sábado, 31 de enero de 2009

EL BANCO DE ESPAÑA PERMITE A LOS BANCOS 'TUNEAR' LAS CUENTAS PARA EVITAR QUIEBRAS FUTURAS





El Banco de España está negociando uno a uno con los bancos y cajas de ahorros españoles la presentación de sus cuentas del cierre de 2008 y de los dos primeros trimestres de 2009, con el fin de que amorticen la mayor cantidad posible de los activos 'tóxicos' que tienen en balance, según fuentes de toda solvencia.

Esta amortización tiene dos límites: evitar que ninguna entidad quiebre en el futuro y que tampoco lleguen a entrar en pérdidas. Según las fuentes citadas, el Banco de España se conforma, de momento, con que reduzcan el beneficio a la mínima expresión.

"Se trata de tunear las cuentas para que vayan limpiando el balance poco a poco, lo que se conoce como negociar el calendario de amortización de los activos malos, pero sin llevar a ninguna entidad a la quiebra", explica una de las fuentes consultadas (porque si el supervisor que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez obligara a amortizar de golpe todos esos activos, unos cuantos bancos y cajas quebrarían de inmediato).

"Ninguna entidad va a dar sus cuentas sin tener el visto bueno del Banco de España", confirma un portavoz de Caja Castilla-La Mancha. Al menos una docena de entidades no cumple el coeficiente de solvencia. Estos activos tóxicos no son derivados de crédito ni titulizaciones de hipotecas subprime, sino básicamente créditos a promotores inmobiliarios, aunque también comprenden participaciones en el capital de empresas -casi todas del ladrillo- créditos al consumo y algunas hipotecas.

Estos activos deben provisionarse por dos motivos: morosidad por causas objetivas (cuando se ha producido impago y se aplica el calendario de amortización establecido en la norma para cada tipo de crédito), lo que se conoce como provisión específica, o morosidad por causas subjetivas, que es cuando hay motivos para pensar que se va a producir inevitablemente un impago (provisión subestándar).

Morosidad por causas subjetivas. Por ejemplo, en el crédito promotor suele haber un período de carencia de seis meses o un año; si en ese período la inmobiliaria no ha vendido un piso, es evidente que va a incurrir en impago. Esta amortización por causas subjetivas es la que acumula el grueso de las pérdidas potenciales de los bancos, y es conocida por el Banco de España después de las exhaustivas inspecciones a que ha sometido al conjunto del sector durante 2008. Ahora, negocia con cada una cómo distribuir en el tiempo esa amortización.

Por ponerlo con cifras: supongamos que un banco o caja pretende dar un beneficio de 100, pero el Banco de España ha descubierto que tiene activos tóxicos por valor de 700; si le obliga a mortizarlo todo de golpe, le lleva a la quiebra; por eso, le pide reducir el beneficio de 100 a 10 y le obliga a meter los otros 90 en provisiones para poder ir amortizando estos créditos incobrables. Lo mismo hará en marzo y en junio, y entonces, en función de la evolución de la crisis, se planteará otras medidas.

El Banco de España va a esperar hasta tener las cuentas del primer semestre para decidir si interviene alguna entidad. Una intervención que sólo se produciría en un caso extremo, puesto que hay muy pocos empleados del supervisor con experiencia en intervenciones y, además, MAFO espera que, para entonces, la crisis haya amainado un poco y permita respirar un poco a la banca.

En las últimas semanas los principales medios internacionales han abogado por soluciones mucho más drásticas, entre ellas el modelo sueco que explicaba S.McCoy el sábado pasado: que el Estado compre a los bancos sus activos tóxicos a valor de mercado y que las entidades asuman las pérdidas correspondientes; posteriormente se deja quebrar a las que no sean viables e inyecta capital a las inviables.

miércoles, 28 de enero de 2009

FORO SOCIAL MUNDIAL 2009





Frei Betto


Belém de Pará, será la sede, del 27 de enero al 1º de febrero, la nueva edición del Foro Social Mundial (FSM). Se espera la asistencia de cerca de 120 mil participantes.

Tres grandes temas dominarán los debates: la preservación ambiental, sobre todo por tener como escenario la Amazonia, donde la deforestación y la emisión de gas carbónico están creciendo; la crisis del capitalismo globalizado y la guerra en Oriente Medio.

Las entidades participantes invitaron a los presidentes de Brasil, Venezuela, Ecuador, Bolivia y de Paraguay. Si asisten, lo harán con carácter personal.

La Carta de Principios del FSM señala que se trata de un evento destinado a los movimientos de la sociedad civil contrarios al neoliberalismo y a cualquier forma de imperialismo, y comprometidos con la construcción de una sociedad planetaria orientada a una relación de sostenibilidad entre los seres humanos y la Tierra.

Al proclamar que “otro mundo es posible”, los participantes se empeñan en conquistar una globalización solidaria que respete los derechos humanos universales y el medioambiente, apoyada en sistemas e instituciones democráticas al servicio de la justicia social, de la igualdad y de la soberanía de los pueblos.

Tribuna libre y apartidaria, no gubernamental ni confesional, el FSM no tiene carácter deliberativo. Aunque funcione como instancia articuladora, no alienta la pretensión de ser un espacio de representatividad de la sociedad civil mundial. En él hay plena diversidad de géneros, etnias, culturas y generaciones.

Se espera que, del debate democrático en el FSM, surjan propuestas para resolver los problemas de exclusión y desigualdad social que el proceso de globalización capitalista, con sus dimensiones racistas, sexistas y destructoras de la naturaleza, impone a la mayoría de la humanidad.

Las tres primeras ediciones del FSM - realizadas en Porto Alegre, en 2001, 2002 y 2003 -, fueron organizadas por un comité integrado por ocho entidades brasileñas: Abong, Attac, Comisión Brasileña de Justicia y Paz, Cives, CUT, Ibase, MST, y la Red Social de Justicia y Derechos Humanos.

La cuarta edición se desarrolló en Mumbai (India), en enero de 2004. La quinta retornó a la capital gaucha, en enero de 2005, y funcionó sobre la base de ocho grupos de trabajo: Espacios, Economía Popular Solidaria, Medio Ambiente y Sostenibilidad, Cultura, Traducción, Comunicación, Movilización y Software Libre.

El sexto FSM se llevó a cabo, de forma descentralizada, en tres ciudades: Bamako (Malí, África), en enero de 2006; Caracas (Venezuela, América), también en enero del mismo año, y Karachi (Pakistán, Asia), en marzo de 2006. La séptima edición del FSM tuvo como escenario Nairobi, en Kenia, en enero de 2007.


En el evento, el filósofo y científico político Michael Lowy y yo abordaremos el tema “Ecosocialismo: espiritualidad y sostenibilidad”, además de que participaremos en otras actividades. (Traducción ALAI)

* Frei Betto es escritor, autor de “Calendario del Poder” (Rocco), entre otros libros.

martes, 27 de enero de 2009

OPERACION PLOMO IMPUNE

Eduardo Galeano

Para justificarse, el terrorismo de estado fabrica terroristas: siembra odio y cosecha coartadas. Todo indica que esta carnicería de Gaza, que según sus autores quiere acabar con los terroristas, logrará multiplicarlos.

Desde 1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus gobernantes. Cuando votan a quien no deben votar, son castigados. Gaza está siendo castigada. Se convirtió en una ratonera sin salida, desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones en el año 2006. Algo parecido había ocurrido en 1932, cuando el Partido Comunista triunfó en las elecciones de El Salvador. Bañados en sangre, los salvadoreños expiaron su mala conducta y desde entonces vivieron sometidos a dictaduras militares. La democracia es un lujo que no todos merecen.

Son hijos de la impotencia los cohetes caseros que los militantes de Hamas, acorralados en Gaza, disparan con chambona puntería sobre las tierras que habían sido palestinas y que la ocupación israelita usurpó. Y la desesperación, a la orilla de la locura suicida, es la madre de las bravatas que niegan el derecho a la existencia de Israel, gritos sin ninguna eficacia, mientras la muy eficaz guerra de exterminio está negando, desde hace años, el derecho a la existencia de Palestina.

Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa.

Los colonos invaden, y tras ellos los soldados van corrigiendo la frontera. Las balas sacralizan el despojo, en legítima defensa.

No hay guerra agresiva que no diga ser guerra defensiva. Hitler invadió Polonia para evitar que Polonia invadiera Alemania. Bush invadió Irak para evitar que Irak invadiera el mundo. En cada una de sus guerras defensivas, Israel se ha tragado otro pedazo de Palestina, y los almuerzos siguen.

La devoración se justifica por los títulos de propiedad que la Biblia otorgó, por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió, y por el pánico que generan los palestinos al acecho.


Israel es el país que jamás cumple las recomendaciones ni las resoluciones de las Naciones Unidas, el que nunca acata las sentencias de los tribunales internacionales, el que se burla de las leyes internacionales, y es también el único país que ha legalizado la tortura de prisioneros.

¿Quién le regaló el derecho de negar todos los derechos? ¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza? El gobierno español no hubiera podido bombardear impunemente al País Vasco para acabar con ETA, ni el gobierno británico hubiera podido arrasar Irlanda para liquidar a IRA.

¿Acaso la tragedia del Holocausto implica una póliza de eterna impunidad? ¿O esa luz verde proviene de la potencia mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos?
El ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quien mata. No mata por error. Mata por horror. Las víctimas civiles se llaman , según el diccionario de otras guerras imperiales.
En Gaza, de cada diez daños colaterales, tres son niños. Y suman miles los mutilados, víctimas de la tecnología del descuartizamiento humano, que la industria militar está ensayando exitosamente en esta operación de limpieza étnica.

Y como siempre, siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos muertos, un israelí.

Gente peligrosa, advierte el otro bombardeo, a cargo de los medios masivos de manipulación, que nos invitan a creer que una vida israelí vale tanto como cien vidas palestinas. Y esos medios también nos invitan a creer que son humanitarias las doscientas bombas atómicas de Israel, y que una potencia nuclear llamada Irán fue la que aniquiló Hiroshima y Nagasaki.


La llamada comunidad internacional , ¿existe?

¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro?

Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes, las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad.

Ante la tragedia de Gaza, los países árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como siempre, los países europeos se frotan las manos.

La vieja Europa, tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que otra lágrima, mientras secretamente celebra esta jugada maestra. Porque la cacería de judíos fue siempre una costumbre europea, pero desde hace medio siglo esa deuda histórica está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas y que nunca fueron, ni son, antisemitas. Ellos están pagando, en sangre contante y sonante, una cuenta ajena.

(Este artículo está dedicado a los amigos judíos asesinados por las dictaduras latinoamericanas que Israel asesoró)


lunes, 26 de enero de 2009

50 PILDORAS


El origen y el desarrollo de la crisis

El origen y el desarrollo de la crisis

1. La crisis se origina en Estados Unidos.

2. Para evitar que después del 11-S la economía se viniera abajo se bajaron mucho los tipos de interés.

3. Como al bajar los tipos de interés los bancos ganarían menos, buscaron la  manera de no dejar de ganar.

4. Para ello se lanzaron a la búsqueda desesperada de clientes para sus préstamos y los daban cada vez más a familias con pocos recursos.

5. Los préstamos que daban (sobre todo los hipotecarios) eran muy arriesgados pero gracias a eso los podían dar a tipos de interés más altos.

6. Los bancos (y en general los inversores en los mercados financieros) no se guardan en un cajón los contratos de los préstamos que dan sino que los venden. Esa es una actividad llamada "titulización" que les permite cambiar papel por dinero líquido. Y a partir de ella nacen los "productos derivados", llamados así porque van naciendo, derivándose, unos de otros. Forman el corazón de las finanzas internacionales, como una gran pirámide invertida (porque de uno inicial surgen muchísimos más) que mueve billones de euros solo a partir del papel, sin riqueza productiva alguna detrás.

7. Los bancos hipotecarios estadounidenses vendían sus contratos hipotecarios a unos fondos de inversión que ellos mismos habían creado para tal fin. En realidad se los vendían a ellos mismos pero formalmente aparecían como si fueran  otras empresas y eso les permitía que en sus balances el papel se sustituyera por dinero y así podían dar más créditos, que es lo que les proporciona rentabilidad.

8. Esos fondos de inversión vendían a su vez esos contratos a otros fondos, y estos a otros, y así esos contratos se fueron difundiendo por el sistema bancario internacional.

9. La inversión en esos contratos era muy rentable porque como respondían a hipotecas con tipos de interés más alto que el del mercado también podían dar más rentabilidad que la del mercado.

10. Para colmo, los bancos que originalmente vendían esas hipotecas trataron de disimular que eran muy arriesgadas. Para ello hacían "paquetes" en donde había unas buenas y otras malas. Y, además, contrataban a unas empresas especializadas (llamadas agencias de "rating") para que "evaluaran" si esos paquetes eran buenos o malos. Les pagaban por ello, así que esas empresas decían que, por supuesto, era de la mejor calidad financiera.

11. Pero era mentira.

12. Las familias empezaron a no pagar sus hipotecas y así, lo que antes era muy rentable para el banco ahora dejaba de tener valor.

13. Quienes habían comprado esas hipotecas o los paquetes que las contenían empiezan a tener que registrar las pérdidas patrimoniales correspondientes.

14. Fueron quebrando unos bancos detrás de otros.

15. El sistema bancario de USA y el de Reino Unido llegaron a la  bancarrota y los demás le siguieron o están a punto de llegar a la misma situación.

16. Al ver los bancos que los demás estaban en tantos apuros y que ellos mismos tenían pérdidas muy grandes dejan de darse créditos unos a otros.

17. Cuando los bancos dejan de tener confianza y liquidez para prestar, el dinero empieza a no llegar a la economía real, a los empresarios y los consumidores.

18. La economía real no puede funcionar sin crédito (¿quién puede comprar un coche o una casa o casi cualquier cosa hoy día sin financiación?).

19. Las empresas empezaron a cerrar y a despedir trabajadores.

20. En mitad de ese proceso se produce otro fenómeno: los inversores que ven que las finanzas se han puesto feas para especular allí (que es lo que saben hacer) apuestan por invertir  en otros mercados.

21. ¿En dónde? En los que tienen tendencia a subir los precios, como antes había pasado con el inmobiliario. Ahora lo harán en el del petróleo y en el alimentario.

22. La especulación en el mercado del petróleo subió estrepitosamente sus precios y la de los mercados alimentario también, provocando mucha más hambre y sufrimiento en los países más pobres.

23. Los efectos de la crisis financiera, de la subida del petróleo y del precio de los alimentos desató la descomunal crisis económica que estamos viviendo.

 

España

24. La situación española tiene algo de particular.

25. Los bancos y cajas españolas no habían adquirido grandes cantidades de hipotecas basura y de paquetes contaminados (aunque algunos sí).

26. Pero tenían otra basura: se dedicaron a financiar al sector inmobiliario y crearon una burbuja que ha explotado. 

27. Solo de 2002 a 2008 pasaron de dar créditos por 700.000 millones de euros a 1,8 billones. Es imposible que ese aumento no haya ido acompañado de un incremento inmenso del riesgo, de la insolvencia y de la morosidad. Ahora empiezan a pagarlo y a tener los mismos efectos que los que acabo de mencionar a escala global.

 

Los Estados frente a la crisis

28. ¿Qué han hecho las autoridades?

29. En primer lugar, establecer las normas contables y financieras que permitieron que los bancos pudieran hacer todas las inversiones super arriesgadas que han hecho y que han provocado la debacle. Y, por supuesto, hacer la vista gorda cuando los peligros y los problemas empezaban a manifestarse sin remedio.

30. Cuando estos ya no se podían disimular dijeron que solo se trataba de una crisis limitada a las hipotecas y a Estados Unidos. Mintieron a la gente.

31. Luego empezaron a darle dinero a mansalva a los bancos (las multimillonarias "inyecciones de liquidez" de los bancos centrales) para que taparan el agujero y se siguieren prestando entre ellos y prestaran a la economía real.

32. Pero el agujero era tan grande que no arreglaron nada. Los bancos quebraban uno detrás de otro,

33. Propusieron que los bancos les vendieran los "activos tóxicos" (las hipotecas basura que habían ido difundiendo por la economía) pero no consiguieron nada porque estaban difuminados por todo el mundo y porque son de un  valor gigantesco, prácticamente imposible de compensar.

34. La realidad es que toda la ayuda que  han venido recibiendo los bancos la destinaban a compensar sus pérdida o a lavar la cara de sus balances. Algunos, incluso la dedicaron a repartir beneficios entre sus accionistas y directivos.

35. Los dirigentes de los países más poderosos se reunieron en Washington y en unas pocas horas aprobaron un documento vago y de generalizaciones en el que se daban algunos golpes de pecho y en el que fundamentalmente acordaron dos cosas: que iban a tomar medidas en los mercados financieros y que los gobiernos tenían barra libre para gastar lo que fuese necesario porque la crisis de la economía real se hacía ya muy grave.

36. De las medidas financieras nada se sabe pero sí han aprobado planes de gasto para tratar de que el paro y las quiebras de empresas no sigan aumentando.

 

El futuro

37. ¿Servirán de algo esas medidas?

38. Una cosa está clara: mientras no se curen las causas del cáncer éste seguirá avanzando. Ahora ya han caído muchos bancos. Seguirán cayendo los demás y después vendrá la caída de los fondos de inversión y de pensiones...

39. Los planes de gasto compensarán la pérdida de empleos pero su coste (que recaerá sobre los más débiles y sobre las generaciones futuras) será inmenso si no se cierra pronto la sangría.

40. Y, mientras tanto, los bancos siguen sin abrir el grifo de la financiación. Los gobiernos hacen como que se molestan con ellos pero aquí paz y después gloria. Es más, para dorarle la píldora le hacen rebajas fiscales vergonzosas e inmorales a los banqueros y grandes propietarios, como acaba de suceder en España.

 

Alternativas de progreso frente a la crisis

41. ¿Qué se debería hacer entonces?

42. Hay que tomar medidas urgentes como las siguientes: Evitar la sangría financiera interviniendo los bancos. Abrir inmediatamente el grifo de la financiación. Aumentar la cuantía de los planes de gasto (en particular poniendo capital fondos de financiación a disposición de las empresas que creen empleo) y procurar que no sea inversión despilfarrada (como la que están proponiendo en España algunos ayuntamientos en el plan del gobierno). Establecer impuestos extraordinarios en todos los países sobre las grandes fortunas, sobre los movimientos especulativos y los beneficios extraordinarios.

43.Y por supuesto también son imprescindibles otras medidas con carácter estructural y global: Nuevas normas que regulen y disciplinen las actividades financieras y garanticen la financiación para la actividad productiva. Entre ellas, control de los movimientos de capital, eliminación total de los paraísos fiscales,  establecimiento de Impuestos internacionales, y creación de instituciones internacionales democráticas....

 

Más allá de la debacle financiera

44. Lo que hay detrás de la crisis es la especulación financiera que ha llegado a ser gigantesca y peligrosísima. Pero los capitales se han ido yendo a la esfera financiera especulativa porque allí tienen más rentabilidad relativa.

45. Hay que evitar que la especulación sea más rentable que la actividad que crea riqueza.

46. Para eso hay que penalizar la especulación y sus beneficios, extraordinarios pero letales para el resto de la economía, y hacer que los mercados reales sean más dinámicos y rentables. Y para que esto último sea posible es necesario que haya mucha más demanda y mucha mayor capacidad de compra: hay que subir los salarios reales. De hecho, fue su caída en los últimos años lo que disminuyó la demanda, y con ella las ventas, la producción y la rentabilidad.

 

Lo que hace falta para cambiar las cosas

47. Las medidas y políticas alternativas que acabo de señalar son perfectamente posibles y por supuesto necesarias pero no se podrán adoptar mientas que el poder esté en manos de los banqueros, de los grandes financieros y de los grandes propietarios.

48. Para que haya una economía diferente es necesario que los ciudadanos tengan el suficiente poder para asegurar que sus preferencias democráticamente expresadas se conviertan en decisiones. Lo que hoy día sucede es lo contrario: las preferencias de los ricos son las únicas que lo consiguen.

49. La crisis está mostrando el lado inmoral y criminal de muchas actividades financieras y económicas. Por la ganancia se permite todo. Hay billones euros para ayudar a los bancos y no unos pocos miles para evitar que cada día mueran 25.000 personas de hambre.

50. Las crisis seguirán produciéndose y con ellas el sufrimiento innecesario de millones de seres humanos si no logramos que lo inmoral sea inaceptable, si la ética del respeto a la vida y de la cooperación no se impone sobre la del beneficio. No sufrimos solo una crisis económica. No nos engañemos, es la crisis de un sistema social y económico, de nuestra civilización, de una humanidad que se ha pervertido a sí misma solo para una minoría se harte de disfrutar y de ganar dinero.

domingo, 25 de enero de 2009

SE ACABA EL CHAMPÁN EN WALL STREET

Sin duda que Wall Street dejará de ser lo que era. Un informe publicado ayer por el Nacional Bureau of Economic Research, titulado Wages and Human Capital in the U.S. Financial Industry (Sueldos y Capital Humano en el Sector Financiero) demuestra que desde mediados de los años 80 los salarios en Wall Street se dispararon motivados fuertemente por ladesregulación financiera.

Los autores del documento, Thomas Philippon de la Universidad de Nueva York y Ariell Reshef de la Universidad de Virginia, dan cuenta de una serie de operaciones ilícitas realizadas por los encargados de la banca como aquella última de los jefes del Merryll Lynch que entregaron jugosos bonos a sus ejecutivos justo antes de la adquisición de este banco por Bank of America. Es conocido el derroche de champaña y caviar en las fiestas de los banqueros, incluso a fines del año pasado, cuando ya la crisis era general.

Los autores del documento, que recopila datos a lo largo de todo el siglo XX (1909-2006) señalan que la situación en los años 30 era muy similar a la actual y que las ganancias para los operadores de Wall Street eran cuantiosas. Sin embargo, una vez establecida la normativa de la Ley Glass-Steagall, estas ganancias se redujeron y llevaron a Wall Street a un terreno normal… hasta mediados de los años 80 cuando esta Ley fue eliminada.

En la nueva era, el sector financiero se convirtió nuevamente en una industria privilegiada por sus alto salarios. En el documento, de 61 páginas, los autores señalan que a raíz de esto los precios inmobiliarios en Manhattan comenzaron a dispararse en los años 90 con el multimillonario empujón de los nuevos ricos de Wall Street. Este fuerte incremento está asociado a la revolución cibernética provocada por las tecnologías de la información, tal como a fines de los años 20 lo fue la revolución eléctrica. El fenómeno condujo a una fuerte demanda de analistas financieros, que llevó una explosión por arriesgadas empresas.

Otro elemento que aporta el estudio es la tentación que genera el aumento de recursos vinculados a la innovación financiera, altamente recurrente cuando desaparecen las instancias reguladoras. Los autores señalan que las operacions de riesgos eran altamente populares en los años 20, pero la crisis de 1929 los llevó a desaparecer. Hasta su retorno en gloria y majestad a mediados de los 80 que estableció un ascenso sin freno.

Como resultado de la crisis actual, que tiene entrampados a gobiernos e instituciones, se detecta que los febles mecanismos reguladores no pueden ir a la velocidad que impone la industria financiera, tal como advirtióHyman Minsky. El ritmo de estas innovaciones requiere capital humano de alta eficiencia lo que hace imposible a los organismos reguladores retener para sí al mejor personal, por lo que ingresan al sector privado seducidos por las altas comisiones.

Philippon señala que estas son oledas y que para volver a la normalidad se requiere un retorno a una mayor regulación financiera. Además, se pregunta, ¿es necesario que una tercera parte de los mejores cerebros se dirijan al sector financiero? ¿Por qué no emplearlos en industrias de bienes que puedan ser un aporte real a la sociedad?



martes, 20 de enero de 2009

EL FIN DE OCHO AÑOS DE HORRORES Y ERRORES

Han sido ocho años. Y la vara que deja la administración de George W. Bush es demasiado alta. Casi imposible de superar, aunque por cierto nunca se sabe. Pero los ocho años de horror y mentiras que deja ese gobierno serán difíciles de igualar. El legado de Bush debe ser uno de los peores de la historia, con un sangriento balance de muerte, destrucción y miseria: el 11-S, el huracán Katrina, la Guerra de Irak, Guatánamo, el Calentamiento Global, la ruina económica.

Cuando hace 8 años recibió el mando de la nación de manos de Bill Clinton, Bush heredó un superávit fiscal de 237 mil millones de dólares. Hoy deja al país con un déficit superior a los 11 trillones de dólares, prácticamente en la ruina. Y todo el mundo pagará las consecuencias. Como expresó Jeffrey Sachs, Bush tuvo un infinito desprecio por el mundo.

El hombre que declaró una nueva cruzada en nombre de Dios contra los infieles, tanto dentro como fuera de EEUU, quien proclamó que “o estás con nosotros o estás con el enemigo”, quien rompió la Constitución, la Carta de las Naciones Unidas, las Convenciones de Ginebra, y quien encabezó el gobierno más sangriento en tiempos de paz, parte rumbo a su propio ocaso, apostando que será absuelto por la historia.

Sin embargo, hace justo un año publiqué una carta que leí en The Washington Post escrita por el senador y ex candidato a la presidencia George McGovern. En ella, McGovern pedía la renuncia inmediata de Bush, así como someter a ese gobierno a un juicio político por los crímenes cometidos y la forma en que le mintió al mundo una y otra vez.

Habrá que luchar para que esta vez, y a medida que comencemos a descubrir la verdad del 11-S, los crímenes en Irak y Guantánamo, el incondicional asedio a Gaza, la división y polarización del mundo, el aislamiento económico, político y diplomático en que deja a su propio país, se realice el esperado juicio no sólo a Bush, sino a toda la pandilla: Cheney, Powell, Rumsfeld, Rice, quienes no sólo le mintieron al mundo (las falsas armas de destrucción masiva; la falsa idea de Sadam Hussein como el eje del mal; los burdos pretextos para invadir Irak), sino que además lo han hundido en la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión. Nuestro mundo necesita una explicación a lo que ha ocurrido y sólo las respuestas concretas permitirán enfrentar el difícil futuro que viene.


domingo, 18 de enero de 2009

SOLUCIONES QUE NO LO SON FRENTE A LA CRISIS

Juan Torres LópezPDFImprimirE-Mail

Publicado en Revista Fuco Buxan nº 25

Cuando estallaron las quiebras bancarias en Estados Unidos hace ahora más de un año, los gobernantes y economistas vinculados al poder afirmaron que se trataba tan solo de una crisis hipotecaria reducida al ámbito estadounidense.
No decían la verdad porque era conocido que los "paquetes" con títulos hipotecarios de baja calidad estaban esparcidas por todo el sistema bancario mundial. Los grandes adalides de la globalización financiera (en realidad la única que auténticamente existe) no se habían enterado de ello, de que el sistema financiero mundial conforma desde hace años un todo entrelazado.
Tampoco llevaban razón cuando afirmaban que se trataba solo de una crisis hipotecaria. Era fácil advertir (yo mismo lo hice en un artículo de septiembre de año pasado) que los problemas de balance a causa de las hipotecas basura pronto se traducirían en una crisis financiera global porque los bancos iban a cerrarse unos a otros el grifo de la financiación.
Desde hace meses que la crisis se ha manifestado claramente en su verdadera naturaleza, como una crisis financiera que afecta de lleno a la economía real porque ésta última no puede vivir sin financiación. Pero los gobiernos y las autoridades económicas y monetarias no han sabido dar otra respuesta que inyectar constantemente liquidez para tratar de que con ella se recobrase de nuevo el flujo de financiación a la vida económica.
Nada han resuelto con ello por la sencilla razón de que la confianza en el sistema está rota y porque, además, la liquidez que se inyecta tiende a reproducir las operaciones especulativas y financierizadas que están en la base del problema original.
N siquiera la alternativa de que los bancos centrales se hicieran con los "productos tóxicos" en manos de los bancos, como proponía el Plan de Bush, ha sido suficiente. No podía serlo porque a estas alturas quizá nadie sabe dónde están de veras y porque para eliminarlos del todo serían necesarias sumas mucho mayores que las que puso sobre la mesa la Reserva federal y otros gobiernos.
El plan europeo ha querido ir más lejos, proponiendo directamente la nacionalización de los bancos, adquiriendo los estados una parte de su capital: el intervencionismo que repudian cuando se trata de ayudar a los desfavorecidos aplicado sin pudor alguno para salvar a los ricos.
Pero tampoco será suficiente. Podrá recobrarse así parte de la confianza perdida pero los problemas seguirán manifestándose y no se podrán evitar nuevas quiebras y mayores problemas en el futuro inmediato.
La razón de ello es que no se está atacando de raíz el auténtico problema, que está formado por la conjunción de tres principales factores.
El primero de ellos tiene que ver con las normas que gobiernan el sistema financiero internacional. Echaron abajo la regulación monetaria de los años del crecimiento keynesiano, la que algunos autores llaman la "represión financiera", para liberalizar por completo las relaciones financieras, eliminando controles a los movimientos de capital y estableciendo normas mucho más favorecedoras paara la especulación financiera.
Pero ese proceso, en sí mismo letal porque el dinero no tienen alma y en libertad está condenado a provocar constantemente crisis e inestabilidad permanente, ni siquiera ha sido de verdadera desregulación, como ellos lo llamaban. En realidad, lo que han establecido es una regulación tramposa de las relaciones financieras internacionales, llena de privilegios, de opacidad, de "chanchullos", como dice el premio Nobel de Economía Paul A. Samuelson, de favores, de mentiras, de sobornos y de corrupción. Los bancos centrales han sido cómplices de todo ello, las agencias de rating (encargadas de señalar el valor real de los productos financieros) auténticas empresas corruptas al servicio de los especuladores, los gobiernos entes silenciosos ante todo esto...
La crisis actual no se puede entender sin tener en cuenta estas prácticas vergonzosas y podridas y por eso será imposible salir de ella sin modificar radicalmente esta regulación viciada y corrupta. 
Hay que domeñar a las finanzas, al capital financiero aislado de la vida económica real, generar transparencia y honradez en los negocios financieros y nada de ello se está poniendo sobre la mesa.
La segunda cuestión tiene que ver con el papel de los bancos. Sun función en la economía debe ser la de intermediar, llevando el ahorro a los inversores para que estos amplíen el capital y generen riqueza, producción y empleo. Pero en los último decenios se han limitado a trasladar el ahorro a los fondos especulativos, reduciendo así la capacidad de actuación de los sujetos económicos.
Las inversiones multimillonarias del Banco de Santander en medio de la crisis, jugando al monopoly comprando bancos fuera de España mientras los empresarios y los consumidores no tienen financiación para hacer girar la rueda de la economía real, es la mejor prueba de que este sistema bancario se ha convertido en un verdadero parásito.
Ahí está otra causa de la crisis y no se podrá salir de ella sin resolver ese problema, al que tampoco parece que estén dispuestos a hacerle frente.
Finalmente, no hay que olvidar otro factor y es que hemos llegado al final de una situación insostenible: el mantenimiento del dólar como moneda de referencia en las finanzas internacionales.
La moneda estadounidense se ha convertido en una divisa sin salvaguarda real. Solo el poder imperial la mantiene pero es utópico pensar que las finanzas internacionales van a poder seguir girando en torno a un papel que cada vez menos tiene detrás riqueza efectiva, o al menos solvencia económica en la proporción adecuada.
Lo que quiero decir con todo esto es que la crisis financiera que vivimos es un episodio coyuntural, como otros anteriores y como todos, pero que en este caso se superpone en una situación estructural muy especial en la que confluyen problemas de mucho mayor calado.
Por eso, ni la inyección constante de liquidez, ni la recuperación de la confianza, ni la entrada de capital público en los bancos va a ser suficiente. O se dan respuestas a esos factores que acabo de señalar o el sistema financiero internacional se va a pique sin remedio y con él la economía real que esté más fuertemente vinculada con él.
Cuanto más tiempo pase más difícil será dar respuestas adecuadas y mayor será el enroque de los poderes financieros que, lejos de asumir responsabilidades, están tratando de hacerse de nuevo fuertes con el dinero de todos los contribuyentes.
Y, por supuesto, los ciudadanos deberíamos ser conscientes de que no vale igual cualquier tipo de solución, como nos están queriendo hacer creer los gobiernos. Es patético cómo se apoyan unos a otros cuando dan pasos que son contradictorios entre sí, cómo nos venden como imprescindibles medidas que cambian a la semana siguiente. Y es triste la falta de respuesta civil ante todo eso.
Una falta de respuesta que demuestra que frente a la crisis no solo hacen faltan medidas económicas, sino democracia deliberativa para que todos, y no solo los grandes banqueros, decidamos sobre el destino de nuestros recursos. Y, sobre todo, nuevas convicciones morales para evitar la asquerosa vergüenza que significa el hecho de que los mismos gobiernos que son incapaces de reunir 6.000 millones para evitar que mueran al día miles de personas de hambre o por falta de agua, pongan rápidamente sobre la mesa en un fin de semana dos billones de euros para salvar a la banca.



martes, 13 de enero de 2009

INICIATIVA PARA UNA ECONOMÍA VERDE


La destrucción de capital que trae aparejada la crisis es una lección importante. Demuestra que detrás de los amables rituales y sofisticados gadgets con los que disfrazamos la realidad social, yacen fuerzas destructivas que algún día terminarán con todo.

La crisis no sólo ha provocado una colosal desvalorización de capital contable en la esfera financiera. También causa la destrucción física de máquinas, líneas de producción y empresas. Por supuesto, con el desempleo la crisis alcanza el grado máximo de devastación, poniendo en peligro la vida de millones de personas. Y lejos de ser enviado a un segundo plano, el tema de la destrucción ambiental debe estar al frente de la discusión sobre la salida de la crisis.

Por eso el Programa de Naciones Unidas sobre medio ambiente (PNUMA) dio a conocer en octubre pasado una iniciativa para hacer compatible la economía con el medio ambiente. La idea central de este proyecto es que urge colocar las prioridades de la sustentabilidad en el corazón de la economía. Después de años de retórica hueca, se trata de que el entorno físico ocupe el lugar que le corresponde en las decisiones de los agentes económicos.

El nombre de la iniciativa es extraño: se puede traducir como la Iniciativa para una economía verde (IEV). Desgraciadamente, la IEV no está bien estructurada y sus fundamentos son débiles, por decirlo diplomáticamente.

La iniciativa está organizada alrededor de seis temas: energía renovable, transporte, desechos, infraestructura ambiental, negocios basados en la biodiversidad y tecnologías limpias. Es evidente que los primeros dos son clave para la reducción de emisiones de gases invernadero y para alcanzar una mayor eficiencia. El tercero es crucial para intensificar el reciclaje de productos y embalajes y, en general, para alcanzar un metabolismo industrial que no descanse en la destrucción del medio ambiente.

El solo enunciado de los componentes de la IEV es una señal sobre la confusión en la que están empantanados sus autores. Poco de lo que contienen estos rubros es realmente un tema de economía. En materia de energía, transporte y desechos, por ejemplo, de lo que se trata es de "reverdecer la tecnología". Lo cual no está mal. Pero algo esencial está faltando.

El tema de la biodiversidad es colocado en relación directa con las "oportunidades de negocios" y con la rentabilidad, ignorando a los dos mil millones de campesinos que trabajan en todo el mundo, cuidando suelos, agua y agro-biodiversidad. Y en medio de otro escándalo conceptual, en la IEV el medio ambiente es visto como un componente de la "infraestructura" sobre la que descansa la economía. Supongo que con estas orientaciones, el siguiente paso será recomendar la privatización de la mencionada infraestructura natural.

La IEV ignora que las relaciones económicas del modelo que provocó esta crisis son las mismas que han intensificado el profundo deterioro ambiental que hoy amenaza la supervivencia de la humanidad. La sobreproducción, el exceso de capacidad instalada y el colapso de la demanda efectiva son resultado de ese modelo. Y los procesos de erosión de suelos, contaminación de acuíferos, extinción masiva de especies, cambio climático, por mencionar unos ejemplos, se han intensificado con este modelo delirante que descansa sobre bases equivocadas.

La desregulación financiera, la concentración de poder de mercado, la manipulación de precios, el estancamiento del salario real, la apertura ciega de mercados, los premios para el capital financiero, los flujos de capital especulativo, son asuntos que reclaman atención a gritos. Pero la IEV no les presta atención. Como si estos temas no tuvieran nada que ver con el desarrollo sustentable.

Una cosa es evidente. La crisis financiera y económica global no se va a superar con sólo oprimir el botón de reinicio, el "reset". Si se mantienen en pie las estructuras y procesos que dieron lugar a la globalización neoliberal, lo único que va a lograrse es reiniciar un nuevo ciclo que acabará por estallar con mucha mayor intensidad en unos pocos años. El astronómico estímulo fiscal planeado por la administración Obama no sólo será desperdiciado, sino que será el detonador de una debacle económica sin paralelo dentro de unos pocos años.

En conclusión y por paradójico que parezca, el simple "rescate" de la economía no es una buena idea. Lo que se necesita es descartar el modelo neoliberal para proceder con un diseño nuevo que realmente coloque a la justicia, la responsabilidad social y la integridad ambiental en el centro de las prioridades.

Marx lo vio claramente: no hay un átomo de materia que penetre en las relaciones sociales. Éstas no son lo mismo que las cosas materiales que les dan soporte. Si en esta etapa de la historia se requiere hacer compatible a la economía capitalista con la sustentabilidad, es necesario transformar las relaciones económicas que han sido la marca del modelo neoliberal. No basta con "reverdecer" la tecnología.


domingo, 11 de enero de 2009

FRACASO MUNDIAL DE LA JUBILACIÓN PRIVADA


El hundimiento mundial de los fondos de jubilación privados ya está provocando una catástrofe entre los jubilados o los que están próximos a jubilarse. La crisis financiera actual le ha dado un golpe serio a los sistemas de pensión privados", admite un reciente Informe de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desenvolvimiento Económica) que agrupa a una treintena de países, entre ellos EEUU, Canadá, Japón, España, Alemania, Italia, Corea, México.

La conclusión del Informe es que en medio de esta catástrofe jubilatoria, la burguesía mundial debe preservar los sistemas privados y resistir la tendencia a la nacionalización, reduciendo las prestaciones truchas, aumentando las contribuciones de los trabajadores y aumentando la edad para jubilarse.

"Los fondos de pensiones de los países de la ODCE acumulan entre enero y octubre una pérdida del 20% de su patrimonio, que a finales de 2007 era de 12.831 billones de euros (17.859 billones de dólares). Eso supone unos números rojos de 2,5 billones de euros, que se elevan a 3,59 billones de euros (5 billones de dólares) si se incluyen los Individual Retirement Accounts (IRA), productos similares a los planes de pensiones".

Aún así, el Informe de la OCDE admite que recién se conocerá plenamente la magnitud de las pérdidas cuando "los fondos de pensión presenten sus informes de 2008 a las autoridades de fiscalización. Existe una cierta duda en relación a la valorización de los activos difíciles de transformar en líquidos en plazos breves, como las colocaciones inmobiliarias o los productos llamados estructurados... La participación de esos activos varia entre los países y los fondos, y algunos corren el riesgo de acusar pesadas pérdidas más que otros". De esta manera, los 5 billones serían las pérdidas mínimas del año.

La consecuencia de estos quebrantos recae sobre los jubilados y sobre los que están próximos a jubilarse. "Una depreciación importante de los activos puede implicar una pérdida de ingresos permanente desde el momento en que el dinero economizado en las cuentas de ahorro previsional debe servir para comprar la renta de la jubilación al momento del retiro laboral", dice el informe.

"Pero la crisis mundial ha provocado un agujero de 1,4 billones euros (2 billones de dólares) en los fondos de pensiones que las empresas de los países de la OCDE tienen para cubrir las jubilaciones privadas de sus empleados, según datos de esta organización. Este desfase se produce en los planes de prestación definida, los que se comprometen a pagar como jubilación a sus partícipes-empleados una determinada cantidad, conocida previamente" (jubilaciones a prestaciones definidas).

De esta manera, estos fondos están totalmente descapitalizados y no pueden cumplir con los contratos de jubilación de sus empleados, a menos que reduzcan drásticamente las jubilaciones ya otorgadas y las jubilaciones futuras.

"Más de la mitad del importe de este déficit corresponde a empresas de EEUU. La cobertura de este déficit corre a cargo de las empresas que, en determinados casos, aún tienen desembolsos pendientes para eliminar el desfase provocado por la crisis bursátil de los años 2000-2002. Los reguladores de algunos estados de la OCDE, integrada por treinta países, han flexibilizado ya la normativa que rige la cobertura de estos desajustes y otros están estudiando medidas en este sentido. Canadá, Holanda e Irlanda son algunos ejemplos. El objetivo es dar más plazo a las empresas para cubrir el desfase creado por la crisis y no añadir así más presión a las compañías en un entorno de gran dificultad económica y financiera mundial".

En Inglaterra, sobre 7.800 fondos privados de prestaciones definidas, 6.468 tienen un déficit de 122.000 millones de libras (Le Monde, 1/12) Como las empresas no pueden cubrirlos, muchas empresas plantean reducir las jubilaciones futuras. "Así, British Telecom, que acaba de anunciar la supresión de 10.000 empleos antes de marzo de 2009, quiere alargar en cinco años el período de cotización al fondo para sus futuros empleados y tomar como referencia para el cálculo de la jubilación, el sueldo promedio antes que el salario del fin de la carrera" (Le Monde, 1/12).

"En la mayoría de los casos, los aportes de las empresas pueden resultar necesarios pero, en ciertos casos, las prestaciones también pueden ser reducidas". Otra variante, aconseja, es bloquear la indexación de los beneficios. "Los ingresos de los jubilados disminuirán en términos reales, en tanto que el valor real de las prestaciones acumuladas disminuirá de manera similar". El argumento para todos estos atropellos es que, con la descapitalización de los fondos, "los trabajadores corren con el riesgo de la quiebra de sus patrones".

Pero la OCDE también reconoce, como lo admiten los diarios españoles, que "las pérdidas encajadas por los planes en los últimos meses ha llevado varios partidos políticos de algunos países de la Europa del Este a plantearse la posibilidad de seguir los pasos dados por Argentina y nacionalizar de nuevo los planes de pensiones privados".

"En los últimos diez años, Polonia, República Checa, Países Bálticos o Rumania traspasaron ahorro desde la cobertura estatal de las pensiones a los fondos gestionados por entidades privadas y ahora, a la vista de los malos resultados, se podría desandar el camino y volver a las arcas públicas. La OCDE no comparte esta iniciativa que afirma que estas medidas contribuyen a generar pánico y no reconocen los logros de los sistemas privados. En otros casos, algunos gobiernos pueden también "recurrir a la debilidad temporal de estos productos para justificar el retraso de las reformas necesarias del sistema público", afirma la organización.

Está en juego el presente y el provenir de varias generaciones. La clase obrera debe dar una respuesta mundial: Expropiación de los fondos privados de jubilados; 82% móvil para todos los jubilados; Jubilación estatal bajo control de los trabajadores.


viernes, 9 de enero de 2009

OTRA ECONOMÍA ES POSIBLE

En los últimos meses, quizá como nunca, se está demostrando que el sistema económico neoliberal está fuera de todo control político y ciudadano. La amenaza de la crisis financiera y sus consecuencias directas en la ciudadanía, especialmente en los sectores más desprotegidos, es la prueba que evidencia que el funcionamiento del llamado libre mercado no responde a las necesidades de las personas ni al desarrollo de las sociedades. Más bien, ha demostrado que se ha construido sobre la base del enriquecimiento sin escrúpulos de unas pocas personas y corporaciones de una minoría de países sobre la miseria de las mayorías [1]. Un sistema que ha priorizado la economía especulativa sobre la economía productiva y sobre el desarrollo humano sostenible de los pueblos [2].

Pero no olvidemos que las consecuencias de la crisis económica ya eran evidentes en otros ámbitos como el del sector energético o alimentario, cerrando un círculo vicioso que condena al hambre y a la pobreza a millones de personas en el mundo [3]. Ante esta situación, los gobiernos del llamado mundo desarrollado, han demostrado su incapacidad de cumplir siquiera con los Objetivos del Milenio, acordados para reducir la brecha entre el mundo rico y el empobrecido [4]. Los mismos gobiernos, por el contrario, han contado con fondos suficientes para acudir al rescate multimillonario de las entidades financieras que han entrado en crisis en EE.UU y Europa [5].

Ante esta situación, ¿cabe pensar que otro funcionamiento económico es posible? Quienes aspiramos a construir un mundo más justo e igualitario consideramos que las actividades económicas deben cambiar radicalmente su orientación. Por eso trabajamos en el desarrollo de una economía alternativa y solidaria que se traduce en una visión y una práctica que reivindica la economía en sus diferentes facetas (producción, financiación, comercio y consumo) como medio –y no como fin– al servicio del desarrollo personal y comunitario. Un instrumento, en definitiva, de transformación social y justicia, que fomenta un desarrollo social y medioambiental sostenible y participativo.

Desde esta perspectiva consideramos imprescindible la organización y la movilización social, a través de la denuncia y la presión sobre gobiernos e instituciones financieras, para que varíen las actuales políticas económicas. Pero, además, consideramos que debe cambiar también la orientación de nuestras opciones de consumo personales y colectivas. Existen iniciativas de economía solidaria que presentan otros modelos de relaciones económicas más solidarias y responsables [6].

Las personas podemos, a través de gestos cotidianos, contribuir al cambio de las reglas de producción y consumo en nuestra sociedad. En esos gestos y en la propia capacidad de elección, podemos convertir nuestro acto de consumo en un acto de transformación social: apoyando el comercio justo [7], la banca ética [8], las empresas solidarias [9], la producción ecológica y sostenible, las economías locales y la soberanía alimentaria, consumiendo responsablemente [10] y rechazando el consumismo [11]… Estas son algunas de las iniciativas que impulsamos y apoyamos desde REAS Euskadi, al igual que la creación en noviembre de 2007 de Gizatea (Asociación de Empresas de Inserción del País Vasco) [12].

La característica que hace que estas empresas sean diferentes a las demás es que posibilitan el acceso al empleo normalizado de colectivos con especiales dificultades, tras un periodo de acompañamiento y a través del desempeño de un puesto de trabajo en una estructura mercantil de producción de bienes o servicios de carácter no lucrativo. Es ese su valor añadido, además de ofrecer servicios de calidad con los recursos humanos y técnicos necesarios. Apostamos, así, por fomentar la comercialización de sus bienes y servicios, tratando de ampliar sus oportunidades de mercado, tanto público como privado, y contribuyendo a la extensión de criterios de responsabilidad social a través de su contratación.

En nuestras manos está la posibilidad de ir construyendo alternativas al modelo y a las relaciones económicas que tanta injusticia producen. Otra economía es posible… y esa es la Economía Solidaria.

[1] El 1% rico posee la misma riqueza que el 57% de la humanidad (Naciones Unidas).
[2] El 99% de las transacciones económicas diarias son especulativas (National Geographic).
[3] 1000 millones de personas pasan hambre todos los días, produciéndose un aumento de 75 millones en el año 2007 (Naciones Unidas).
[4] www.un.org/spanish/millenniumgoals
[5] Los primeros 700 mil millones destinados por el Gobierno de EE.UU para el rescate de las aseguradoras, bancos y otras instituciones financieras afectadas por la crisis en EE.UU, representan cinco veces la cantidad anual de ayuda extraordinaria que se necesitaría para alcanzar los objetivos de desarrollo del milenio en pobreza, educación y salud, calculados en 150 mil millones por año (Oxfam Internacional).
[6] www.economiasolidaria.org
[7] www.comerciojusto.org
[8] www.proyectofiare.com
[9] www.catalogosocial.net
[10] www.consumoresponsable.org
[11] www.consumehastamorir.org
[12] www.gizatea.net

Artículo publicado en la revista sobre comercio justo Karanakuy, nº 11 (diciembre de 2008) editada por Kidenda.

Autor/a: 
Carlos Askunze (REAS Euskadi)


jueves, 8 de enero de 2009

CRISIS ECONÓMICA O CRISIS DE UNA CIVILIZACIÓN


Estamos ante una crisis que puede parecerse a una de las habituales cíclicas del sistema capitalista, pero que puede ser sobre todo un mensaje que nos llega desde el futuro.

Una crisis que comienza con el hundimiento de las hipotecas basura en Estados Unidos, con sus efectos sobre los bancos de todo el mundo y la paralización de los préstamos.

Una crisis que comienza en el sistema financiero y que muestra que éste vive al borde del abismo. La gente pide préstamos, los recibe sin garantías y se venden posteriormente en escalada entre diferentes entidades financieras. Nadie controla el proceso y cuando los préstamos dejan de devolverse el sistema entra en colapso.

Además, el sistema es opaco, nadie sabe actualmente cuál es el nivel de endeudamiento de los bancos; en consecuencia, todos desconfían entre sí.

Hay que añadir que la globalización extiende la crisis y deja de haber dinero disponible. Paradójicamente, la crisis se manifiesta como recesión en la Unión Europea y no en el país de origen.

Estamos no sólo ante la hipertrofia del sistema financiero sobre la economía real, sino más bien ante una economía especulativa y delincuente, que tiene que derrumbarse periódicamente.

Las respuestas que se dan son parches atendiendo exclusivamente a la coyuntura, con intervención del Estado norteamericano (¿dónde queda la cantinela liberal?). No se propone el control de la especulación que reina sin medida, aunque es posible que con la salida de la crisis se creen mecanismos de control más adecuados. La reunión de los bancos nacionales más importantes es una señal de que se necesita alguna gobernación de la economía mundial.

Siendo importante la crisis financiera, y, aunque diversa, sintomática de las crisis cíclicas del capitalismo, creo que puede ser mucho más decisiva la crisis ecológica.

La subida de los precios de las materias primas, fundamentalmente del petróleo, es el síntoma del final de una era. Desde el 2006 han subido los alimentos un 65%, con tasas mayores la soja, el trigo y el arroz. El petróleo ha subido un 400% en cuatro años. Pese a factores coyunturales, que pueden hacer bajar al petróleo algo ante las restricciones del consumo, está anunciando los límites que ya se están manifestando a la explotación desenfrenada del planeta. Aquí el petróleo es el factor decisivo, la civilización actual se basa en el consumo de energía y el petróleo es su fuente principal. La incorporación a este consumo de las multitudes de los países en crecimiento como China y la India ha hecho subir los precios a toda velocidad, es el paso de la bicicleta al coche. Esta subida está relacionada con la mayor dificultad de extracción, el aumento del consumo no es compensado por el descubrimiento de nuevos yacimientos, estamos vislumbrando el agotamiento de la fuente de energía de la civilización actual. Sin duda, se intentará retrasar el final, explotando yacimientos a gran profundidad marina, en Alaska o en el mismo círculo polar ártico, pero los expertos piensan que no hay reservas para más de 20 ó 30 años con el consumo energético actual.

La subida del petróleo incide en el de otras materias primas como los cereales, que también se debe a que más gente quiere comer y come más carne, ya es sabido que la producción de carne precisa una cantidad mucho mayor de cereales. Vemos un aspecto malthusiano de la crisis: mayor crecimiento demográfico y del consumo alimenticio que el de la producción de alimentos. En este sentido se cree que la explotación más racional de la tierra puede alimentar de 10.000 a 15.000 millones de personas. Los 6.700 millones actuales pueden convertirse en nueve o diez mil millones hacia 2050, eso está en los límites de lo posible.

Esta crisis alimentaria es más seria que la de las hipotecas basura, la gente no pierde su casa sino que se muere de hambre. Países que han abandonado la agricultura de subsistencia para producir para el mercado mundial, no pueden comprar en éste los alimentos ante la subida de los precios. En esta subida también incide la producción de biocarburantes a partir del maíz y otros alimentos, así como la especulación en las bolsas de alimentos.

La situación nos señala un peligro de fondo. El sistema tecnológico occidental, que se extiende por todo el mundo, no es sostenible. No puede mantenerse un consumo cada vez más ávido de energía, un transporte siempre en aumento y basado en derivados del petróleo, una deslocalización en la producción de mercancías que no tiene en cuenta el coste real de agotamiento del petróleo y de otras materias primas. No puede comerse en todo el mundo la dieta carnívora que se consume en Occidente. Naturalmente, todos las poblaciones quieren consumir como en el modelo que se les propone, el occidental.

Esta crisis debería suponer una gran llamada de alarma para toda la humanidad. Ya se hace tarde para hacer girar la producción y el transporte hacia un menor consumo energético por producto y hacia las energías renovables. Es risible, si no fuera trágico, el empeño en abrir el debate de la energía nuclear, como si el uranio no fuera escaso y los residuos radiactivos no duraran mucho más que la propia existencia de la civilización. Todos los estudios responsables muestran que ni una creación masiva de centrales nucleares puede compensar el hundimiento de la producción petrolífera, y esto sin contar la falta de rentabilidad de éstas si asumen los gastos de seguridad y la conservación de los residuos. Otra solución, como la energía de fusión, se encuentra en un nivel experimental. Se estima que si se llegan a solucionar todos los problemas, no pasarán menos de 50 años hasta que produzca energía eléctrica industrialmente.

Desgraciadamente, la producción de energía a través de las renovables no puede compensar actualmente el declive del petróleo. Estamos ante la evidencia de la imposibilidad de una civilización con un crecimiento continuo del consumo energético.

Se hace necesaria una revisión de lo global y lo local, tanto en la producción de alimentos como en la de otros productos.

Es necesario revisar el dogma del crecimiento económico basado en un aumento continuo del consumo. El objetivo debería ser mayor reparto de trabajo, más consumos cualitativos, culturales y sociales y menos mercancías.

No parece, sin embargo, que se oigan muchas voces en este sentido, no desde luego de los políticos que, como Zapatero, llaman a consumir más, ni de los economistas, ni de los intelectuales. Si lo que se precisa es mucho más que un cambio en la economía, si es un cambio del modelo tecnológico de nuestra civilización, hay que convencer a la opinión pública de la necesidad de este cambio. Hay que diseñar procesos concretos para el cambio antes de que la situación sea catastrófica para la humanidad.

Debemos de tener en cuenta que el sistema capitalista mundial es ciego y el automatismo de su funcionamiento parece conducirnos al desastre. Sólo la actuación consecuente de los ciudadanos puede corregir este camino.



viernes, 2 de enero de 2009

RESUCITAR A MARX

Honorio Cadarso

Se había anunciado el fin de la historia, el capitalismo era proclamado como forma definitiva de organización social, y con ello la victoria definitiva de la derecha.
Pero de repente, en 2008, Daily Telegraph anuncia que “el capitalismo inglés ha fracasado”. Y las pancartas frente a Wall Street pregonan:“Marx tenía razón”.


Hace 150 años, Marx describía con trazos sorprendentemente exactos lo que hoy nos pasa: “Por el hecho de que la aristocracia financiera hacía las leyes, dirigía el Estado, disponía de todos los poderes públicos constituidos y dominaba la opinión pública, en los hechos y por medio de la prensa, se reproducían en todos los planos, desde la Corte suprema hasta el café de barrio, el mismo engaño vergonzoso, la misma sed de enriquecerse, no mediante la producción, sino escamoteando las riquezas del otro”.

Se intenta explicar que la crisis viene de la volatilidad de productos financieros sofisticados, de la incapacidad del mercado financiero para autorregularse, de la escasa moralidad de los hombres de negocios. En resumen del desinfle del único sistema vigente, la pretendida “economía virtual”. Como si no se pudiese medir hasta qué punto esa economía es cruelmente “real”.

Porque es muy real la incapacidad de los hogares americanos para hacer frente a sus deudas. Es real esa burbuja especulativa que se ha inflado, bajo la cual se esconde el acaparamiento por el capital de la riqueza creada por el trabajo, y bajo éste, la distorsión que ha empequeñecido en diez puntos la parte de los salarios, tras un cuarto de siglo de austeridad soportado por los trabajadores en nombre del dogma neoliberal.

¿Falta de regulación, falta de moralidad? Desde luego, pero algo mucho más hondo, la raíz del mal está en la ley de acumulación capitalista: en un sistema de propiedad privada de los medios de producción, el capitalista tiene los medios para dominar y explotar al productor. “la acumulación de la riqueza en un polo conlleva la acumulación de la miseria en el polo opuesto” dice Marx “y genera a largo plazo las premisas de crisis comerciales y bancarias violentas” (El Capital). Está claro que aquí se habla de lo que está pasando hoy.
La crisis se ha manifestado en el sector del crédito, pero se ha originado en el sector productivo. Ni el sindicalismo de escasos vuelos, ni mucho menos una izquierda socialdemócrata que renegó de Marx como de un perro reventado, han podido frenar este desastre.

¿Moralizar el capitalismo? Suena a humor de lo más negro, a publicidad barata! ¿Cómo se podría conciliar el dogma sacrosanto de la libre concurrencia con el de la moralidad? Siempre prevalecerá la eficacia… No hay moralidad posible cuando se da por supuesto que la actividad humana es pura mercancía, es decir, no es un fin en sí misma, sino un medio.

Esto nos sitúa en el plano de la alienación marxista. Al producir riqueza para otro, el obrero está produciendo para sí mismo despojo material y moral: ese despojo que se traduce en patologías laborales, inseguridad en el empleo y despidos, bajos salarios…

Dejado a su antojo, el mercado camina inexorablemente a la anarquía, a la crisis financiera, la crisis ecológica. la crisis antropológica. El hombre no controla la historia, la historia destruye poco a poco al hombre. Nadie queríamos estas crisis, pero todos las estamos padeciendo.

La salida está en devolver al hombre al dominio sobre sus instrumentos de producción. No se trata de volver al sistema nada comunista del socialismo soviético, estalinista-brezneviano o de las copias que han salido de él. Ninguna de ellas tiene nada que ver con la propuesta marxista. La superación del capitalismo se plantea hoy bajo unas coordenadas diametralmente opuestas a las anteriores. Se trata de devolver al trabajador el poder de decisión sobre los procesos productivos, y al estado el control de los mecanismos comerciales y financieros, y a ese mismo estado una democracia verdadera, arrancándolo de las cadenas de los poderes fácticos.

¿Que todo esto es pura utopía? ¿Que chocamos de frente con la naturaleza humana? El ideario liberal pretende definir al ser humano como un “homo oeconomicus” un frío calculador motivado exclusivamente por el interés individual, que solo es capaz de aceptar una sociedad de propietarios privados en competencia rabiosa entre ellos.

Justamente aquí se descubre una faceta bastante desconocida del marxismo. Marx, frente a esta concepción individualista, propone su definición abierta: la esencia humana no es una abstracción inherente del individuo considerado aisladamente. En su dimensión real, el hombre es la suma de sus relaciones sociales: “El hombre históricamente desarrollado es el mundo del hombre”. De ahí surge el lenguaje, de ahí nuestras funciones síquicas superiores, como lo ha demostrado espléndidamente Liv Vygotski, un sicólogo marxista del siglo XX.

Hoy, la biología se aleja de un “todo genético” simplista; las simplezas de la naturaleza humana saltan a los ojos. ¿Dónde están los genes anunciados a bombo y platillo de la inteligencia, de la fidelidad, de la homosexualidad? ¿Qué espíritu cultivado podría creer que la pedofilia es congénita?

Desde el punto de vista ético, llevamos dos siglos bombardeados por una ideología que nos presenta al individuo como un ser competitivo hasta límites como el asesinato, por una pedagogía deshumanizante, que pretende sistemáticamente liquidar todo sentimiento de solidaridad. Vivimos en una descivilización rabiosa por la locura del dinero fácil…Como para tragarnos ahora lo de la moralización del capitalismo…

No tiene ningún sentido apelar a la ética personal para igualar a las personas y remediar la pobreza extrema y seguir manteniendo como “de raíces cristianas” un sistema ideológico –el liberalismo– que nos dibuja como un homo oeconomicus producto de la naturaleza lo que no es sino un ser sin entrañas fabricado por la ideología capitalista…