jueves, 5 de febrero de 2009

EL FORO SOCIAL MUNDIAL

Sergio Ferrari

El Foro Social Mundial (FSM) de Belém de Pará, Brasil, bajó el telón la noche del domingo 1º de febrero. Los organizadores expresaron su satisfacción sobre el evento que reunió a 133 mil personas según cálculos oficiales. Casi sin descanso ni pausa, ya comienza el trabajo para la próxima edición del 2011.

El optimismo local

Con la clausura del FSM, los organizadores ya comienzan a mirar hacia el futuro.

Y aunque el Consejo Internacional (estructura de facilitación del FSM) decidirá sólo en los próximos meses el lugar de la próxima edición en 2011, las alternativas parecen ser claras.

“Estamos convencidos que el próximo Foro lo organizaremos nuevamente en Africa” declara a este corresponsal el senegalés Taoufik Ben Abdallah, representante del Foro social africano en Belém.

En cuanto a los posibles países, Ben Abdallah anticipó las candidaturas ya presentadas de Senegal y Africa del Sur. “Sin embargo sabemos que habrá otras propuestas”.

Un sector de miembros brasileros del Consejo Internacional no escondió la posibilidad de imaginar un Foro realizado en los Estados Unidos, posiblemente en alguna zona de la frontera sur.

“Debemos reflexionar a fondo si es viable o no esta opción que en todo caso sería innovadora”, subrayó a este corresponsal Francisco Chico Whitaker, miembro de esa instancia.

La confianza en el futuro viene del balance positivo del evento de Belém, reconoce Cândido Grzybowski, activo miembro del equipo de organizador – y fundador del FSM. Responsable de comunicar las cifras oficiales definitivas: 133 mil participantes, de 142 países.

En torno a 2.300 actividades inscritas –todavía no se contabiliza las que no se llevaron a cabo- promovidas por 5808 entidades inscritas. Entre ellas casi 4.200 de América Latina, un poco menos de 500 de Europa y casi el mismo número de Africa.

Europa tímida

La relativamente escasa participación europea en este Foro, “responde a una situación muy difícil que vivimos en el continente”, enfatizó en entrevista exclusiva Rafaella Bollini, dirigente de ARCI – Italia (una de las más grandes organizaciones culturales de su país) representante del Foro Social Europeo en Belém.

“Estamos inmersos no sólo en una crisis social sino también cultural. Estamos condicionados y no somos capaces de salir de un pensamiento de acumulación, de crecimiento, de mistificación del mercado, completamente desconectados de la naturaleza”, insistió.

En ese marco, “la resistencia de los movimientos sociales, no sólo se confronta con las políticas gubernamentales sino también con una buena parte de la izquierda política, hija de este paradigma mercantil”, explicó Bollini.

De allí que las alternativas europeas y del Sur, según la dirigente del FSM deben crearse en común entre actores sociales de todo el planeta. “Belém ha sido un ejemplo muy oportuno de esta búsqueda”, sintetizo Bollini subrayando la importancia de la Asamblea de las Asambleas con la que se cerró el FSM.

Pistas alternativas

La tarde del domingo, 22 asambleas sectoriales presentaron en un plenario al aire libre –amenazado al inicio por una lluvia torrencial- sus conclusiones.

Desde los pueblos originarios de la Amazonia hasta los grupos afro-descendientes, pasando por las ONG e intelectuales que habían analizado durante 4 días la crisis financiera y aquellos especialistas que se dedicaron a la crisis ambiental o los que analizaron la comunicación y los medios de información.

Si de la crisis financiera se refiere, algunas de las propuestas surgidas del FSM tienden a exigir a los Estados invertir más en lo social y en la promoción del bien público-común, sin quedarse solamente en el rescate del sistema bancario y financiero.

También propone una mayor democratización de las instituciones financieras internacionales; activa solidaridad económica intra-regional; mayor peso de las Naciones Unidas en el control de los temas económicos y financieros.

Para los periodistas y comunicadores sociales, el desafío pasa por un mayor control ciudadano de los medios (Observatorios de la información); por el desarrollo de los medios alternativos y comunitarios; por la abolición de la frontera digital Norte-Sur y por un internet gratuito para todos.

Los pueblos indígenas, por su parte, anticiparon la lucha por la tierra y el territorio como una temática esencial de su reivindicación cotidiana. El combate contra las grandes multinacionales extractivas y de bio-carburantes; así como el replanteo radical del modelo actual de desarrollo, “confrontando la visión de sobre consumo del Norte y de las élites del Sur”.

    Sergio Ferrari, colaboración de E-CHANGER ONG de cooperación solidaria co-organizadora de la delegación a Belém

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