Aún estamos lejos del final del túnel. El plan de Timothy Geithner para rescatar los activos tóxicos de los bancos ha despertado una fuerte polémica. Joseph Stiglitz habla de “robo a los contribuyentes” y Paul Krugman de “estafa”. Y auque Geithner y Bernanke intentan dar sus razones, lo cierto es que Wall Street ayer volvió a la baja, y por la noche debió salir el presidente Obama en la hora pick de la TV para calmar al mundo y a los mercados, y a un pueblo estadounidense que busca salir de la desesperanza. Obama anunció que la economía comienza a recuperar su camino.
Lo cierto es que mientras se sigan produciendo 600.000 desempleados al mes no existe nada para alegrarse. Si alguien duda de los peligros que acechan no tiene más que leer el informe más reciente del Fondo Monetario Internacional o el del Banco Mundial. En ellos se dice que la economía de los países avanzados puede caer entre un 3% y un 3,5%. Curiosamente, la de Estados Unidos será la economía menos dañada: mayor será la caída en los países asiáticos y europeos.
Para intentar comprender parte de este problema hay que tomar algunos datos: el PIB mundial del 2008 fue de 58 billones de dólares (millones de millones o trillions, según la jerga estadounidense). El 25% (14,33 billones de dólares) corresponde al PIB estadounidense, le sigue Japón con 4,84 billones (nótese la diferencia); China, con 4,22; Alemania, 3,82; Francia, 2,99, Reino Unido, 2,78, Italia, 2,4; Rusia, 1,76; y España, 1,69. La diferenta entre el primer y el segundo país es de 3,5 veces. Y el primer país producía el 25% del PIB mundial y consumía el 50% del PIB mundial. Ahora que la crisis lo lleva a la realidad de la Ley de Say: consumir lo que se produce, no hay que consultar al Tarot para pensar en las consecuencias.
Por eso, no deja de ser alarmante la pasividad con que se está enfrentando el problema. Llevamos 18 meses de crisis constante y sonante y no se resuelve nada. Dieciocho meses de caída continua en los índices bursátiles, cifras de producción y datos de crecimiento, así como 18 meses de incrementos sostenidos e imparables en el desempleo mundial. Ya lo dijo Juan Somavía, el director de la Organización Mundial del Trabajo: “Nos enfrentamos a una crisis global del empleo”. Y mientras este tema no se resuelva, la crisis seguirá creciendo. ¿Qué es lo que se espera?
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