Marco Antonio Moreno, en el Blog Salmon
Sin duda que uno de los temas más candentes y sobre el cual una gran mayoría guarda silencio, es la especulación financiera. En la especulación está el germen de toda la creación de burbujas cuyo estrepitoso estallido nos ha sumergido en esta crisis que lejos de llegar a su fin, cada día tiende a alargarse por más tiempo. Especulación bursátil, especulación inmobiliaria, especulación del suelo, especulación quizá hasta de los alimentos básicos. Todo estaba permitido en Wall Street. Si usamos las clásicas letras para graficar la crisis ya descartamos las V y la W; nos quedan la R de Recesión, la D de Depresión y la L de larga, que a la luz de los últimos resultados es la que se impone..
Por eso que las propuestas para generar normas más estrictas sobre el comercio mundial de la energía ha sido abrazada con fuerza. La idea es colocar restricciones a la compra de futuros dado que estas acciones son las que impulsan más al alza el precio de los combustibles, especialmente el petróleo. Muchas empresas se encuentran exentas de supervisión e impuestos adicionales, como las grandes compañías aéreas o los conglomerados industriales. Y no ha existido ningún tipo de seguimiento para ver el destino final de estas compras. Esta es sólo una de las cuantiosas fallas del mercado que requieren de una supervisión seria para evitar descalabros como los producidos en los últimos años.
La volatilidad del precio del petróleo que hace justo un año alcanzaba sus valores más altos, fue producto de la especulación y así lo demuestran todas las investigaciones. Los productores de petróleo nunca recibieron más de 70 u 80 dólares el barril mientras que el precio alcanzaba los 147 dólares. ¿Quien se quedaba con la diferencia?
Dado que el consumo diario de petróleo es de 82 millones de barriles(57.000 barriles por minuto, 151.000 litros por segundo), bastan leves diferencias de un par de centavos de dólar para generar ganancias de millones de dólares en un día. Y si la especulación eleva el precio en 10 dólares por barril, ya hablamos de mil millones de dólares creados artificialmente en una jugosa jornada de Wall Street.
La semana pasada, en Londres, un solo corredor de futuros impulsó el precio del petróleo a su valor más alto con transacciones por más de 500 millones de dólares. Este hecho causó curiosidad y el sujeto fue detenido e interrogado confirmándose que no pertenecía a ninguna empresa de las que formalmente pueden comprar futuros de petróleo para su uso como insumo intermedio. Hasta el año pasado esta situación era bastante normal. Algo ha cambiado el mundo en 12 meses.
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