sinaptico.
Pues aquí está la solución al problema de los 9 puntos con las consignas expuestas.
El problema de los 9 puntos es un viejo conocido en los programas de formación y desarrollo de la creatividad. ¿Por qué? Obvio en este caso: porque hace evidente los esquemas rígidos de pensamiento que hemos ido desarrollando y que solemos seguir cuando se nos presenta un problema. Y en este ejercicio lo habitual es buscar la solución trazando líneas dentro del área cuadrada que forman los 9 puntos. Y nos solemos dar de cabeza contra la pared porque en ese caso, no hay opción. Es lo que llamaba Watzlawick, “Más de lo mismo”. Así pues, la opción es vencer ese bloqueo yendo más allá de los límites que asumimos sin darnos cuenta.
¿Es posible que en nuestra vida cotidiana y a la hora de percibir y entender la realidad que nos rodea estemos actuando como ante el problema de los 9 puntos? Va a ser que sí.
¿Y cómo transformar esas procesamiento de la información traducido en posteriores acciones más o menos conscientes?
Sin que sirva de receta o método único, una de las principales opciones es mediante el desarrollo de nuestra capacidad para percibir o sensibilidad. Así, actuamos en la forma en que cómo percibimos y construimos nuestra visión del mundo. Y eso lo podemos hacer de innumerables maneras: desde lo conductual: cambiando algunas rutinas muy enraizadas en nuestra vida como pueden ser hacer siempre lo mismo los sabádos por la noche, ir por el mismo lugar al trabajo, leer el mismo periódico, comprar en el mismo mercado, tienda… Desde lo cognitivo: leyendo libros, revistas, materiales informativos muy diferentes de lo que solemos hacer, de nuestra área de especialización. Desde la expresión emocional: realizando actividades en las que nuestro cuerpo tenga un protagonismo consciente para la expresión y la vivencia emocional o mediante la práctica de muchas disciplinas artísticas que nos despiertan los sentidos a nuevas formas de percibir la realidad. Son muchas, diferentes y variadas las posibilidades.
Y sí, buscando programas para el estímulo del pensamiento creativo tanto en lo personal como en lo profesional. No olvidemos que el número de horas que pasamos en el trabajo determina enormemente cómo percibimos el mundo. Y si no nos interrogamos sobre ello, aunque sólo sea una vez al año, estaremos viendo 9 puntos ( sin plantearnos otras opciones) en muchas de nuestras actividades profesionales.
Así que tal vez sería útil preguntarnos: ¿Qué pasaría si…? ¿Por qué no…?
Varios ejemplos: ¿Qué pasaría si los bancos dejaran de ser los únicos que crean dinero? ¿Qué pasaría si hubiera bancos que no cobraran ni dieran interés por préstamos o ahorros? ¿Qué pasaría si tuviéramos más monedas con las que intercambiar bienes o servicios? ¿Qué pasaría si la crisis financiera fuera parte de una crisis sistémica mayor? ¿Qué pasaría si las posibles soluciones a la crisis financiera no salieran en los informativos de televisión, radios o periódicos? ¿Qué pasaría si cuando hablamos de que las “vacas gordas volverán algún día” cayéramos en la cuenta de que hay millones de personas en el mundo que nunca han conocido “vacas gordas”?
No hay comentarios:
Publicar un comentario