Un artículo de Le Monde Diplomatique de noviembre 2008 nos da el “status quaestionis”, el momento actual de este forcejeo entre las distintas monedas; y tal vez nos abre una ventana a la esperanza de un orden mundial económico menos despótico, más equilibrado.
1) El peso del dólar en las reservas de cambio mundiales ha bajado en 10 puntos en menos de 10 años. Las divisas retenidas por los bancos centrales en dólares eran de un 71,2% al final del año 2000, en junio de este 2008 son del 62%; algo parecido ocurre con el yen: que en las mismas fechas ha pasado de un 6,1% a un 3,4%, mientras que el Euro ha remontado de un 18,3% a un 27%..
2) La crisis americana está siendo financiada por las economías de terceros países, por este orden: Japón, el primer fiador, ha asumido bonos del tesoro americano por valor de 1.197 miles de millones de dólares; le sigue China con 922 miles de millones; estos dos países, junto con Corea del Sur, Hong Kong, Singapur, tienen cubierta la mitad de la deuda americana; y en menor medida acuden al rescate de la economía americana Inglaterra, Rusia, los países petrolíferos…
3) Sin embargo, algo está cambiando en esa relación de dependencia vergonzante o dominio tiránico; ya pasaron los tiempos en que John Connally, secretario del Tesoro americano, decía a sus aliados: “El dólar es nuestra moneda, y vuestro problema”. Un banquero chino proclama en Financial Times que “see acabó lo de consideerar la aportación china (a la economía americana) como un vertedero de activos inseguros y tóxicos, sin ningún derecho de intervención por nuestra parte). Este mismo banquero ponía como ejemplo el de la banca japonesa Mitsubishi, que tras acudir al rescate del banco Morgan Stanley va a tener un puesto en su consejo de administración.
De hecho, China se negó a acudir al rescate de la banda Lehman Broders.
El gigante asiático ha basado su crecimiento económico en la producción y la investigación. Justamente, esta crisis actual demuestra que no se puede desenganchar los servicios y finanzas de la producción material. Y que el estado debe controlar más de cerca todo el sistema financiero…Recientemente, el FMI ha anunciado su intención de llamar la atención a China por el control estatal sobre la banca, que efectivamente existe, y justamente ha librado a este país del azote de la crisis financiera. Pero, en vista de la que está cayendo, el FMI ha desistido de leerle la cartilla al gigante asiático.
Ciertamente, la crisis afectará a la China por cuanto la pérdida de poder adquisitivo de sus clientes en el exterior: (USA, Japón, UE) le obligará a reducir su producción. Pero China tiene ya su solución de recambio: primera, estimular y potenciar el consumo interno, con lo cual mejorará el nivel de vida de sus zonas rurales; segunda, intensificar los intercambios comerciales con África, con sus proveedores de petróleo Irán, Arabia, Venezuela etc. Por supuesto, al margen de las imposiciones del FMI y del Banco Mundial.
De hecho, China ha promovido para Asia otro FMA, “asiático” junto con Corea del Sur y Japón.
Cabría quizá una pregunta, que se hace en Le Monde Diplomatique el profesor Arvind Subramanian: “Está China en posición de fuerza como para prestar dinero a USA bajo condiciones como acceder al control de los bancos, el reforzamiento de los fondos destinados a la Seguridad Social…al estilo de las condiciones que imponía el FMI, pero con unas miras de bienestar público? A día de hoy, creemos que China no tiene ni ganas ni medios para imponer condiciones” termina.
Sudamérica, Europa
En torno a un Brasil emergente comienza a articularse un bloque económico autónomo. Se ha creado un Banco del Sur en el que participan Brasil, Argentina, Paraguay, Ecuador, Bolivia, Venezuela, para financiar infraestructuras en estos países. Brasil y Argentina han firmado un acuerdo para prescindir del dólar en sus intercambios comerciales, y efectuar los pagos en monedas de su propio país. Brasil, Rusia, India y China (BRIC) tejen entre ellas fuertes lazos institucionales.
Europa asiste a estos cambios desunida, con un crecimiento fuerte dele paro. En el plano político es como la UE no existiese…
“Ni el euro, ni el yuan están en condiciones de tomar el relevo del dólar, hoy por hoy. Solo una combinación de poderío económico firme y una visión política original y atrayente podrían hacer bascular el sistema, o por lo menos, conseguir que el Euro y las otras monedas tuteen al dólar de igual a igual” señala Le Monde.
¿Esperanza? ¿Escepticismo?
La elección de Obama, que pondrá fin a la era Bush, abre una ventana a la esperanza. Pero no demasiado, mientras el dólar siga siendo el dictador, déspota y tirano del sistema financiero internacional El cambio en la correlación de fuerzas y en el equilibrio mundial está condicionado por un crecimiento del poder de las otras monedas frente a la moneda americana. Es la mejor manera de “ayudar” a Obama a cambiar de política…
La cumbre de Washington debería dar una salida a un sistema económico en el que dialoguen, de igual a igual, el yuan, el dólar, el yen, el euro, dando fe con ello del nuevo equilibrio de fuerzas que se ha producido. Este equilibrio significaría que el poder económico se reparte, se comparte, y las decisiones se consensuarán de una manera menos tiránica, más democrática…
Contra este claro que se abre entre nubarrones oscuros, está la machacona tesis de Bush: el capitalismo es irremplazable, insustituible, dogma de fe. Pero justamente la fuerza de filosofías económicas menos cerradas como las de Lula, tal vez las de la India o China (?) podrían forzar un giro hacia una economía de rostro más humano y más ecológico.
O sea que ya sabemos lo que toca: esperar contra toda esperanza, como Abraham; y presionar en dirección hacia ese cambio que soñamos, como Cristo nos enseña.
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