afirma Jaime Atienza del departamento de estudios de Intermón Oxfam.


La necesidad de una regulación estricta de los paraísos fiscales será uno de los temas clave en la agenda de los ministros de economía que se reúnen este fin de semana para preparar la reunión del G20 que tendrá lugar en Londres el 2 de abril, y es también el tema principal de las movilizaciones que se realizan estos días en Inglaterra.


“Los países en desarrollo pierden miles de millones de euros cada año que podrían incrementar el dinero disponible en sus economías para reducir la pobreza”, afirma Atienza. “Unos 16.000 millones de dólares al año serían suficientes para garantizar a cada niño y niña una plaza escolar, y 50.000 millones anuales bastarían a los países más pobres para proteger a su población del cambio climático”.


“La crisis financiera actual demuestra que nuestros líderes no pueden permitirse permanecer inactivos mientras los paraísos fiscales detraen miles de millones de dólares de los bolsillos de los contribuyentes, tanto de los países ricos como de los pobres”, concluye Atienza.


Intermón Oxfam solicita la aprobación de nuevas regulaciones que obliguen a los paraísos fiscales a desvelar información sobre el dinero que entra en su jurisdicción y a las compañías multinacionales a informar de los impuestos que pagan en cada país en el que operan. Esto permitiría a los países identificar a los individuos y organizaciones que ilegalmente dejan de pagar sus impuestos y tomar acciones para recuperar el dinero.

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miércoles, 11 de marzo de 2009

EL G-20 YA TIENE PREPARADA SU LISTA NEGRA DE PARAÍSOS FISCALES


Ya circula una lista provisional con ocho paraísos fiscales de cara a la cumbre del G20 que se celebrará en Londres el próximo 2 de abril, elaborada a partir de los informes presentados por la OCDE sobre la cooperación en la lucha contra el fraude, según reveló este miércoles La Tribune.
El diario económico francés precisó que en dicha lista figuran, además de los tres países -Andorra, Liechtenstein y Mónaco- que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ya identificaba en 2005 como paraísos fiscales, Suiza, Austria, Luxemburgo, Mónaco, Hong Kong y Singapur.

Un portavoz de la organización, sin embargo, reafirmó a Efe que "no hay ninguna nueva lista de la OCDE", y que simplemente se ha proporcionado información a los organizadores de la cumbre del G20 sobre cómo se comportan los diferentes centros financieros del mundo en la cooperación para combatir el fraude.

"No es una lista negra de la OCDE, sino sólo informaciones sobre las actitudes" de los centros financieros, en respuesta a la demanda planteada en octubre pasado por Francia y Alemania, subrayó el portavoz. Y recordó que el organismo no ha sido formalmente solicitado para actualizar su lista de paraísos fiscales de 2005, en la que sólo quedaban Andorra, Liechtenstein y Mónaco.

Además, añadió que serán los países del G20 los que decidirán qué hacer con la documentación aportada por la OCDE. Este próximo fin de semana, los ministros de Finanzas de ese grupo se reúnen en Londres para preparar la cumbre del 2 de abril. Dentro del conocido como Club de los países desarrollados no hay consenso de sus 30 Estados miembros -en particular por la posición beligerante de Suiza- sobre cómo tratar la cuestión de los paraísos fiscales.

Los afectados niegan legitimidad al G-20

La lista de ocho paraísos fiscales es susceptible de ser revisada de aquí a la cumbre del G20 y se ha elaborado a partir de cuatro criterios de examen de los centros financieros. Se trata de la ausencia de fiscalidad o un nivel muy bajo, la ausencia de transparencia (el conocido como secreto bancario), las facilidades administrativas para que se instalen como residentes personas o empresas que no tienen actividad económica in situ o las reticencias a intercambiar informaciones con otros países sobre cuestiones fiscales o judiciales.

El periódico económico indicó que las islas anglo-normandas no figuran en la lista por los acuerdos que han suscrito sobre intercambio de información fiscal. También señaló que el objetivo de la publicación es tratar de forzar a los que están dentro a ceder para no aparecer como ovejas negras en la cartografía financiera mundial. En cualquier caso, la respuesta hasta ahora por parte de Suiza, Austria y Luxemburgo ha sido negar legitimidad al G20 para señalar a los paraísos fiscales.

NACE LA ALIANZA GLOBAL POR UNA BANCA CON VALORES


Once de los principales bancos éticos y sostenibles del mundo, que suman activos por encima de los 10.000 millones de dólares, han creado una alianza para construir una alternativa positiva a un sistema financiero global en crisis.

La Alianza Global por una Banca con Valores (Global Alliance for Banking on Values) fue presentada públicamente el pasado 3 de marzo durante un evento en la sede central de Triodos Bank en Zeist, Holanda, que contó con la participación de la princesa Máxima de los Países Bajos, anterior miembro del Grupo Asesor de las Naciones Unidas sobre Sectores Financieros Incluyentes, y Achim Steiner, Director Ejecutivo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

La Alianza ha sido fundada por el banco bengalí BRAC Bank - parte del Grupo BRAC, la mayor institución de microcréditos del mundo-, el banco cooperativo estadounidense ShoreBank y Triodos Bank, el referente europeo en banca ética y sostenible. El resto de miembros son entidades de microcréditos y bancos y cooperativas de crédito dedicadas a la financiación responsable. A ellos se sumará en breve el banco de microcréditos keniata K-Rep Bank, que no pudo asistir al lanzamiento.

En su discurso de apertura, Peter Blom, CEO de Triodos Bank, señaló: “Los bancos que firman esta alianza continúan creciendo, obteniendo beneficios y haciendo frente a la crisis financiera. Estas entidades pusieron en marcha un modelo de negocio bancario que combina la rentabilidad financiera con la rentabilidad social y medioambiental cuando no estaba de moda hacerlo. No hay una única respuesta a la crisis financiera internacional, sino muchas. Los responsables de las once entidades aquí reunidas tenemos mucho que aportar al sistema financiero a nivel internacional. Juntos somos una extraordinaria fuerza para el cambio”.

Los nuevos socios planean desarrollar nuevas líneas de trabajo, construir organizaciones que encajen mejor con la idea de un desarrollo sostenible a largo plazo y nuevas formas de propiedad y cooperación económica. Los socios consideran que esta nueva alianza nace en un momento especialmente propicio, dada la crisis financiera y su profunda y duradera influencia en todo el mundo.

De acuerdo con Fazle Hasan Abed, presidente de BRAC, “cada vez es mayor la dependencia económica entre unos países y otros, sin importar el lugar en el mundo en el que vivimos. Para abordar los problemas a los que nos enfrentamos, vamos a necesitar una acción a nivel global. Creemos que estos once bancos tienen el potencial necesario para introducir mejoras innovadoras en el mundo financiero y empezar a dar soluciones a largo plazo para comunidades y sectores desantendidos por la banca tradicional”.

“Vamos a promover las finanzas responsables, poniendo nuestra experiencia al servicio de bancos ya existentes y ayudando al desarrollo de otros nuevos”, subraya Mary Houghton, presidenta de la ShoreBank Corporation. “Vamos a abanderar el debate sobre los modelos de banca que creemos que pueden inspirar profundos cambios en la industria financiera dominante. No sólo queremos hablar de cambio, trabajaremos juntos para conseguirlo. Establecer esta Alianza resulta de gran importancia ante la necesidad de una economía más sostenible”.
Los requisitos que debe cumplir cada entidad para participar en la Alianza Global por una Banca con Valores son:

Ser un banco independiente y con ficha bancaria, dirigido a clientes de retail.
Gestionar un balance total mínimo de 100 millones de dólares y lo más significante: estar dirigido a poner en práctica la financiación responsable y tener en cuenta una aproximación al negocio bancario que compatibilice la rentabilidad económica con la rentabilidad social y medioambiental.


Alternative Bank ABS, Suiza: www.abs.ch
Banca Popolare Etica, Italia: www.bancaetica.com
Banex, Banco del Éxito, Nicaragua: www.banex.com
BRAC Bank y BRAC Microfinance Programme, Bangladesh: www.brac.net y www.bracbank.comGLS

Bank, Alemania: www.gls.de
Merkur Bank, Dinamarca: www.merkurbank.dk
Mibanco, Banco de la Microempresa, Perú: www.mibanco.com.pe
New Resource Bank, Estados Unidos: www.newresourcebank.comShoreBank Corporation, Estados Unidos: www.shorebankcorp.com
Triodos Bank, Holanda, Bélgica, Reino Unido y España: www.triodos.com
XacBank, Mongolia: www.xacbank.com

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martes, 10 de marzo de 2009

WALL STREET HUELE CADA VEZ MÁS A PODRIDO

David Brooks  Corresponsal

Nueva York, 5 de marzo.

Casi no pasa un día sin revelaciones de más estafas, corrupción, avaricia desenfrenada, malversaciones, engaños y traiciones en la capital del capital financiero. Y eso, a su vez, nutre una creciente ira popular contra los banqueros y los financieros, que hasta hace poco eran las figuras más envidiadas, respetadas y admiradas en este país.

El terremoto financiero no para. Hoy, por primera vez, las acciones de Citigroup se desplomaron por debajo de un dólar. Eso, según el Washington Post, es una destrucción espectacular del valor de un banco que en un momento fue el más grande del mundo. Las acciones de Citigroup habían alcanzado 55.70 dólares en 2006, dando una capitalización de mercado, o valor, de 277.2 mil millones. Hoy está en 5 mil millones. Como señala el rotativo, el gobierno federal ya ha invertido 45 mil millones en ese banco, o sea, la empresa tiene un valor mucho menor al del dinero público que ha recibido.

Pero mientras el gobierno continúa el rescate de empresas como Citigroup, Bank of America y AIG, los individuos que encabezan estas firmas, de hecho casi todo el elenco estelar de Wall Street, son las caras que el público asocia con este desastre que ahora todos están pagando.

Desaparece financiero

No es por nada que Bernie Madoff deba usar un chaleco antibalas cuando es escoltado a sus citas ante los tribunales aquí, acusado de haber realizado tal vez la mayor estafa financiera en la historia del país, con un valor de unos 50 mil millones de dólares. Y no es sorprendente que Robert Allen Stanford haya desaparecido mientras intentaba huir de Estados Unidos cuando fue acusado el 27 de febrero de una “masivo esquema Ponzi”, y que ahora no aparece en público después de estafar a sus clientes (aquí, en México, Venezuela y otros países) por aproximadamente 8 mil millones de dólares.

Fuck you”, exclamó Jon Stewart, conductor del noticiero ficticio The Daily Show, uno de los programas más influyentes a nivel nacional, después de mostrar escenas de entrevistas del año pasado con Stanford, elogiado entonces por un entrevistador del canal CNBC, especializado en el mundo financiero, por lograr ganancias milagrosas mientras todos los demás perdían al inicio de la crisis financiera.

El entrevistador concluyó preguntándole si era divertido ser multimillonario y Stanford, tras una pausa, suelta una carcajada y afirma: en verdad, sí, lo cual provocó la reacción de Stewart, sin duda compartida por millones que ahora pagan las cuentas de todo este desastre.

Los ejecutivos en jefe de lo que eran las empresas más poderosas del mundo financiero –Bear Stearns, Lehman Brothers, Citigroup, AIG, Merrill Lynch, entre otras– ya no están dispuestos a aparecer ante foros públicos para ofrecer su sabiduría o hacer recomendaciones de lo que deben hacer los países –como fue en el caso de México– para generar la confianza de los inversionistas extranjeros.

Hoy se anunció que 14 corredurías de Wall Street acordaron pagar un total de 69 millones de dólares en fondos restituidos y multas a la Comisión de Valores y Cambios (SEC, por sus siglas en inglés). Resulta que habían estafado a sus clientes por unos 58.4 millones a través de apartar sistemáticamente un porcentaje de ganancias que deberían haber entregado a sus clientes como resultado de compra y venta de acciones.

Hace unos días, Paul Greenwood y Stephen Walsh fueron arrestados y acusados de fraude por haberse robado unos 553 millones de dólares provenientes de caridades y fondos de pensiones que habían puesto sus inversiones en las manos de estos dos distinguidos corredores. Su empresa WG Investors manejaba un total de mil 300 millones de inversionistas institucionales, entre éstos la Universidad de Pittsburgh y fondos de pensiones de empleados de California, Nebraska y Dakota del Sur. Lo dos ejecutivos se gastaron casi la mitad en comprar mansiones, caballos y otros objetos de lujo; el resto se usó par ocultar las espectaculares pérdidas.

El mismo día que fueron arrestados, también se anunció la detención de otro financiero, James Nicholson, acusado de estafar a inversionistas por más de 900 millones de dólares desde 2004.


Bernie Madoff, monstruo

Pero aún no hay nadie que le llegue a Madoff, quien sigue bajo arresto domiciliario en su lujoso departamento en Manhattan en espera de su juicio, aunque ahora hay indicios de que habrá una negociación judicial sobre su caso.

“Su operación era desenfrenadamente predatoria, robando sistemáticamente a asociaciones de caridad, amigos de largo tiempo, familia, también a inversionistas por todo el mundo… Bernie se enamoró del Bernie Madoff en que se había convertido, una leyenda de Wall Street, un protector de instituciones filantrópicas, un hombre rico y mucho más. Aun si no podía ser eso sin robar”, escribe Steve Fishman en la nota de portada de la revista New York Yorker, la cual tiene una foto modificada donde se ve una especie de vampiro y la cabeza: Bernie Madoff, monstruo.

El 10 de diciembre, cuando Madoff le confiesa a sus hijos que todo es una mentira, el hombre admirado por sus socios como uno de los hombres más sabios de Wall Street resultó ser nada más un operador de lo que se conoce como un esquema de pirámide (o Ponzi), ardid fraudulento donde se paga un poco a los clientes viejos con dinero de los nuevos, hasta que deja de funcionar.

La comunidad judía del noreste detesta a Madoff, ya que algunas de las instituciones caritativas y educativas, como la Universidad Yeshiva, han perdido hasta cientos de millones por quien se presentaba como uno de los líderes de esa comunidad. Un cómico bromea: “Madoff tal vez es el peor esquema piramidal que han sufrido los judíos desde… bueno, desde las pirámides de Egipto”.

Pero tal vez el colmo de todas estas historias es la noticia esta semana de que Stanford Kurland, quien fue presidente de la empresa Countrywide Financial, la firma más identificada con la promoción de las hipotecas tóxicas –que en gran medida detonaron la actual crisis–, lucra ahora con este mismo desastre. Encabeza una empresa dedicada a comprar las hipotecas problemáticas que el gobierno ha estado absorbiendo de bancos fracasados, pero a un descuento enorme, y después ofrece renegociar los términos de las hipotecas con los deudores, pero son los contribuyentes quienes subsidian estas operaciones, ya que son los dueños de las hipotecas tóxicas antes de ser vendidas a descuento.

Un negocio redondo.



martes, 3 de marzo de 2009

GOBIERNO Y CAPITALISMO


Hace apenas un par de años, Alan Greenspan, el ex presidente de la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos, era considerado un verdadero gurú de las finanzas internacionales. Literalmente un gurú: se le llamaba el Maestro y aparecía casi como un guía espiritual del cada vez más nutrido grupo de hombres y mujeres exitosos y confiados, una nueva aristocracia económica de los bancos y casas de inversión que se dedicaba a las transacciones con dinero, acciones, bonos, coberturas y, sobre todo, instrumentos derivados de deuda.

Se le reconocía prácticamente como un jefe espiritual en sus recurrentes comparecencias ante el Congreso en Washington o en el santuario del Foro económico de Davos. Estuvo en el cargo 18 años (de agosto de 1987 a enero de 2006) y bajo las órdenes de cuatro presidentes de aquel país.

Las declaraciones públicas de Greenspan tenían una resonancia enorme, lo mismo pasaba con las resoluciones que de modo periódico emite el Comité de Mercado Abierto de la Fed que decide sobre los niveles de referencia de las tasas de interés. Pero incluso algún mero comentario informal tenía un efecto extraordinario en los movimientos de los mercados en todo el mundo. Era el jefe de la globalización financiera.

Como responsable de la política monetaria estadunidense contribuyó a definir el carácter de los ciclos económicos mediante la determinación de los precios y las cantidades del crédito. En los años 90 forjó una era de expansión que acabó en 2001 y junto con decisiones muy controvertidas de pública del gobierno contribuyó a crear la enorme burbuja de especulación en el mercado hipotecario que empezó a reventar en 2006 y es una de las fuentes de la actual crisis.

Fue, por supuesto, un defensor a ultranza de la menor regulación de los mercados financieros, bajo la premisa de que ellos mismos tenderían a autorregularse en función de los riesgos del crédito. Hace poco tuvo que reconocer que había subestimado grandemente la capacidad de control que tienen los mercados en épocas de expansión desaforada como la que generó su política de baja tasas de interés. Demasiado tarde para un mea culpa.

Ahora, ante la profunda crisis bancaria, el mismo Greenspan ha dicho que puede ser necesario nacionalizar temporalmente algunos bancos para facilitar una rápida y ordenada restructuración. Entiendo que una vez en cien años esto es lo que se debe hacer. Cuando menos no pierde la arrogancia.

La papa caliente pasó a manos de Ben Bernanke, su sucesor, y desde entonces se ha puesto al descubierto la enorme fragilidad que puede crear una política monetaria sustentada en visiones erróneas del funcionamiento de la economía, sobre todo en dos cuestiones esenciales; primero, los procesos productivos y las corrientes de inversión asociadas y, segundo, los mercados de trabajo. Para decirlo de otra forma, si los flujos financieros se disocian de la creación de riqueza se tiende a la crisis. Ahora la política monetaria se ha hecho irrelevante y los banqueros centrales han perdido su estrella de gestores de la economía. Sólo queda la política fiscal como forma decisiva de intervención gubernamental en la economía.

Y no sólo estamos ante una crisis en curso, con caídas en picada de la producción y el empleo, con aumentos bárbaros en los niveles de endeudamiento y congelamiento de los créditos. Estamos frente a casos cada vez más sonados de ineficacia y negligencia de las agencias estatales responsables de regular y supervisar los mercados, y de enorme fraudes como los de Madoff y Stanford, y sabrá cuáles más. Ante abusos de los banqueros acostumbrados a la ausencia de límites y de responsabilidades y de rendición de cuentas.

Ahora hay puristas que siguen cuestionando si el gobierno debe intervenir en los mercados y en las instituciones financieras, si tiene que apoyar a la gente para conservar sus casas y sus empleos. Si es que Obama debe administrar un presupuesto enorme para tratar de echar a andar de nuevo la economía. Ésas son pamplinas para crear excesos, de una u otra forma, y para arreglarlos el capitalismo necesita irremediablemente del gobierno.

El departamento de Comercio señaló hace un par de días que la tasa anual de crecimiento del PIB en Estados Unidos en el cuarto trimestre de 2008 fue menos 6.2 por ciento y se estima que en el primer trimestre de este año sea menos 3.8 por ciento. Así el presupuesto de Obama para el año fiscal 2010 es del orden de 3.6 billones de dólares, con un déficit no registrado en seis décadas, lo que aumenta enormemente la deuda pública y que deberá ser compensado con menores gastos bélicos y más impuestos a los estratos de mayores ingresos. Por supuesto que el desenvolvimiento de la deuda dependerá del comportamiento de la actividad económica y sobre el cual hay una gran incertidumbre.

Ahora, el problema es de un sobrendeudamiento exagerado y una necesidad de desapalancar las posiciones de los deudores y de los bancos, lo que sigue deprimiendo los precios y aumentando los costos y las cargas fiscales de todos los gobiernos. No es posible aferrarse mediante la fe y como muchos proponen a San John Keynes y sus teorías sobre la promoción de la demanda y los efectos multiplicadores del gasto. Es cierto que es más sensato que muchos economistas que han estado de moda demasiado tiempo. En este caso la intervención pública es de distinta naturaleza y más decisiva y, además, indispensable.

Churchill dijo que los estadunidenses siempre hacen lo correcto, pero sólo después de haber agotado todas las otras alternativas. Quién sabe si seguirá siendo cierto, pero ahora se requiere una gran restructuración de la economía y la sociedad en Estados Unidos para enfrentar esta fuerte recesión que aún está a medio camino.