jueves, 30 de julio de 2009

EL G8, EL G192 Y LAS SALIDAS DE LA CRISIS

Ricardo García Zaldívar

Muchos pensamos en la crisis global como en un momento de oportunidad para acelerar la transformación social, tanto en nuestros respectivos países como en las desequilibradas relaciones internacionales. Por utilizar un símil informático, cuando se nos bloquea el ordenador es el momento de apagar y volver a encender, pero si sucede muchas veces lo que hay que hacer es dotar al aparato de un sistema operativo nuevo.

Un año más, los dirigentes de los ocho países más poderosos del planeta se han reunido la semana pasada para articular estrategias e intercambiar sus recetas neoliberales frente a la crisis. Toman decisiones que rara vez transcienden, al contrario que la gran difusión que reciben los mensajes mediáticos que emiten al final de los encuentros, dirigidos a escenificar su pretendida sensibilidad social con los más desfavorecidos. Esta vez en Italia le ha tocado a la lucha contra el hambre en el mundo y ante la amenaza de crisis alimentaria se han comprometido a crear un fondo de 20.000 millones de dólares en un período de tres años, con el apoyo de media docena de países emergentes “invitados” a la cumbre, entre ellos España. Es evidente que se trata de una cantidad ridícula para la magnitud del problema, pero aún así está por ver si por una vez cumplen los compromisos adquiridos.

En la cumbre del G8 en L’Áquila se han abordado temas que en principio afectan al conjunto de la humanidad, como es la necesidad de abordar una agenda global, o los problemas del cambio climático, pero hay que subrayar que los países más ricos han ignorado totalmente la Resolución de la Conferencia de Naciones Unidas sobre la crisis financiera y económica mundial y sus efectos en el desarrollo, celebrada del 24 al 26 de junio de 2009 en la Sede de Nueva York,. Lógico si se sabe que este club privado que es el G8 ya hizo todo lo posible por boicotearla.


Sin embargo,
la Conferencia de NU sobre la crisis financiera puede tener más trascendencia para la mayoría de la población que muchas cumbres del G8. Sin duda es un proceso que conviene apoyar, aunque sea de forma crítica, para hacer ver a la sociedad que el marco internacional legítimo para debatir la crisis y sus salidas no es el G8 ni el G20, sino el G192, en una ONU que por supuesto ha de ser reformada, pero que hoy por hoy es de los pocos foros mundiales – si no el único- donde los gobiernos, sin exclusiones, pueden plantear sus exigencias.

Es cierto que los pasos dados en el proceso abierto por
la Conferencia de NU, tanto en sus trabajos preparatorios y como en la Resolución que ha conseguido aprobar, resultan muy insuficientes. El informe Stiglitz1, base argumental de las propuestas de reforma del Sistema Monetario y Financiero Internacional que plantea el Presidente de la Asamblea General (PAG), ataca la deriva neoliberal del capitalismo, pero no la esencia de éste. Y las 6 líneas prioritarias de acción que la Propuesta de Resolución remitida por el PAG el 8 de mayo2 se quedan extremadamente cortas. Los estímulos globales propuestos, por ejemplo, aceptan la lógica del insostenible modelo de desarrollo global actual y vuelven a basarse casi exclusivamente en la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD). Rechazable es también su propuesta de proceder a una simple reestructuración de la Deuda, y la de plantear los Derechos Especiales de Giro (DEG) como nuevo sistema de Reserva Monetaria Mundial, lo que implica reforzar al FMI, sin tan siquiera contemplar una reforma en profundidad de esta institución, y mucho menos su sustitución, como muchos defendemos.

Aún con estas limitaciones, el proceso puesto en marcha por NU merece un apoyo efectivo y visible desde los movimientos sociales para terciar en la pugna que el PAG está manteniendo con los Gobiernos del G8 e incluso del G20. La preparativos de
la Conferencia han dado buena muestra de las maniobras de intimidación que ha sufrido Miguel D’Escoto como PAG y que se concretaron en la sesión del 8 de mayo cuando el grupo de representantes de los países occidentales se rebeló contra la Propuesta de Resolución que les presentó el PAG. El propio “cofacilitador” holandés que había ayudado al PAG a elaborar el Documento de Recomendaciones de 29 de abril3 se puso a la cabeza de la rebelión argumentando que el documento que D’Escoto presentaba a la AG no era el que él había ayudado a confeccionar sino uno diferente, y acusándole abiertamente de no reflejar el resultado de las negociaciones entre el PAG y los Estados. En esa sesión del 8 de mayo, el Padre Miguel, pese a argumentar que la Propuesta de Resolución reflejaba el sentir de la mayoría de los países miembros de la ONU, perdió claramente la confrontación con los países ricos, que le forzaron no solo a retrasar la Conferencia del primeros a fines de junio, sino a sacar un segundo Borrador de Resolución4, muy modificado, para ser sometido a discusión.

La Conferencia de la ONU de finales de junio sobre la crisis no ha sido pese a todo un fracaso, como muchos países occidentales deseaban. Es verdad que el intento del PAG de que se desarrollase al más alto nivel ha estado lejos de cumplirse, cuando apenas ha logrado la asistencia de una decena de jefes de estado o de gobierno. Pero D’Escoto y muchos países que le han apoyado han logrado abrir –y dejar abierta- una importante puerta: los temas económicos de importancia para el futuro de la humanidad, y la crisis global nadie duda que es uno de ellos, no serán ya debatidos sólo por los gobiernos de un club exclusivo y excluyente como es el G8, aunque se haya disfrazado por las circunstancias y desde 2008 en otro club algo menos cerrado, el G20. Así, el G192 que es la AG de la ONU ha aprobado una Resolución final de la Conferencia sobre la crisis que pese a haber sido muy rebajada por las negociaciones supone un paso en la buena dirección, pues no solo califica a la crisis de global, en la línea en muchos han venido previniendo desde hace años al conjunto de la sociedad del carácter mundial del peligro, sino que la ONU reconoce igualmente la multiplicidad de las dimensiones afectadas por ella: es una crisis financiera y económica pero también una crisis social y ambiental. Incluso de valores.

Muchos pensamos en la crisis global como en un momento de oportunidad para acelerar la transformación social, tanto en nuestros respectivos países como en las desequilibradas relaciones internacionales. Por utilizar un símil informático, cuando se nos bloquea el ordenador es el momento de apagar y volver a encender, pero si sucede muchas veces lo que hay que hacer es dotar al aparato de un sistema operativo nuevo: es en lo que pensamos cuando se propone un nuevo paradigma económico. El marco de Naciones Unidas ofrece en estos momento unas oportunidades políticas difíciles de ignorar por los movimientos sociales y los gobiernos más progresistas. Es un espacio aceptable donde establecer alianzas y consensuar unas exigencias fundamentales a escala económica, social y ecológica para conseguir un mundo más justo y sostenible. Empezando, por ejemplo, por la implantación de impuestos globales que hagan disponibles a la humanidad unos bienes públicos también globales. Y continuando por establecer un freno duradero a la financiarización y mercantilización de las relaciones humanas, avanzando hacia un sistema poscapitalista basado en la satisfacción de las necesidades de las personas y de los pueblos y en el respeto de los Derechos Humanos y de la Naturaleza.


lunes, 27 de julio de 2009

LA TRAMPA DEL ESTIMULO ECONÓMICO





En cuanto el Gobierno electo de Obama anunció su plan de estímulo económico (antes de la toma de posesión), algunos de nosotros empezamos a temer que el plan resultase insuficiente.

Y también nos temíamos que podría ser difícil, desde el punto de vista político, volver a por otra ronda. Desgraciadamente, se ha visto que estos temores estaban justificados. Los malos datos del empleo de junio han dejado claro que el estímulo económico era, en efecto, demasiado pequeño. Pero también ha dañado la credibilidad de la gerencia económica del Gobierno. Ahora existe un riesgo real de que el presidente Barack Obama se vea pillado en una trampa político-económica.

Hablaré sobre esa trampa y la forma de escapar de ella en un momento. Pero antes permítanme volver atrás y preguntar cómo deberían los ciudadanos responsables reaccionar antes las decepcionantes noticias económicas. ¿Deberíamos tener paciencia y darle al plan de Obama tiempo para que funcione? ¿Deberíamos exigir acciones más audaces y de más envergadura? ¿O deberíamos afirmar que el plan ha fracasado y pedir al Gobierno que lo abandone por completo? Antes de responder, tengan en cuenta lo que sucede en épocas normales.

Cuando hay una recesión normal y corriente, la tarea de combatir esa recesión se le encomienda a la Reserva Federal. La Fed responde recortando los tipos de interés de manera gradual. Al bajar los tipos poco a poco, los va recortando hasta que la economía se recupera. De vez en cuando, se detiene para evaluar los resultados de su actuación; si la economía sigue siendo débil, continúan los recortes. Durante la última recesión, la Fed recortó repetidamente los tipos a medida que la depresión se hacía más profunda: 11 veces en 2001. Entonces, cuando hubo unos primeros indicios de recuperación, se detuvo, y dio a los recortes tiempo para que funcionasen. Pero cuando estuvo claro que la economía aún no crecía lo bastante deprisa como para crear empleo, siguió con los recortes.

Por eso, normalmente, esperamos que los responsables políticos respondan a los datos de empleo negativos con una combinación de paciencia y resolución. Deben dar a las medidas tiempo para funcionar, pero también deben plantearse la posibilidad de intensificar dichas medidas. Y eso es lo que el Gobierno de Obama debería estar haciendo ahora mismo con su plan de estímulo fiscal.
(Hay que recordar que el estímulo era necesario porque la Fed, tras haber recortado los tipos de interés hasta cero, se había quedado sin munición para luchar contra esta crisis).

Es decir, los responsables políticos deben mantener la calma frente a los primeros resultados decepcionantes, y admitir que el plan necesitará algún tiempo para dar todos sus frutos. Pero también deben estar preparados para aumentar el estímulo ahora que está claro que la primera ronda no ha sido lo bastante generosa.

Desgraciadamente, la estrategia de la política fiscal es muy distinta de la de la política monetaria. Durante los últimos 30 años, se nos ha dicho que el gasto gubernamental es malo, y la oposición conservadora al estímulo fiscal (que podría hacer que la gente tuviese una mejor opinión del Gobierno) ha sido agria e implacable, incluso frente a la peor crisis que ha habido desde la Gran Depresión. Es de suponer, por tanto, que los republicanos (y algunos demócratas) han considerado toda mala noticia una prueba del fracaso, más que un motivo para reforzar la política. De ahí el peligro de que el Gobierno de Obama se vea atrapado en una trampa político-económica en la que la propia debilidad de la economía mine la capacidad de la Administración para responder con eficacia.

Como he dicho, me temía que esto sucedería. Pero eso es agua pasada.

La pregunta es qué deben hacer ahora el presidente y su equipo económico. Es perfectamente lógico que el Gobierno defienda lo que ha hecho hasta ahora. Está muy bien que el vicepresidente Joe Biden recorra el país y subraye las muchas cosas buenas que el dinero del estímulo está haciendo. También es razonable que los economistas del Gobierno pidan paciencia y señalen, con buen criterio, que nunca se ha esperado que el estímulo fuese a dar todos sus frutos este verano, o incluso este año.

Pero hay una diferencia entre defender lo que uno ha hecho hasta ahora y estar a la defensiva. Fue inquietante que Obama rectificase la afirmación de Biden de que el Gobierno "malinterpretó" la economía, diciendo que "no había nada que hubieran hecho de forma diferente". Había un tufillo al complejo de infalibilidad de Bush en esa observación, un indicio de que el actual Gobierno podría compartir con su predecesor algo de la incapacidad de éste para reconocer sus errores. Y ésa es una actitud que ni Obama ni el país se pueden permitir.

Lo que Obama tiene que hacer es ser franco con los estadounidenses. Tiene que reconocer que puede que no haya hecho lo suficiente en el primer intento. Tiene que recordarle al país que está tratando de guiarlo a través de una fortísima tormenta económica, y que tal vez sea necesario reajustar algo el rumbo (incluyendo, muy posiblemente, otra ronda de estímulo). En resumen, tiene que hacer por la política económica lo que ya ha hecho por las relaciones raciales y la política exterior: hablar a los estadounidenses como a adultos.

GRANDES METAS Y PROBLEMAS NO RESUELTOS




Un aspecto extraño y preocupante de la política mundial actual es la confusión entre negociaciones y resolución de problemas. Conforme a un calendario acordado en diciembre de 2007, disponemos de seis meses para alcanzar un acuerdo mundial sobre el cambio climático en Copenhague. Los Gobiernos están inmersos en una enorme negociación, pero no en un esfuerzo enorme para resolver los problemas. Cada uno de los países se pregunta: "¿cómo puedo hacer lo menos posible y que los demás países hagan lo más posible?", cuando, en realidad, deberían estar preguntándose: "¿cómo debemos cooperar para lograr nuestros fines compartidos con el mínimo costo y el máximo beneficio?".

Se apremia a los países a reducir las emisiones en 2020, sin examinar muy en serio cómo se puede lograr.

Puede parecer lo mismo, pero no lo es. Abordar el problema del cambio climático requiere reducir las emisiones de dióxido de carbono procedentes de combustibles fósiles, lo que, a su vez, entraña opciones en materia de tecnología, algunas de las cuales existen ya, mientras que gran parte de ellas se debe idear. Por ejemplo, las centrales eléctricas de carbón, para que puedan seguir siendo un elemento importante del conjunto de fuentes de energía, tendrán que capturar su CO2, proceso denominado "captura y almacenamiento de carbono" (CAC). Sin embargo, no está probada la eficiencia de esa tecnología.

Asimismo, hará falta una nueva confianza pública en una nueva generación de centrales nucleares que sean seguras y estén supervisadas de forma fiable. Harán falta nuevas tecnologías para movilizar las energías solar, eólica y geotérmica en gran escala. Podríamos intentar aprovechar los biocombustibles, pero sólo de modo que no compitan con el suministro de alimentos ni con activos medioambientales valiosos.

Sigue la lista. Será necesaria una mayor eficiencia energética, mediante "edificios ecológicos" y electrodomésticos más eficientes. Habrá que sustituir los automóviles con motores de combustión interna por vehículos híbridos o híbridos enchufables o accionados por baterías o accionados por baterías de combustible.

Para lograr una nueva generación de vehículos eléctricos, hará falta un decenio de colaboración entre el sector público y el privado para conseguir un desarrollo tecnológico básico (como baterías mejoradas), una red eléctrica más sólida, una nueva infraestructura para recargar los automóviles y muchas cosas más. Asimismo, hará falta un decenio de inversiones públicas y privadas para demostrar la viabilidad de las centrales eléctricas de carbón que capturen su dióxido de carbono.

El cambio a las nuevas tecnologías no es principalmente un asunto de negociación, sino también de ingeniería, planificación, financiación e incentivos. ¿Cómo puede el mundo desarrollar, demostrar y después difundir esas nuevas tecnologías de la forma más eficaz? En los casos en que no sea probable que los beneficios vayan a parar a inversores privados, ¿quién debe pagar los primeros modelos de demostración, que ascenderán a miles de millones de dólares? ¿Cómo debemos preservar los incentivos privados para la investigación y la innovación y al tiempo comprometernos a transferir las tecnologías logradas a los países en desarrollo?

Se trata de cuestiones urgentes y no resueltas. Sin embargo, las negociaciones mundiales sobre el cambio climático se están centrando en un conjunto diferente de cuestiones. Las negociaciones versan principalmente sobre qué grupos de países deben reducir sus emisiones, en qué medida, con qué rapidez y en relación con qué año de referencia. Se está apremiando a los países para que reduzcan las emisiones en 2020 a más tardar conforme a determinadas metas de porcentaje, sin examinar demasiado en serio cómo se pueden lograr las reducciones. Naturalmente, las respuestas dependen de las tecnologías de bajas emisiones de que se disponga y de la velocidad con que se pueda desplegarlas.

Pensemos en Estados Unidos. Para reducir las emisiones marcadamente, deberán cambiar a una nueva flota de automóviles, accionados cada vez más por electricidad.

También deberán decidir la renovación y ampliación de sus centrales nucleares y la utilización de terrenos públicos para construir nuevas centrales de energías renovables, en particular de energía solar, y necesitarán una nueva red eléctrica para transportar la energía renovable desde las zonas con poca densidad de población -como los desiertos surorientales en el caso de la energía solar y las llanuras septentrionales en el de la energía eólica- hasta las zonas de gran densidad de población de las costas.

Sin embargo, todo eso requiere un plan nacional, no simplemente una meta de reducción de las emisiones.

Asimismo, China, como Estados Unidos, puede reducir las emisiones de CO2 mediante una mayor eficiencia energética y una nueva flota de vehículos eléctricos, pero China debe examinar esa cuestión desde el punto de vista de una economía dependiente del carbón. Las opciones futuras de China dependen de si de verdad el "carbón limpio" puede funcionar eficazmente y en gran escala. Así pues, la vía para la reducción de las emisiones de China depende decisivamente de unos prontos ensayos de las tecnologías CAC.

Conforme a un verdadero planteamiento cooperativo mundial, se examinarían primero las mejores opciones tecnológicas y económicas disponibles y la forma de mejorarlas mediante actividades concretas de investigación e innovación y mejores incentivos económicos.

En las negociaciones se examinarían las diversas opciones posibles para cada uno de los países y las regiones -desde el CAC hasta las energías solar, eólica y nuclear- y se esbozaría un calendario para una nueva generación de automóviles de bajas emisiones, sin dejar de reconocer que la competencia en el mercado y la financiación pública impondrán el ritmo real.

A partir de esas bases, el mundo podría asignar los costos de la aceleración del desarrollo y la difusión de las nuevas tecnologías de bajas emisiones. Ese marco mundial sostendría las metas nacionales y mundiales de control de las emisiones y de supervisión de los avances de la revisión tecnológica. A medida que se dispusiera de tecnologías de eficiencia comprobada, se fijarían metas más estrictas.

Naturalmente, una parte de la estrategia consistiría en la creación de incentivos de mercado para las tecnologías de bajas emisiones a fin de que los inversores pudieran desarrollar sus ideas con la perspectiva de obtener grandes beneficios, en caso de que sean acertadas.

Podría parecer que mi petición de que se examinen los planes y las estrategias junto con las metas concretas en materia de emisiones entraña el riesgo de impedir las negociaciones, pero si no tenemos una estrategia que acompañe a nuestras metas, los Gobiernos del mundo podrían no aceptar dichas metas, para empezar, o podrían aceptarlas cínicamente, sin una auténtica intención de cumplirlas.

Hemos de reflexionar en serio y en colaboración sobre las opciones tecnológicas reales del mundo y después perseguir un marco común mundial que nos permita pasar a una nueva era, basada en tecnologías viables y sostenibles para la energía, el transporte, la industria y los edificios.



TELEFONICA, ALIERTA,... ¿MAS REALITY?






Cesar Alierta ha realizado una magnifica gestión en Telefónica, después de recibir una herencia envenenada del anterior presidente Juan Villalonga. Los accionistas pueden estar muy contentos ya que ha sido la teleco con claramente mejor comportamiento entre las grandes telecos mundiales en bolsa, debido a sus mejores crecimientos de beneficios por acción. Otra cosa son los usuarios españoles de telefonía fija y móvil. De hecho España tiene el ADSL mas caro de Europa y permitido por el Gobierno español.

Pero hay un punto negativo. El caso mas escandalosos de información privilegiada (“insider trading”) demostrado en juicio en España, ha sido según la jueza el de Cesar Alierta. El actual presidente de Telefónica ideó y planeo aprovecharse de las noticias o información privilegiada de la compañía que presidía, Tabacalera comprando acciones a través de un préstamo de varios millones de Euros.

Para ver la información muy bien detallada de los hechos hay que irse a la prensa internacional, ver el artículo muy completo en el Wall Street Journal de la semana pasada, previo a la resolución del caso o, a medios independientes como Elconfidencial.com (leed el articulo de su director, Jesús Cacho).

Ante la fuerza de los hechos probados, la única posibilidad de salvar al actual presidente de Telefónica era acudir al ya muy utilizado recurso de las prescripciones. Al igual que la vergonzosa sentencia en el “caso Urbanor” de los famosos “Albertos”, por la vía de la “prescripción” de delitos que ya están probados.

Hay personajes intocables en España, Don Emilio y Don Cesar son algunos de los ejemplos.

¿Debería dimitir Cesar Alierta a pesar de estar absuelto por prescripción?, ¿o debe seguir ya que ha sido un hombre discreto, buen gestor y ha maximizado el beneficio a los accionistas?.


sábado, 25 de julio de 2009

UNA CONFLUENCIA FATAL DE FRACASOS

Juan Torres López
Mundo Obrero


Sabemos ya perfectamente que la crisis que vivimos no es solamente una crisis financiera, aunque se haya llevado por delante a una buena parte del sistema bancario mundial, que ahora se encuentra prácticamente en quiebra.

También, y aunque lo quieran negar quienes se aferran ciegamente al liberalismo doctrinario, ha fallado un sistema de regulación permisivo con los poderosos, concebido para que éstos puedan hacer y deshacer libremente con sus capitales y basado, o simplemente justificado retóricamente, en la quimera de los mercados autorregulables capaces de asumir y resolver sin mayores disturbios cualquier dosis de riesgo por grande que sea en aras de aumentar el beneficio. Aunque no será fácil que los reguladores pongan límites a la ingeniería financiera desorbitada y cuasi fraudulenta, al apalancamiento artificialmente desbocado y a la libertad absoluta de la que disfrutan los capitales y sus propietarios, también se tendrá que establecer antes o después una regulación más represiva en el mundo financiero.

Ha fallado también la articulación sistémica del propio capitalismo que se ha mostrado incapaz de proporcionarse a sí mismo los resortes de seguridad que puedan impedir que los disturbios en un segmento de la vida económica, como ahora en lo financiero, afecten fatalmente al conjunto provocando, como está sucediendo, su parálisis casi completa. Eso obligará a disponer en el futuro de una supervisión más rigurosa y de mecanismos de intervención anticipada que traten de evitar el peligro de inestabilidad que, en todo caso, nunca van a desaparecer en un sistema intrínsecamente desigual y que necesita generar constantemente asimetrías para alimentar al capital que le sirve de base y fundamento.

Han fallado instituciones, como los propios gobiernos y los bancos centrales que, a pesar del poder acumulado, han sido incapaces, bien por complicidad, bien como efecto de las anteojeras ideológicas con que analizan la realidad, de anticipar lo que evidentemente iba a ocurrir y, por supuesto, de hacer frente a la crisis con eficacia cuando ésta se ha desatado. No será extraño, pues, que incluso tarde o temprano se ponga también sobre la mesa la necesidad de disponer de nuevas instancias de gobierno y toma de decisiones (por supuesto, no necesariamente más democráticas y transparentes) en el plano internacional e incluso también nacional para evitar que los disturbios localizados, como viene ocurriendo, terminen por generar problemas globales.

Y por supuesto han fallado, como incluso algunos dirigentes de la derecha y del poder económico establecido lo reconocen, los sistema de incentivos y muchos de los valores que se han fomentado para lograr emprendimiento y conseguir la necesaria legitimación del sistema.

Lo que quiero señalar mencionando todo estos extremos es que la crisis está siendo muy, muy profunda y que, por tanto, los arreglos necesarios para que los fundamentos del capitalismo permanezcan igual, que en definitiva es lo que se va a buscar por los poderes que dominan el mundo, las respuestas a la crisis de éstos últimos tendrán que ser también muy profundas, aunque se adopten taimadamente, con disimulo y procurando, en definitiva, que parezca que todo lo ocurrido no ha sido más que un accidente.

Yo intuyo que van a conseguir darle la vuelta a la situación y regenerar el sistema financiero, aunque no tengo certezas sobre el modo en que van a lograrlo, ni estoy seguro de que las medidas que finalmente se apliquen sean capaces de evitar en el futuro nuevos sobresaltos, ni de que todo ello vaya a resultar netamente positivo para el bienestar social e incluso para la estabilidad macroeconómica.

Y tengo esas duda precisamente porque hay otro fracaso que es el que hace que los poderes que determinan las decisiones sociales disfruten de la gran capacidad de maniobra que tienen: el de las izquierdas de todo el planeta que se han mostrado incapaces de hacer ver a los ciudadanos lo que en realidad hay detrás de la crisis y de empoderarlos para hacer posible que se pusieran en marcha decisiones alternativas a las que se van a aplicar solo para salvaguardar los intereses de los más ricos y privilegiados.

Se trata de un fracaso histórico que a su vez tiene que ver con diversas dimensiones pero que creo que se podrían resumir en una principal: las izquierdas no han sabido civilizar a la sociedad, como sí ha hecho el liberalismo, en torno a valores, incentivos materiales e inmateriales y principios éticos.

Mientras que el neoliberalismo ha creado sociedad, aunque haya sido la no-sociedad del individualismo, las izquierdas siguen actuando arrastradas por el racionalismo decimonónico que les lleva a pensar que su tarea no es la de socializar sino la de crear ellas mismas el marco social (como hace la socialdemocracia cuando gobierna, si lo consigue) o la de descubrir y presentar a las gentes el horizonte objetivo al que tarde o temprano y de modo inexorable se encaminarán los hechos sociales.

Un planteamiento tan errado es el que lleva a que las izquierdas más pragmáticas como la socialdemocracia se limiten a tratar de conseguir mejores condiciones de vida desde los gobiernos pero sin poner en marcha un proyecto civilizatorio alternativo. Lo que generalmente tiene como consecuencia que la propia práctica de gobierno socialdemócrata, aunque más favorable a los trabajadores que la liberal, termine por generar ciudadanos que finalmente abrazan el liberalismo. Y, por otro lado, a que las izquierdas más radicales se dediquen simplemente a dibujar con renovada precisión el alcance de su radical proyecto político y a presentar ante los ciudadanos el camino que se suponen que deberán asumir como un imperativo categórico para mejorar su condición.

Una y otra práctica, y ambas superpuestas frente a un neoliberalismo mucho más coherente y con más inteligencia política, han desarmado a los trabajadores y han propiciado el desafecto creciente que, nos guste o no reconocerlo, se da entre las clases más desfavorecidas y los partidos de la izquierda.

Hay que hacer frente a este fracaso y hay que acometer esa tarea con decisión, con un esfuerzo de convergencia muy sincero y fraternal, con gran lucidez y, sobre todo, sin un ápice de sectarismo sino anteponiendo a cualquier otra cosa los elementos transversales que permitan hacer mallas y construir redes.

Es verdad que se necesitan medidas radicales para lograr que la crisis (y no solo en este episodio concreto que vivimos sino la que constantemente supone un capitalismo que deja morir cada día a casi 30.000 personas de hambre) se resuelva favorablemente para los empobrecidos. Pero eso no puede llevar simplemente a radicalizar el discurso sino a mezclarse más íntimamente con la gente. Es verdad que para poner en marcha un proyecto político alternativo será necesario disponer de más poder pero eso no puede llevar a fortalecer las organizaciones y las burocracias sino a crear contrapoderes basados en la movilización social destinada al sabotaje pacífico de las injusticias. Y es verdad que la lucha contra el capitalismo es en realidad un enfrentamiento puramente político pero eso tampoco puede significar que las izquierdas centren su diálogo con la sociedad en esa única dimensión sino que deben humanizarlo, hacerlo más cordial y vinculado también, o quizá sobre todo, al mundo de las emociones y los afectos que mueve a las personas normales y corrientes. No hay que olvidar que si algo pone de relieve una crisis como la que vivimos y en general un sistema social como el capitalismo que condena a la muerte por hambre o falta de agua, a la ignorancia, a la enfermedad y al desamparo a millones de personas cuando se dispone de recursos suficientes para evitarlo, es su incapacidad para practicar la fraternidad. Es decir, su radical fracaso para humanizar a los seres humanos. Por eso, quizá si la izquierda comenzara a trabajar para poner en marcha prácticas políticas de este otro signo, fraternales, de emociones y afectos, de reunión, de deliberación y debate, en lugar de dedicarse simplemente a gestionar o simplemente a radicalizar sobre el papel sus programas, las salida a la crisis que vivimos y a las que vendrán, serían diferentes.

Juan Torres López es catedrático de Economía Aplicada (Universidad de Sevilla). Visto en Rebelión.



jueves, 23 de julio de 2009

BEAUTIFUL DAY



Traduccion (seguro que no es perfecta, ni mucho menos, pero sirve para disfrutarla aún más)

El corazón es una flor
Brotes a través del suelo pedregoso
No hay habitaciones
No hay espacio para alquilar en esta ciudad


No estás de suerte
Y la razón que tenía para cuidar
El tráfico está atascado
Y usted no está en movimiento en cualquier lugar


Pensé que había encontrado un amigo
Para llevarte fuera de este lugar
Alguien puede echar una mano
A cambio de gracia


Es un hermoso día
Te sientes como que el Cielo cae,
Es un hermoso día
No permitan que pierda


Estás en el camino
Pero usted tiene ningún destino
Estás en el barro
En el laberinto de su imaginación


Te encanta esta ciudad
Incluso si esa verdad no te suena
Has pasado por todo
Y todo ha pasado por tí

Es un hermoso día
No permitan que se escape
Es un hermoso día


Tocame
Llevame a otro lugar
Enseñame
Sé que no soy un caso perdido

Ver el mundo en verde y azul
Ver China justo enfrente de tí
Ver los cañones rotos por las nubes
Ver la liquidación de las flotas atuneras de mar
Ver los fuegos beduinos en la noche
Ver los campos petroleros en la primera luz
Y ver el pájaro con una hoja en la boca
Después de la inundación todos los colores aparecieron

Era un hermoso día
No permitan que se pierda
Hermoso día


Tocame
Llevame a otro lugar
Ponte en contacto conmigo
Sé que no soy un caso perdido


Lo que no tienes no lo necesitas ahora
Lo que no sabes lo puedes sentir de alguna manera
Lo que no tienes no lo necesitas ahora
No lo necesitas ahora
Fue un hermoso día.

REVENTAR DE SILENCIO




José Carlos Fajardo



El ex presidente de General Motors, forzado a dimitir por la Administración de Obama, ha sido “indemnizado” con casi diez millones de dólares durante los próximos cinco años. Grandes compañías de seguros y bancos, salvados de la quiebra con dinero de los ciudadanos, han acordado restaurar el sistema de bonos para sus ejecutivos. Una de las causas de la catástrofe económica que padecemos. Ejecutivos cesados en sus puestos por cómplices en la crisis, están siendo contratados por otras empresas del sector.

El acuerdo del G20 para terminar con los paraísos fiscales ha quedado en agua de borrajas. Los bancos en la Unión Europea, en Estados Unidos, Canadá y Japón reciben escandalosos subsidios por sus Gobiernos para dar liquidez al sistema crediticio.

Pero mantienen cerrada la concesión de créditos a particulares y a pequeños empresarios, mientras destinan esos fondos a liquidar sus deudas en el extranjero. Reciben de los Estados el dinero al 1% y lo venden a sus empleados y a empresas vinculadas al 8% y hasta al 10%. Nadie parece ruborizarse. La vida sigue.

Estos mismos bancos han ejecutado créditos avalados por inmuebles a particulares sin consideración alguna y los están vendiendo a mitad de precio a empleados, amigos y testaferros, a quienes sí facilitan créditos muy ventajosos. Algunos con moratorias de un año para comenzar a pagar las letras. Quizás se descubra aquí otra fuente de blanqueo de dineros ocultos que afloran enmascarados. Bancos como Santander, Bilbao y Cajas poderosas han vendido sus sedes y locales, no se sabe a quién, y se los han alquilado a sí mismos.

Pinchada la colosal “burbuja del ladrillo”, en España hay un millón de viviendas sin vender y más del doble en fase de construcción ralentizada. Los promotores se quejan de que es un escándalo que desciendan los precios hasta un 20%. ¡Ojala bajasen al 50%! ¿No es esa la ley del mercado: se produce lo que se vende y se vende como se puede?

¡Y piden ayuda al gobierno! ¿Dónde estaba su preocupación por el Estado cuando se embolsaron miles de millones con la especulación de terrenos protegidos, cuando sobornaron a ediles del litoral para que concedieran permisos de construcción en terrenos protegidos, mientras arruinaban el paisaje e hicieron de la España seca del Sur, en proporción, el país con más campos de golf del mundo. ¿El agua? Ya la traerían.

Igual que ha ocurrido con complejos de hasta 80.000 viviendas cerca de Madrid para los que no habían previsto ni traídas de aguas, ni colectores de residuos, ni aparcamientos ni redes eléctricas capaces de soportar esos servicios. Ya se encargarían los ayuntamientos de hacer que funcionasen, aunque fuera desviando el curso de las aguas de riego.
No. El promotor no está en la cárcel.

Los ejemplos podrían multiplicarse porque nos bombardean desde los medios para anestesiarnos, apoyados en que la costumbre amortigua la sensibilidad. Cualquier lector sabe de qué estoy hablando. Nada de catastrofismo ni de augurios de Casandra. Es una sensación de impotencia, de burla y de desamparo. De vacío sin referencias. Mientras, se incrementa la venta de armas, las compras de millones de hectáreas de buenos terrenos en países del Sur por compañías y por países enriquecidos del Norte. Los políticos se han aumentado sus emolumentos en el Parlamento europeo y en los de otros países. Berlusconi es paradigma de cuanto hablamos, y pagar más de 120 millones de dólares por el fichaje de Cristiano Ronaldo ya no sorprende a nadie.

Mientras tanto, las familias que acuden a comedores sociales ascienden vertiginosamente. La demanda en bancos de alimentos se dispara un 40%. En España atienden más de un millón de personas, a los que hay que añadir las ayudas de otras instituciones. La rebusca en los contenedores cercanos a grandes superficies hace más negras las noches.

Esto ocurre en la España altanera y en otros muchos países ricos de Europa. Uno se pregunta, con dolor, cómo son posibles tanta injusticia, explotación y desafuero. ¿De qué sirven los G8, G20, denuncias de la FAO, UNICEF, OMS si falta la ética más elemental?

Podríamos acabar con el hambre en el mundo, con el analfabetismo, la falta de cuidados sanitarios, la suicida explosión demográfica. Es precisa la educación, respetar el medio ambiente, salvar los mares y las reservas de agua, reducir la contaminación y atemperar nuestras desorbitadas ansias de tener y de acumular. Nos han encadenado como a Prometeo y como a Sísifo obligado a subir una roca que no existe, como tampoco existen más cadenas que las de nuestra mente y nuestros miedos.

Es posible construir otro mundo más justo y solidario, quizás mediante una explosión de silencio.



miércoles, 22 de julio de 2009

LO QUE NO LE GUSTA AL ECONOMISTA STIGLITZ

A Joseph Stiglitz le gustan los churros. De eso no cabe ninguna duda. También el chocolate en taza. Pero lo que no soporta es que el Gobierno se gaste el dinero de los contribuyentes en subvencionar a empresas que sólo buscan su interés particular. Y pone un ejemplo. La Administración estadounidense ha destinado miles de millones de dólares en apuntalar la gran banca, pero lo cierto es que el crédito a las familias y empresas [como en España] sigue sin llegar. Y a falta de dinero los ciudadanos asisten a espectáculos increíbles. El caso más reciente, el que deparó Goldman Sachs.

El banco de inversión estadounidense anunció la semana pasada un beneficio neto de 3.440 millones de dólares en solo un trimestre. Al final, dice Stiglitz, se está produciendo en el sistema financiero algo parecido a lo que sucede en los juegos de supervivencia, en los que sólo los más fuertes salen adelante. Una especie de selección natural darwiniana, pero con dinero del Gobierno, apostilla.

Stiglitz ha pasado fugazmente por Madrid. No pensaba visitar España, pero estando en Grecia, recibió una llamada de Moncloa en la que se le indicaba que el presidente del Gobierno quería verle. Y eso es lo que hizo ayer el Premio Nobel, almorzar con Zapatero; pero antes, a la hora del desayuno y en la célebre rotonda del Hotel Palace, conversó 90 minutos con El Confidencial. A solas, sin cámaras ni micrófonos, y con un único interés: conocer de primera mano, sin versiones oficiales, lo que se cuece en la economía española.

Lo primero que le urge preguntar a Stiglitz (en el fondo no le sorprende, simplemente quiere escuchar la reacción de la opinión pública) es cómo se explica que en un país con más de cuatro millones de parados no haya revueltas sociales. Y se tranquiliza cuando se le indica que en España -como ya ocurriera en la recesión de los años 90- la familia cumple un papel fundamental desde el punto de vista de la cohesión social. Pero no sólo eso. El hecho de que la movilidad geográfica sea muy limitada favorece que las familias atemperen las tensiones sociales. Pero también el dinero público. Le sorprende que haya fracasado el Gobierno en el plan para el retorno de los inmigrantes a sus países de origen, aunque se muestra muy interesado en la iniciativa.

Obama, un presidente 'conservador'

Pregunta una y otra vez sobre qué está haciendo el Gobierno para hacer frente a la situación. Y cuando se le dice que gasta mucho dinero en estimular la demanda, da su aprobación con la cabeza. Ni siquiera le extraña que el déficit público se vaya a situar este año cerca del 10% cuando hace apenas dos años el país registraba un superávit equivalente al 2% del PIB. Y esbozando una media sonrisa recuerda que en EEUU se ha pasado de un -3% a un -12% de déficit fiscal en un santiamén.

Para Stiglitz, que forma parte del comité científico de la Fundación Ideas –vinculada al PSOE- al contrario de lo que piensan muchos economistas en España no le parece contradictorio subir los impuestos especiales (lo que drena el consumo de los hogares), y, al mismo tiempo, repartir cheques de 400€ a las familias. “Muchos economistas recomendarían eso”, sostiene con cara de quien ha tenido muchas veces que enfrentarse a ese dilema.

Y es que Stiglitz sigue estando convencido de que sólo la intervención pública podrá enderezar la mala coyuntura con un solo objetivo: no dejar tirados a millones de trabajadores que se han quedado sin empleo. Pero eso sí, advierte que hay que gastar el dinero en las personas, no en las grandes corporaciones. Y Obama no siempre ha actuado en esa dirección. De hecho, y tras una media sonrisa que lo delata, asegura que el presidente de EEUU es más conservador que lo que la gente cree. Da mucho dinero a los bancos y poco a los pobres. Da mucho dinero a las grandes corporaciones pero poco a las pequeñas entidades locales que están mucho más cerca de los ciudadanos.

Una de las propuestas que hace Stglitz para ayudar a las pequeñas y medianas empresas en el acceso al crédito es convertir al Gobierno en el “garante final del préstamo'. Es decir, en el avalista en caso de que la empresa no estuviera en condiciones de devolver las deudas contraídas. Pero no sin condiciones previas. Solamente cuando la compañía beneficiada por fondos públicos demuestre que el negocio está en riesgo a causa de la debilidad del ciclo económico. Y remarca que si la empresa ha incurrido en errores graves de gestión, entonces es ésta la responsable última de repagar sus deudas. No el erario público.

Transparencia de las corporaciones

La obsesión intelectual de Stiglitz es cómo controlar a las grandes corporaciones ganando en transparencia. No en vano, ganó el Nobel en 2001 con sus teorías sobre la información asimétrica. Y cuando se le pregunta su opinión sobre la energía nuclear, lo primero que recuerda es que el tratamiento de los residuos radiactivos no lo pagan los accionistas de las empresas privadas, sino el Gobierno, lo que convierte a la industria nuclear en menos rentable de lo que se vende habitualmente a la opinión pública. También rechaza el mito de que la energía nuclear no contamina. Y recuerda que para la construcción de una central es necesario producir ingentes toneladas de cemento y hormigón, y esos procesos productivos acaban expulsando toneladas de CO2 a la atmósfera.

Pero dicho esto, no revela si apoyaría un parón nuclear, aunque sí está convencido de que el futuro pasa por las energías renovables. Aunque no a cualquier precio en el corto plazo. Y con cierta sorna se pregunta si realmente en España la gente se cree esto de las “energías sostenibles y alternativas”, lo que en EEUU se conoce como green movement. Con cierto aire provocador, cita el caso de Portugal, donde ha podido comprobar personalmente que las energías verdes son un asunto recurrente en las conversaciones. Como los churros que come con pasión durante sus visitas a España.

en Cotizalia


lunes, 20 de julio de 2009

LA ALEGRIA DE GOLDMAN SACHS


Paul Krugman

La economía de EE UU sigue en situación precaria, con uno de cada seis trabajadores en paro o subempleado. Aun así, Goldman Sachs acaba de anunciar beneficios trimestrales históricos, y se prepara para repartir enormes primas, comparables a las que pagaba antes de la crisis. ¿Qué nos dice este contraste?

Primero, que Goldman es muy buena en lo que hace. Desgraciadamente lo que hace es malo para Estados Unidos. Segundo, demuestra que los malos hábitos de Wall Street (sobre todo, el sistema de compensación que contribuyó a generar la crisis financiera) no han desaparecido. Tercero, demuestra que, al rescatar el sistema financiero sin reformarlo, Washington no ha hecho nada para protegernos de una nueva crisis y, además, ha hecho que sea más probable que se vuelva a producir.

Empecemos por hablar de la forma en que Goldman gana dinero.

Durante la generación anterior (desde la liberalización de la banca de los años de Reagan), la economía estadounidense ha estado financiarizada. La importancia del negocio de mover el dinero, de rebanar, trocear y reenvasar activos financieros, ha subido vertiginosamente en comparación con la de la producción real de cosas útiles. Eso que se ha dado en llamar oficialmente sector de "seguros, contratos de mercancías e inversiones" ha crecido muy deprisa, desde sólo un 0,3% del PIB a finales de los años setenta hasta el 1,7% en 2007.

Dicho crecimiento sería estupendo si ese carácter financiero realmente cumpliese sus promesas (si las empresas financieras ganasen dinero dirigiendo el capital hacia sus usos más productivos y desarrollando formas innovadoras de repartir y reducir los riesgos). Pero, ¿puede alguien, en este momento, afirmar eso sin inmutarse? Las empresas financieras, como sabemos ahora, han dirigido enormes cantidades de capital hacia la construcción de casas invendibles y de centros comerciales vacíos. Han hecho aumentar el riesgo en vez de reducirlo y lo han concentrado en vez de repartirlo. En la práctica, el sector ha estado vendiendo peligrosos medicamentos patentados a consumidores crédulos.

El papel de Goldman en ese cambio de EE UU ha sido similar al de otros actores, salvo por una cosa: Goldman no cayó en su propio lazo. Otros bancos invirtieron muchísimo dinero en la misma basura tóxica que vendían a los ciudadanos de a pie. Es bien sabido que Goldman ganó un montón de dinero vendiendo seguros respaldados por hipotecas de alto riesgo y luego otro montón más vendiendo en descubierto seguros respaldados por hipotecas, justo antes de que su valor se hundiese. Todo esto era perfectamente legal, pero el resultado neto fue que Goldman obtuvo beneficios tomándonos al resto por bobos.

Y los de Wall Street tienen todos los incentivos necesarios para seguir jugando al mismo juego. Las enormes primas que Goldman pronto repartirá ponen de manifiesto que las empresas de altos vuelos del sector financiero siguen funcionando según el sistema de que si sale cara ellas ganan y si sale cruz otros pierden. Si usted es un banquero que genera grandes beneficios a corto plazo, se le recompensa magníficamente (y no tiene que devolver el dinero aun en el caso de que esos beneficios resulten ser un espejismo). Por tanto, no tiene usted más que buenos motivos para empujar a los inversores a asumir riesgos que no comprenden. Y los acontecimientos del año pasado han pervertido todavía más esos incentivos, al hacer que los contribuyentes, además de los inversores, carguen con el mochuelo si las cosas se tuercen.

No voy a tratar de analizar las afirmaciones contradictorias sobre el beneficio directo que Goldman ha obtenido gracias a los últimos rescates financieros y sobre todo la asunción por parte del Gobierno del pasivo de AIG. Lo que está claro es que Wall Street en general, con Goldman sin duda incluida, se ha visto enormemente beneficiada por la red de seguridad financiera ofrecida por el Gobierno (una garantía de que rescatará a los principales actores financieros si las cosas salen mal).

Se podría argumentar que dichos rescates son necesarios si queremos evitar que se repita la Gran Depresión. De hecho, estoy de acuerdo. Pero la consecuencia es que el pasivo del sistema financiero está ahora respaldado por una garantía implícita del Gobierno.

Pero la última vez que se produjo una ampliación comparable de la red de seguridad financiera, la creación del seguro federal de depósitos en los años treinta, fue acompañada de una regulación mucho más estricta, para garantizar que los bancos no abusaban de sus privilegios. Esta vez, las nuevas normativas están todavía en fase de borrador (y el grupo de presión financiero ya está oponiéndose a las más elementales garantías para los consumidores).

Si estas presiones logran su objetivo, tendremos todos los ingredientes para un desastre financiero aún mayor dentro de unos cuantos años. La próxima crisis podría parecerse al desastre de las cajas de ahorros de la década de los ochenta (cuando los bancos no regulados apostaron con el dinero de los contribuyentes o, en algunos casos, lo robaron), salvo en que en esta ocasión abarcaría a todo el sector financiero en su conjunto.

La conclusión es que el asombroso trimestre de Goldman es una buena noticia para Goldman y la gente que trabaja allí. Es una buena noticia para las superestrellas financieras en general, cuyas nóminas están ascendiendo rápidamente hasta las alturas anteriores a la crisis. Pero es una mala noticia para casi todos los demás.

EL MAR REFLOTA LA ECONOMÍA

El secreto del éxito ha sido la constante comunicación entre ingenieros, biólogos y ecólogos, "algo bastante infrecuente", según explica la compañía. Su incipiente negocio de acuicultura ecológica se ha consolidado en un mercado que hace apenas unos días recibió el aval de la Comisión Europea.

El Ejecutivo comunitario quiere regular un sector en pleno crecimiento, con 400.000 hectáreas certificadas en todo el mundo, para satisfacer la demanda de productos de un mar cada vez más castigado y vacío.

Tras un año y medio de negociaciones, Bruselas definirá por primera vez una serie de criterios mínimos para el desarrollo de este negocio, que pretende aliar las exigencias del mercado y el respeto al medio marino.

Pero además de peces y una de las mayores fuentes de ingresos mundiales, el mar ofrece otras posibilidades de negocio sostenible. En pleno contexto de crisis, la reconversión del sector pesquero y la revisión del modelo de gestión de las áreas costero marinas ofrecen nuevas perspectivas.

En España, "la gestión integrada de las áreas costero marinas constituye una verdadera oportunidad para responder al deterioro de los ecosistemas costeros", según la Fundación Biodiversidad.

Este organismo del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino celebró la semana pasada un curso de verano, en Mallorca, para abordar el reto de crear modelos eficaces de gestión que permitan compatibilizar los usos del litoral con el mantenimiento de las funciones de los ecosistemas costeros. En paralelo, se ha lanzado el proyecto Formar, de formación y sensibilización de los trabajadores de empresas con incidencia directa en el medio marino, y Aquanostrum, sobre la producción ecológica en la acuicultura como motor de desarrollo sostenible de zonas del litoral.

El turismo está ofreciendo en España esa doble perspectiva. En Barbate (Cádiz), el buque Francisco Varo sale cada día a faenar con turistas. El Francisco Varo es un barco almadrabero, que al final de la temporada de pesca de atún rojo con esta técnica artesanal, en vez de enormes atunes, transporta centenares de turistas interesados en ver las almadrabas, una pesquería casi de lucha cuerpo a cuerpo entre los pescadores y el animal que el litoral andaluz sigue practicando desde la Edad Media.

Las travesías, que oscilan entre una y dos horas, permiten contemplar espacios protegidos y un paisaje espectacular, desde Cabo Trafalgar hasta Punta Camarinal, y atunes rojos.

En dirección hacia el Atlántico, el Estrecho de Gibraltar ofrece una de las mejores atalayas europeas para ver cetáceos. La FundaciónMigres realizó un estudio en 2008 en el que analizaba posibilidades de negocio para el aprovechamiento sostenible de los recursos de esta zona. Aquel estudio contabilizó hasta 300.000 aves planeadoras cruzando el Estrecho y la presencia de siete especies de cetáceos: calderón negro, delfín mular, orca, delfín, cachalote, delfín listado y rocual común. De ellas, cinco están presentes todo el año. Según las empresas del sector, la probabilidad de ver al menos una especie es superior al 90%. La empresa Turmares organiza salidas para avistar cetáceos en el estrecho de Gibraltar. La excursión ballenas y delfines cuesta 30 euros. La compañía asegura no sólo el avistamiento seguro de especies de cetáceos, sino un paisaje espectacular.

El protagonista: Lonxanet

Distribución de pescado fresco en toda la península desde Galicia. Es el negocio de Lonxanet, "una empresa de economía solidaria", como se define, participada por cofradías de pescadores. Se creó cuando Carnota, la bahía que más se empapó de chapapote, estaba al borde de la asfixia pesquera. El susto de aquella mancha negra empujó a los pescadores de a pensar su modo de vida de otra forma. ya no era posible sacarlo todo del mar. Así que decidieron asociarse, aceptaron la creación de una reserva en Lira, y constituyeron una empresa, que hoy distribuye pescado fresco de alta calidad en todo el territorio español. Una llamada basta para hacer el pedido, que ofrece productos sólo de temporada. La empresa, participada por el sector privado, se ha propuesto dignificar la profesión de pescador, fomentar una pesca sostenible, impulsar el comercio responsable y trabajar por un mar más saludable y con mayor biodiversidad. Pasen y vean.






jueves, 16 de julio de 2009

UN MODO SOSTENIBLE DE VIVIR


Leonardo B off

A principios de abril de este año, los veinte países más ricos del mundo (G-20) se reunieron en Londres para encontrar salidas a la crisis económico-financiera mundial. La decisión de base fue continuar en el mismo camino de antes de la crisis, pero con controles y regulaciones a partir de una mayor presencia del Estado en la economía. Los controles serían para el tiempo necesario para la superación de la crisis, a fin de evitar el colapso global, y las regulaciones serían para restaurar el crecimiento y la prosperidad con la misma lógica que prevalecía antes.


Esta opción implica continuar con la explotación de los recursos naturales que devastan los ecosistemas y hacen aumentar el calentamiento global y el foso social entre ricos y pobres. Si esto prospera, dentro de poco nos enfrentaremos a la crisis de la propia naturaleza, pues las causas no han sido eliminadas. Hay que añadir también el hecho de que los 172 países restantes (en total son 192) no fueron oídos ni consultados. Se pensó en ayudarles, pero con migajas. En efecto, toda África, el continente más vulnerable, sería socorrida con menos fondos de los que el gobierno de Estados Unidos ha usado para salvar a la General Motors.


El impacto perverso de la crisis sobre los países de bajos ingresos se presenta aterrador. Se estima que, mientras dure la crisis, más de 100 millones de personas caerán cada año en extrema pobreza y se perderán cada mes un millón de puestos de trabajo. Esta situación hizo que el Presidente de la ONU, Miguel d’Escoto Brokmann, imbuido de alto sentido humanitario y ético, convocase una reunión de alto nivel que reuniese a los 192 representantes de los pueblos para discutir conjuntamente la crisis y buscar soluciones incluyentes. Acaba de tener lugar, del 24-26 de junio, en los espacios de la ONU. Todos hablaron. Era impactante oír el clamor que venía de las entrañas de la humanidad: los ricos lamentando los billones de pérdidas en sus negocios y los pobres denunciando el aumento de la miseria de su pueblo.


Muchas voces sonaron claras: no bastan los controles y regulaciones que acaban beneficiando a los que provocaron la crisis. Es urgente un nuevo paradigma que redefina la relación con la naturaleza, con sus recursos escasos, el propósito del crecimiento y el tipo de civilización planetaria que queremos. Es importante elaborar una Declaración del Bien Común de la Humanidad y de la Tierra que oriente ética y espiritualmente el sentido de la vida en este pequeño planeta.


Tras un intenso trabajo, previamente llevado a cabo por una comisión de expertos presidida por el premio Nóbel de economía Joseph Stiglitz y con las colaboraciones venidas de cuatro mesas redondas y de la Asamblea General, se concertó un detallado documento que alcanzó el consenso de los 192 representantes. El peligro colectivo facilitó la convergencia colectiva, una rareza en la historia de la ONU.


El documento prevé medidas inmediatas, especialmente para salvar a los más vulnerables, bajo la coordinación de varias instituciones internacionales, articuladas entre sí. Pero lo más importante es la presentación de un programa de reformas sistémicas que prevé un sistema mundial de reservas con derechos especiales de giro, reformas de la gestión del FMI y del Banco Mundial, regulaciones internacionales de los mercados financieros y del comercio de derivados, y principalmente la creación de un Consejo de Coordinación Económica Mundial equivalente al Consejo de Seguridad. De esta manera se espera garantizar un desarrollo estable y sostenible.


Esta cúpula mundial es generadora de esperanza, pues la humanidad comienza a mirarse a sí misma como un todo y con un destino común. Pero todas las soluciones se orientan todavía bajo el signo del desarrollo. El factor principal de la crisis del sistema-Tierra tiene que ser cambiado por «un modo sostenible de vivir». Si no, asistiremos a la bifurcación de la humanidad entre los que disfrutan del desarrollo y los que son víctimas de él. No hemos llegado aún al nuevo paradigma de convivencia Tierra-humanidad, forjador de una nueva esperanza.


El futuro próximo, decía el Presidente de la Asamblea, pasa por la utopía que necesitamos construir para poder seguir viviendo juntos en la misma Casa Común.



IKEA: ¿LA TRASTIENDA DE LOS HORRORES?



Esta empresa privada, con sede en Holanda y dirección en Dinamarca, abarca 186 establecimientos en 31 países. La facturación alcanzó el año pasado los 11.300 millones de euros (casi dos billones de pesetas).

Su sistema de venta sintetiza las técnicas de hipermercados más competitivas: ofrece una gran variedad de muebles y accesorios a precios bajos, apela a la colaboración del cliente para el montaje y utiliza extraordinarias campañas de 'marketing'. Ikea arrasa por sus precios, entre un 25% y un 50% más baratos que sus competidores, según Harvard Business Review, revista económica especializada. Pero ¿por qué vende a un coste tan bajo? La empresa proclama una versión archiconocida, según la cual ahorra en transporte y embalaje vendiendo los muebles sin armar. Sin embargo, un grupo de asociaciones humanitarias no está de acuerdo con esta explicación. Asegura que el imperio Ikea se ha construido esclavizando a mano de obra en países empobrecidos de Asia y el este de Europa.

La televisión pública sueca dio la voz de alarma en 1999 con la emisión de un documental, La Trastienda de los Horrores, que reflejaba las degradantes condiciones de trabajo de niños y adultos en los países de Asia. Las imágenes muestran hombres bañados en óxido mientras cubren sillas en el interior de barriles. Unas mujeres aparecen cosiendo telas mientras sus niños duermen en el suelo. Los hombres trabajan del amanecer hasta la noche con productos tóxicos, sin mascarilla ni protección para la piel. Tras la emisión del vídeo, las ONGs empezaron a hacerse eco de la denuncia.

El Movimiento Cultural Cristiano, con sede en Madrid y delegaciones en 30 ciudades de España, ha declarado el boicot a Ikea junto a otras multinacionales acusadas de explotación, como Chicco, Mattel-Lego, Adidas, Levis, Disney o Mc Donald's.

"Las subcontratas son para Ikea un modo de lavarse la cara, igual que sus técnicas de 'marketing', que proclaman el respeto al medio ambiente y una falsa implicación social", afirma Raquel Martínez, perteneciente a esta asociación que ha organizado diversas campañas contra la explotación infantil en el mundo.

DESCRIPCIÓN DE LOS HECHOS

En su página web, solidaridad.net, la organización Movimiento Cultural Cristiano desvela cómo transcurre el trabajo en una de las factorías vinculadas a Ikea. Aquí transcribimos íntegramente uno de los fragmentos: "Están sin protección alguna, se exponen a sustancias nocivas y gases tóxicos derivados de las pinturas, los antioxidantes y los ácidos.

En la India, las mujeres trabajan junto a sus hijos y los más pequeños duermen junto a los telares en lugares sucios y llenos de fibras con gran peligro de incendios. Algunas de estas fábricas están escondidas en bosques para no ser encontradas por los inspectores. Cuando éstos llegan, los niños tienen que esconderse".

El Libro Negro de las Marcas, editado en febrero de este año por Debate, es producto de la investigación de dos periodistas austriacos, Klaus Werner y Hans Weiss. Durante años, recopilaron expedientes de multinacionales sospechosas de explotar a los trabajadores. El libro ha provocado el sonrojo de empresas tan importantes como Coca-Cola, Nike o Benetton. Ikea forma parte de este catálogo.

El grupo industrial de Ikea se denomina Swedwood y abarca un total de 33 fábricas en diez países de todo el mundo. Sin embargo, por sus manos sólo pasa un diez por ciento de la producción total de la empresa. El 90% restante proviene de las fábricas de 2.000 proveedores de 55 países del mundo.

Entre otros, India, Indochina, Camboya, Vietnam, Tailandia y Malasia, en Asia, y Rumania en el este de Europa.

FÁBRICAS SIN CONTROLAR

Las condiciones de trabajo de los empleados de Swedwood no se han puesto en entredicho. Las que se han denunciado son las fábricas de los suministradores que no están sujetas al control directo de la empresa sueca. "Ikea reconoce que existe la esclavitud infantil en estos países, pero al mismo tiempo se defiende diciendo que es muy difícil controlarlo, con lo cual creemos que los códigos de conducta son para dejar la conciencia tranquila a los consumidores", comenta Raquel Martínez. Según las organizaciones no gubernamentales, Ikea sustenta su producción sobre toda una cadena de contrataciones. Es decir, subcontratarían a una empresa para hacer los muebles y adornos, y ésta, a su vez, haría lo propio con las fábricas donde se encuentra la mano de obra. Pequeños y adultos que se dejan la salud y la vida por un sueldo que apenas si les da para un poco de comida. Las organizaciones humanitarias reconocen que es un sistema diabólico que perpetúa la esclavitud infantil y la explotación laboral de una forma indirecta y perversa.

IKEA FRENTE A LAS CRÍTICAS

La emisión de 'La Trastienda de los Horrores' en Suecia levantó ampollas. Las ventas de Ikea descendieron. Otras empresas acusadas de beneficiarse de la esclavitud laboral, como Nike o Reebok, se precipitaron a firmar un código de conducta para controlar a las subcontratas. Ikea suscribió un documento basado en la Declaración sobre los Derechos Humanos de la ONU (1948), la Declaración de la Organización Internacional del Trabajo (1998) y la Declaración de Río sobre el Desarrollo Sostenible (1992). Con este documento, Ikea instaba a sus proveedores a respetar las normas del derecho internacional y las leyes nacionales en materia laboral. También se ha comprometido a no vender productos procedentes de Birmania, país del sudeste asiático donde se han denunciado casos de esclavitud infantil y otros abusos de los derechos humanos. En 1998, firmó un acuerdo con la Federación Internacional de los Trabajadores de la Construcción y la Madera para garantizar que sus proveedores cumpliesen las leyes nacionales contra la
explotación laboral.

Finalmente, en el 2000, anunció un proyecto con Unicef para erradicar la explotación infantil en la India.También ayuda a esta organización en un programa de vacunas en el norte del país. Y han diseñado un osito, Ikea Ps Brum, para recaudar dinero con las ventas y destinarlo a proyectos sociales.

'LAVADO DE CARA'

El cambio de actitud de los últimos años no convence a las organizaciones humanitarias. "Quizá antes tenían acuerdos con 1.000 subcontratas que explotaban y ahora es con 850", comenta Martínez, del Movimiento Cultural Cristiano. Para los autores de 'El Libro Negro de las Marcas' la estrategia no es más que un 'lavado de cara'. Hablaron con Dietrich Garlichs, director de Unicef en Alemania, que expresó: "Sí, Ikea financia proyectos de Unicef. Pero eso no significa que no haya niños trabajando en la fabricación de productos Ikea". El libro también cita a Urban Jonson, director regional de Unicef para el este y el sur de África: "Aunque Ikea hubiera dejado de utilizar trabajo infantil en su producción… ¿qué cambiaría? Yo no le doy las gracias a un ladrón porque haya dejado de robarme".

lunes, 13 de julio de 2009

VIOLENCIA CONTRA POBLACIÓN CIVIL EN EL ESTE DEL CONGO





COMUNICADO DE LA FEDERACIÓN DE COMITÉS DE SOLIDARIDAD CON ÁFRICA NEGRA


LA VIOLENCIA CONTRA POBLACIÓN CIVIL EN EL ESTE DEL CONGO,UNA ESTRATEGIA QUE PREPARA LA ANEXIÓN DE ESTA REGIÓN A RUANDA


La guerra que azota la República Democrática del Congo y que ha causado ya más de cinco millones de muertos, se está recrudeciendo. El resultado: más muertes de civiles, violaciones masivas y destrucción del tejido productivo de algunas de las provincias del Este del Congo.

Las dos últimas guerras sufridas en este país, en los años 1996 y 1998 fueron planificadas y apoyadas logísticamente por los EEUU para asegurarse el control de los recursos mineros del centro de África. Los ejecutores directos fueron los países aliados de la zona. Uno de ellos, Ruanda, resguardándose bajo el paraguas de silencio tejido por los países occidentales, continúa hoy ejecutando una política destinada a anexionarse importantes territorios de la región del Kivu.

El gobierno ruandés, en su política de expansión, ha conseguido ya el mando de las administraciones civiles de las provincias congoleñas de Kivu Norte y Kivu Sur a través de miembros de los grupos rebeldes que han sido “reinsertados” en las instituciones con la complicidad de la comunidad internacional, ya que el último informe del panel de expertos de la ONU ha dejado bien claro, nuevamente, la implicación de Ruanda en el Este mediante su apoyo directo a los grupos rebeldes. Tiene también el control de parte del ejército gubernamental allí estacionado y ello gracias a la implicación de importantes redes de funcionarios congoleños corruptos cuyas ramificaciones pueden llegar hasta la presidencia de la República, en Kinshasa

La política expansionista de Ruanda le ha llevado a hacer todo lo posible para expulsar a la población congoleña de la zona de los Kivus y permitir así su sustitución por población ruandesa. Una estrategia muy importante para llevar a cabo ese objetivo ha sido la utilización de un gran número de grupos guerrilleros, -de muy variado signo e incluso, a veces, aparentemente antagónicos- que matan, violan, roban, aterrorizan y destruyen toda actividad productiva. De esa forma obligan a las gentes a huir de sus poblados y a ser cada vez más dependientes de Ruanda. El incremento de los ataques por parte de estos grupos desde principios de julio 2009 está dentro de esa lógica.

El alto número de víctimas que, desde 1998 al 2003 ha habido en territorio congoleño sólo puede explicarse por una estrategia planificada previamente y destinada a eliminar el mayor número posible de población civil congoleña. A esta conclusión han llegado numerosas organizaciones de la sociedad civil, quienes denunciaron en su momento que los ataques de los grupos guerrilleros se hacían coincidir con el momento de la cosecha y causar así un mayor perjuicio provocando la penuria y el hambre entre la población refugiada. Así lo ha considerado también la Audiencia nacional española ante los testimonios de militares ruandeses, testigos protegidos. Así lo hace constar el juez en su auto emitido el 6 de febrero del 2008 en el que acusa de genocidio a numerosos altos cargos civiles y militares del actual gobierno ruandés.

Esta guerra se ha querido presentar como “cuestiones tribales” y enfrentamientos provocados y financiados por multinacionales interesadas en el coltán, pero en realidad ha sido una guerra programada por Ruanda para obtener el control de las provincias más ricas del Congo en coltán y casiterita.
Esta guerra se acabaría rápidamente si los países occidentales cortasen el flujo de ayuda económica al gobierno ruandés. Eso es lo que hicieron Suecia y Países Bajos, al ser evidente que Ruanda estaba financiando los grupos rebeldes y favoreciendo las masacres de la población civil.

Asimismo, los países occidentales deben exigir a Ruanda que resuelva de manera definitiva el problema de las FDLR, fuerzas rebeldes hutu, escondidas en territorio congoleño desde el genocidio de Ruanda, hace ya más de 14 años. Dado que una solución militar a este problema ha demostrado ser inviable y sólo ha conducido a más masacres y violaciones de la población civil, urge una solución negociada. Los países occidentales deben dejar de actuar con un doble rasero y exigir a Ruanda lo mismo que se ha exigido y se exige a otros países africanos enfrentados a situaciones similares: que resuelva YA la cuestión de los refugiados hutu ruandeses en el Congo ofreciéndoles una posibilidad real de retorno a su país, mediante un diálogo abierto y pacífico.

Hemos podido elaborar este comunicado gracias a las noticas que nos envían nuestros amigos congoleños. Nos unimos a su grito de sufrimiento, y queremos que este grito rompa el silencio impuesto por los intereses económicos y políticos, tanto africanos como occidentales.


Os agradeceríamos que difundierais lo más posible este comunicado.

INFORME MANCHESTER: 20 IDEAS PARA SALVAR AL PLANETA



el blog salmon.

Manchester está en el corazón de la Revolución Industrial que impulsó el uso de los combustibles fósiles, por eso que a sus habitantes les parece hoy muy apropiado asumir el reto de encabezar los esfuerzos para hacer frente al cambio climático, de una forma más decidida que los recientes acuerdos de la cumbre G-8.

Con el apoyo del prestigioso diario The Guardian, el Festival Internacional de Manchester realizado la semana pasada, reunió a científicos, ingenieros y defensores del medio ambiente con el objetivo de compartir las propuestas que buscan salvar al clima. El informe con las veinte mejores propuestas estará disponible en Internet a fin de mes y será distribuido a los asistentes a la cumbre por el Clima que se realizará en Copenhague en diciembre.

Las múltiples investigaciones abordaron diversos ámbitos para la producción sostenible de biocarburantes, desde “bosques” de algas en la superficie del océano que podrían digerir el dióxido de carbono y devolver fertilidad a las poblaciones marinas, hasta un mejor uso de la energía geotérmica, que puede generar agua caliente las 24 horas del día sin ocasionar ningún trastorno al medioambiente.

Pero sin duda los proyectos más ambiciosos son aquellos vinculados al aprovechamiento de la energía solar que a través de la acumulación de calor se puede transformar en energía eléctrica mediante una turbina de vapor. Este proceso mecánico ya se ocupa en las plantas de energía eólica, que tienen hasta hoy el inconveniente de requerir más esfuerzos de mantención.

Los temas relacionados a la energía solar están muy vinculados a las propuestas para reducir las emisiones y de ahí que exista un fuerte interés por el desarrollo de plantas de energía solar en el desierto del Sahara. Se estima que el 1% del área de los desiertos del mundo podría proporcionar el espacio suficiente para producir más energía eléctrica de la que el mundo consume actualmente.

De hecho, una de las propuestas concretas involucra un área de 130 por 130 kilómetros en el Sahara que podría proporcionar todo el consumo actual de energía de la Unión Europea. Como extra, el calor residual de la generación de electricidad puede ser utilizado para proporcionar agua desalinizada a las regiones secas, y la sombra de los grandes espejos solares podría facilitar la horticultura en aquellas zonas desérticas donde justamente tanto sol ha negado la vida a la flora y la vegatación. Existen plantas en funcionamiento en Estados Unidos y España. Hay parte de la tarea hecha. Ahora falta dar el gran salto.


INVENTAR MODELOS ECONOMICOS SOSTENIBLES


GurusBlog


Sin ni mucho menos ser un especialista en economía, viendo la evolución de alguno de los datos de política monetaria, uno tiene la sensación que el el crecimiento de los últimos 30 años está siendo apoyado de forma artificial y de alguna forma contra natura y contra el sentido común.

Parece que gracias a la artificialidad que aportan unos niveles de tipos de interés cada vez má bajos y a las inyecciones de liquidez de los bancos centrales hemos conseguido unos ciertos niveles de creciente bienestar y crecimiento. Sin embargo es bueno recordar que como en el caso de las burbujas de activos, el sentido común se acaba imponiendo, y tarde o temprano en aquellos sistemas económicos que no se sustentan en una economía sólida y un crecimiento real de la riqueza la ley de la gravedad acaba poniendo inexorablemente las cosas en su sitio.

Observad el interesante gráfico, es la evolución del agregado monetario M3 (indicador para medir la liquidez en el sistema) en la Unión Europea.

Adjunto otro gráfico interesante, la evolución de los tipos de interés que marca la FED vs la evolución del Dow Jones (aunque este gráfico tiene algo de trampa ya que empieza en los años ochenta, una época con tipos de interés por encima de la media histórica.)

A parte de observar la correlación inversa entre evolución de la bolsa (inflación de activos) y tipos de interés, podemos ver que la única forma que tenemos para superar las crisis económicas es abaratando cada vez más el coste del dinero, hasta llegar al punto de conseguir que tomar prestado dinero sea prácticamente gratis, lo que desafía todo sentido común, ya que tomar prestado dinero debería costar algo (al igual que cuando se adquiere cualquier bien o servicio) y se me apuráis hasta debería ser bastante caro (para ir bien lo lógico es que fuera un bien más bien escaso, pero milagro milagro hemos conseguido que sea una de los bienes más abundantes).

Así, hemos llegado a la crisis que estamos sufriendo en la actualidad, y la forma de solucionarla, parece que va a ser más de los mismo, es decir dinero más baratos, más liquidez en el sistema y como las entidades privadas (bancos, empresas y particulares) ya no soportan más endeudamiento, han sido los gobiernos los que raudos y veloces se han ofrecido como voluntarios para cargar sobre sus espaldas la nueva oleada de deudas con la que seguir alimentando al monstruo.

Creo que ha llegado la hora de empezar a plantearse que seguir por el mismo camino no tiene mucho sentido, porque simplemente es inviable y alguien debería empezar a “inventar” algún modelo económico que fuera más sostenible, por mucho dolor que pueda causar a corto plazo.








jueves, 9 de julio de 2009

POR QUÉ LA ECONOMÍA NO HA TOCADO TODAVÍA FONDO

Mike Whitney

Hay una enorme diferencia entre una recesión inducida por razones de inventario y una recesión inducida por razones crediticias. Una recesión de inventario está causada por un desajuste entre la oferta y la demanda. Resulta de la sobrecapacidad y de la subutilización, y sólo puede resolverse con el tiempo a medida que los inventarios van menguando y va formándose la demanda. Las recesiones inducidas por problemas de crédito son una historia completamente diferente. Lo normal es que duren el doble y precipiten crisis financieras.

La actual recesión es una quiebra crediticia de una magnitud propia de tiempos de depresión. El sistema financiero, en efecto, se ha fundido. El sistema crediticio al por mayor (titularización) está paralizado, el sistema bancario es disfuncional e insolvente y el gasto en consumo está colapsado. Las facilidades multibillonarias de préstamo y los estímulos ofrecidos por la Fed han logrado evitar el completo desjarretamiento del sistema financiero, pero no se han resuelto los problemas. El presidente de la Fed, Ben Bernanke, ha optado por no tomar decisiones duras y mantener artificialmente alto el precio de los activos tóxicos con la ayuda de un respaldo líquido de 12,8 billones de dólares. Por eso las acciones no han dejado de subir en los últimos cuatro meses, mientras que las condiciones de la economía real no dejaban de deteriorarse. Bernanke está sirviéndose de todos los medios a disposición de la Fed para eludir el reequilibrio del mercado y para evitar que la montaña de deuda que ha ido acumulándose en las pasadas décadas de expansión crediticia sea purgada del sistema.

Las alzas de los mercados de valores han hecho más difícil ver que la economía está reconfigurándose a una tasa más baja de actividad económica. La deflación está sentado sus reales en todos los sectores. Los precios de la vivienda encabezan la retirada, con caídas del 18,1% anual, según el nuevo informe Case-Schiller. El desplome de los precios inmobiliarios –en cuya subida se apoyó la deuda hipotecaria— está obligando a los hogares a recortar sus gastos, lo que debilita la demanda y dispara ulteriores despidos. Es un círculo vicioso que termina en una ralentización del crecimiento.

Asimismo, el sistema bancario está roto. Los 700 millones del programa TARP no se han usado para adquirir activos tóxicos, sino para comprar participaciones en los bancos y para rescatar al gigante de los seguros AIG. Bernanke sabe que un sistema bancario renqueante supondrá un constante drenaje de recursos públicos, pero se niega a nacionalizar los bancos o a reestructurar su deuda. En cambio, lo que ha hecho es expandir el balance contable de la Fed por un monto de 1,2 billones de dólares dando un formidable empujón alcista a los mercados de valores. La carrera al alza inducida por Bernanke en un mercado bajista ha logrado sacar del bache a las finanzas, generando el capital que los bancos necesitan para sobrevivir a la depreciación de sus activos malos. El antiguo jefe de la Fed, Alan Greenspan, ilustró esto sin pretenderlo en un editorial del Financial Times:

“Se puede sostener que el alza experimentada por los precios globales de las acciones desde marzo hasta mediados de junio es la causa primaria del giro sorprendentemente positivo observado en el ambiente económico. Los 12 billones de dólares de nueva creación en el valor de las acciones de las corporaciones han venido a añadirse significativamente a la salvaguardia de capital que sostiene la deuda emitida por las compañías financieras y no financieras… Compañías previamente vaciadas de capital han sido capaces en estos últimos meses de levantar un volumen considerable de deuda y de acciones ordinarias. Los miedos del mercado a la insolvencia bancaria, en particular, se han calmado.

“Los mercados globales de valores han subido tanto y tan rápido este año, que se hace difícil imaginar que puedan seguir haciéndolo a ritmos parecidos. Mas ¿qué si, tras la corrección, siguieran inexorablemente subiendo aún más aceleradamente? Eso tendría por efecto reforzar los balances contables con grandes cantidades de valor accionarial nuevo y suministrar a los bancos el capital nuevo necesario que les permitiera volver a sus actividades de préstamo”. (Alan Greenspan, "Inflation, the real threat to a sustained recovery", Financial Times.)

Es claro: Bernanke pensaba en términos análogos a los de Greenspan cuando decidió empujar a los comerciantes financieros de regreso a los mercados con sus generosos programas de liquidez y de alivio cuantitativo (QE, por sus siglas en inglés). Probablemente, se dio cuenta de que se había desvanecido el apoyo político para ulteriores rescates y de que se necesitarían, por decirlo con las palabras de Greenspan, “grandes cantidades de valor accionarial nuevo” para evitar las quiebras bancarias. Cualesquiera que hayan sido sus motivos, el estímulo de Bernanke ha imprimido un turborritmo a las acciones, mientras que la economía real sigue en situación de estancamiento.

Jordan Irving, que colabora en la gestión de más de 110.000 mil millones de dólares en la empresa Delaware Investments, radicada en Filadelfia, declaró lo siguiente a la revista Bloomberg News: “A lo que hemos asistido es a un curso alcista inducido por el gobierno. Lo que necesitamos es ver algo positivo que venga de la demanda interna, no de la demanda ligada a la actividad del gobierno. Y eso es lo que no se ve.”

Lo cierto es que la intervención de la Fed en los mercados no ha logrado remover la amenaza planteada por los activos tóxicos; un problema que no deja de agravarse a cada día que pasa. Por eso el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) publicó la semana pasada un informe alertando de los “peligros” de no enfrentar de cara el problema. He aquí un extracto del informe, preparado por The Guardian:

“… a pesar de meses de acción coordinada a escala global para estabilizar el sistema bancario, hay todavía peligros agazapados que acechan a las instituciones financieras del mundo, de acuerdo con el Banco de Pagos Internacionales con sede en Basilea.

“ ‘Podría ser que los gobiernos no hubieran actuado con rapidez bastante a la hora de remover los activos problemáticos de los balances contables de bancos clave’, dice el BIS en su informe anual. ‘Al mismo tiempo, las garantías y los seguros de los activos ofrecidos por los gobiernos han expuesto a los contribuyentes a pérdidas potencialmente muy grandes’.

“Tratándose de una de las pocas entidades que hizo sonar fundadamente la alarma en torno a la formación de activos financieros de riesgo y a la subcapitalización de los bancos en el curso de la crisis crediticia, el juicio del BIS tendrá su peso en las decisiones de los gobiernos. Se dice: ‘La falta de progreso amenaza con prolongar la crisis y retrasar la recuperación, porque un sistema financiero disfuncional reduce la capacidad de las acciones monetarias y fiscales encaminadas a estimular la economía.”

El problema de los activos tóxicos se complica más a causa de unas pérdidas adicionales –estimadas en 2 billones de dólares— derivadas de hipotecas de vivienda impagadas, de préstamos para bienes raíces comerciales, de préstamos ligados a tarjetas de crédito y de derivados financieros basura hipotecariamente respaldados. Al propio tiempo, el consumo personal ha caído mucho, y los signos de contracción económica son visibles por doquiera, desde los atestados refugios para gentes que han perdido su hogar, hasta las largas colas en las oficinas de desempleo, las vacías arcas de los estados o los carritos de compra a medio llenar en los supermercados. El desempleo crece a un ritmo de 600.000 nuevos parados cada mes, la confianza de los consumidores bate registros negativos, las ventas al por menor han caído drásticamente y los precios de la vivienda siguen desplomándose. Los datos son claros; no hay brotes verdes. Ni sol detrás de las nubes.

La más veraz imagen de la economía apareció en el Libro Beige de la Fed, publicado hace dos semanas, pero apenas reseñado en los medios de comunicación especializados en economía. El informe emite un franco juicio sobre una economía que se halla en graves dificultades. He aquí un extracto:

“Informes procedentes de los doce bancos de distrito de la Reserva Federal indican que las condiciones económicas seguían siendo débiles o estaban deterioradas en el período comprendido entre abril y mayo… La actividad manufacturera seguía en declive o permanecía en niveles muy bajos en la mayoría de distritos… La demanda de servicios no financieros se contrajo en todos los distritos que emitieron informes. El gasto en la compra al por menor seguía débil, en la medida en que los consumidores se centraban en la adquisición de productos necesarios menos caros y se abstenían de comprar bienes de lujo. Las adquisiciones de automóviles nuevos seguían deprimidas, y muchos distritos señalaron que las restringidas condiciones crediticias se atravesaban en el camino de las ventas de automóviles. La actividad viajera y turística también declinaba… Las tasas de propiedades comerciales cerradas crecían en muchas partes del país… Las condiciones crediticias seguían siendo muy estrictas, cuando no se endurecieron más. La actividad energética seguía siendo débil en la mayoría de distritos, y la demanda de recursos naturales seguía deprimida… Las condiciones del mercado de trabajo seguían siendo débiles en todo el país, con unos salarios generalmente estancados, cuando no en caída… Los distritos que informaron sobre los servicios no financieros indicaron que, en su mayor parte, la actividad seguía cayendo… La actividad seguía debilitándose o permanecía en niveles bajos en el caso de los proveedores de servicios profesionales como contabilidad, arquitectura, consultorías empresariales y servicios jurídicos… El gasto de los consumidores seguía siendo bajo, puesto que los hogares se centran en la adquisición de productos necesarios menos caros…. La actividad viajera y turística seguía en declive, y quienes van de vacaciones tienden a gastar menos…

“Los mercados de bienes raíces comerciales seguían debilitándose en todos los distritos… Con unas pocas excepciones, los bancos de distrito informaron de que los precios en todas los estadios de la producción estaban generalmente estancados, cuando no en caída… Los informes de varios distritos indicaban que los precios de la venta al por menor seguían muy débiles…”. (Fed's Beige Book.)

Todo anda mal

El desplome financiero ha dejado a los propietarios de vivienda con la peor tasa deuda/ingresos de la historia. La gente trabajadora se ha visto obligada a recortar el gasto discrecional y a comenzar a ahorrar. La tasa de ahorro de los hogares se disparó al 6,9% en mayo, la cifra más alta de los últimos 15 años. En abril de 2008, la tasa de ahorro era cero.

El problema con la tasa creciente de ahorro es que contribuirá a profundizar y a prolongar la recesión. El casi imperceptible incremento en el gasto al por menor puede atribuirse al estímulo fiscal. Sin la chequera del gobierno, la economía seguirá dando brazadas.

Ha habido un súbito desplazamiento del consumo alimentado por la deuda al ahorro estricto. El trauma representada por la pérdida del puesto de trabajo, por la pérdida de la cobertura sanitaria o por la pérdida de la vivienda, o simplemente el vivir a un paso del desastre, contribuirán probablemente a moldear durante años el comportamiento económico. Los ahorros personales seguirán creciendo en la medida en que los hogares sientan la necesidad de construir un nido mayor para capear el temporal y enfrentarse a la pérdida de valor de sus activos inmobiliarios, a la caída de sus cuentas de jubilación y a la posibilidad de perder sus puestos de trabajo. Este cambio fundamental en el comportamiento de los consumidores apunta a una actividad económica menor, a una reducción de inventarios, a más despidos y menguados beneficios empresariales. Cuando los consumidores se dan al ahorro, la economía se contrae.

El gasto de consumo representa el 70% del PIB, pero los consumidores se han atado súbitamente los machos. Y eso significa una cambio real de las reglas de juego. Aun si los mercados crediticios se recuperaran y los bancos mostraran una mayor disposición al préstamo, no se volverá a los pasados niveles de consumo anteriores a la crisis; esos días pasaron. La administración tendrá que proporcionar más estímulos fiscales, programas de trabajo, ayuda de los estados y otras formas de alivio público para compensar la sobrecapacidad y la caída de la demanda. Los presupuestos de los hogares están sometidos a tanta tensión, que los ingresos adicionales de que puedan llegar a disponer se dedicarán a satisfacer deudas y a incrementar los ahorros. Las pasadas tendencias del consumo no son confiables a la hora de predecir el futuro. Estamos en un juego con reglas totalmente distintas.

La riqueza de los hogares ha disminuido en un 14% desde el comienzo de la crisis. Parte en ello han sido las considerables pérdidas registradas en bienes raíces, inversiones y fondos de jubilación. El valor de la vivienda ha caído un 41% (una nueva marca negativa) y el desempleo está al alza. Ahora, el proceso se ha invertido. El crédito se ha secado, los valores colaterales se han desplomado, el PIB es negativo y los consumidores están enterrados bajo una montaña de deudas. Las quiebras personales, los impagos y las ejecuciones hipotecarias están a la orden del día. Se necesitarán años, tal vez una década, si no más, para reconstruir los equilibrios presupuestarios de los hogares y restaurar la desmayada economía. El consumidor va con el depósito vacío, y las posibilidades de una recuperación robusta son nulas.

Mike Whitney es un analista político independiente que vive en el estado de Washington y colabora regularmente con la revista norteamericana CounterPunch.